Desempeñaron su ministerio en pueblos, en tierras de misión (3), como consejeros de movimientos cristianos, profesores de seminarios (6) o se ganaron la vida trabajando civilmente (14) viviendo experiencias de compromisos de tipo social, sindical, cultural, ciudadano o político. Obedeciendo a los impulsos y al sacramento de su corazón, por encima del ministerio eclesiástico, se han casado con las mujeres que aman, las mismas que conocieron en diferentes ámbitos sociales solidarios. Son las historias de fe y ternura que inundan desde hace cuatro décadas la geografía española. Lo cuenta Alfredo J. Gómez en El Norte de Castilla.
También son ajenos a la doctrina de Rouco Varela, que no quiere saber nada de los curas casados y secularizados y menos que celebren misa porque la Iglesia «prohibe expresamente ejercer el ministerio sacerdotal a los sacerdotes secularizados o que han contraído matrimonio».
La Librería Margen acogió la presentación del libro ‘Curas casados’ que muestra 23 historias de búsqueda, variadas y repartidas por toda España, con un predominio de curas de la etapa del Concilio. Son 23 curas que han contraído matrimonio, entre los casi 10.000 que hay en España y los 100.000 -uno de cada cuatro- que existen en todo el mundo.
«No son representativos de todos, pero sí de una parte importante comprometida en una Iglesia y en una sociedad más humana; están incómodos con que la limosna caritativa o el voluntarismo sea el eje contra los problemas sociales de pobreza o marginación, en lugar de la justicia social como sacramento de la caridad fraterna», manifiesta José Centeno, coautor del libro y uno de los curas casados -su hija Raquel estuvo presente en la Librería Margen- que hay en España.
Vidas compartidas
«Se enamoraron de unas mujeres con las que decidieron compartir sus vidas. Esto les llevó a vivir como personas normales de la calle, desde la condición común a todos los ciudadanos rompiendo con su anterior situación en una iglesia de dos clases: clérigos y laicos», afirma José Centeno, que estuvo arropado en la presentación de ‘Curas casados’ por el sacerdote Miguel Ángel Baz y por Pedro Carasa, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Valladolid.
«Su púlpito, su estatus, su rol y sus seguridades desaparecieron, pero su nueva vida les ha facilitado sintonizar con muchos creyentes y no creyentes, con comunidades de a pie, que también andan a la búsqueda de cauces para vivir su fe y sentido de vida desde la complejidad del mundo actual».
Centeno considera que los curas casados son los mayores seguidores de Jesucristo «porque están rodeados de los más pobres, de los más necesitados, repartiendo caridad. Jesucristo cuidaba a los leprosos y ellos ahora están con los enfermos de sida».