El arzobispo de Bukavu, François-Xavier MAROY RUSENGO, ha escrito una carta, el 5 de noviembre 2008, al Primer Ministro del país cuando visitó la provincia del Kivu-Sur. En ella analiza el drama congoleño en sus implicaciones económicas y políticas. Su lucidez y valentía al expresar la raíz de la situación y los medios a poner en marcha para conseguir la Paz, expresan el compromiso con su pueblo.
Dice, ?su visita aquí nos anima y nos reconforta, suscita una inmensa esperanza para la población, que espera conocer la respuesta del Gobierno a la crisis que atormenta al país en general y al Este en particular??.
Pero la Cumbre de Nairobi, recientemente celebrada, demuestra la poca voluntad política del gobierno y de la Comunidad Internacional para posibilitar la paz, el obispo sugiere:
?¿No sería pertinente contemplar igualmente otra cumbre que reuniera también a los EEUU, la UE y ciertos países del Sudeste asiático para que resuelvan sus problemas sobre sus intereses geoestratégicos, económicos e incluso territoriales que están alimentando tensiones mortíferas en esta Región y en el Congo? Se ahorraría así la muerte de innumerables civiles y habría menos criminales. Lo que aligeraría la tarea humanitaria y favorecería la acción de los inversores??.
Las hostilidades en Kivu-Norte se acrecentaron a finales de agosto 2008; si no se toman medidas urgentes, ?supondría 5 millones de muertos para nada, un billón $ por año gastados en la Misión de las Naciones Unidas (MONUC) desde hace seis años y 500 millones $ de gastos electorales tirados al agua. Y el calvario del pueblo congoleño continúa. ¿Por qué???.
El obispo expresa cómo ?esta guerra se ha mostrado como una guerra de depredación regional e internacional, así lo ha demostrado el resultado del Panel de Naciones Unidas sobre el saqueo de los recursos naturales. Por el oro los diamantes o el coltán, poblaciones enteras están siendo diezmadas, sus moradas ocupadas, destruidas o incendiadas por las bandas armadas congoleñas, a menudo claramente apoyadas por ejércitos extranjeros con ramificaciones internacionales, más extendidas aún de lo que uno se imagina??.
También apunta a la responsabilidad de su propio gobierno, ?esperamos ver, al fin, al Estado tomando plenamente sus responsabilidades institucionales y asegurar sus prerrogativas de soberanía. Nos parece necesario y urgente, para un país rico en recursos naturales como el nuestro, construir un ejército fuerte para garantizar su estabilidad y su desarrollo. Esta evolución no se podría lograr con el ?dejar-hacer?? actual?? (…) Esperamos de nuestros electos un compromiso sostenido y consideración de las preocupaciones de nuestras poblaciones (??) se tiene la impresión de que se ocupan más bien de sus puestos y sus intereses egoístas. Va a hacer un año que hemos visto a nuestros diputados movilizarse unánimemente para expulsar a un gobernador, pero por el problema de los docentes, del personal sanitario y por otras cuestiones sociales, no dicen nada.??
El obispo Maroy, en 2007, envió al embajador de Francia un escrito expresando su preocupación por la seguridad y el temor de que se estuviera preparando una nueva guerra. ?Algunas personalidades encontraron exagerados mis temores, dijeron que la situación estaba bajo control…?? Ahora lanza los interrogantes: ?¿Cuál es el papel de las fuerzas de Paz de la ONU en el estadio actual? ¿Van a ocurrir las cosas de la misma manera, antes como después de las elecciones? ¿Después de haberse gastado tantos medios, va la misión de Naciones Unidas a dejar al país caer en el caos, mientras observa los muertos, los desplazados, las víctimas de violaciones y sus autores?
Termina con estas palabras: ?Nosotros, la Iglesia de Bakavu, solidaria con el sufrimiento de nuestro pueblo, nos comprometemos con la paz y el desarrollo y pedimos a las instituciones legítimamente fundadas que ejerzan sus funciones con plena responsabilidad… Al mismo tiempo que reconocemos los esfuerzos excepcionales, le pedimos un sentido más elevado de equidad en el tratamiento de estos problemas (…); que estas preocupaciones sean tomadas en cuenta dentro de las opciones nacionales y en las negociaciones internacionales con el fin de que las poblaciones de esta sub-región de los Grandes Lagos se reencuentren en la paz y la cohabitación pacífica de antaño??.