Fue el 13 de febrero de 1960 a las 7:04 horas, en el Sahara argelino, al sur de Reggane. Este primer ensayo en la atmósfera, llamado «Gerboise bleue» (jerbo azul), fue cuatro veces más potente que Hiroshima.
Me invitaron al estreno de la película de Djamel Ouahab, titulada «Gerboise bleue». Narra la historia de los militares franceses y de los tuaregs argelinos, víctimas de los primeros ensayos atómicos franceses en el Sahara de 1960 a 1966.
Los últimos supervivientes dan testimonio de su lucha para el reconocimiento de sus enfermedades y revelan en qué condiciones se desarrollaron realmente las detonaciones.
Djamel Ouahab, un joven argelino, hizo una película documental que me parece magnífica. Pone en escena unos hombres unidos en la adversidad, golpeados por la Historia. Hombres que sin embargo nos hablan de paz, de solidaridad y de perdón.
Los jóvenes franceses que fueron al servicio militar no estaban al tanto de nada. Sirvieron de conejillos de indias. Uno de ellos tiene el rostro completamente desfigurado. Hoy se sienten traicionados y abandonados por Francia.
Unos tuaregs, desprovistos de toda información, estuvieron mirando, sin percatarse, la intensa luz producida por el primer ensayo. Se quedaron ciegos.
Las poblaciones de los oasis son gente sencilla, digna, altiva. Sufren rodeados de la más completa indiferencia y se sienten víctimas de una profunda injusticia.