Reflexión y Liberación
Queridísimas hermanas, me dirijo a vosotros con alegría.
A ti, que en nuestras comunidades ya te ocupas del anuncio de la Palabra y de la celebración de la Liturgia, te pido valientemente que madures el deseo de servir en nombre de la Iglesia, ¡no nos prives de tu precioso testimonio!
Os pido que mostréis un nuevo estilo ministerial, un estilo más atento, más creativo, más sentido, más cuidado, más maduro, más fecundo. En resumen, ¡un estilo ministerial totalmente femenino! Ver noticia original en …