Enviado a la página web de Redes Cristianas
Este país es un dechado de imperfecciones, de sinrazones y de disparates. Sea cual fuere el ámbito en que nos fijemos, pocas cosas organizativas, institucionales, es decir, ideadas por el poder público interpretado éste por mentes con multitud de prejuicios, se libran de mi impresión de ser desatinadas. Y no me refiero sólo a la materia hipotecaria y los desahucios: tampoco a los indultos del ejecutivo, ambas de acuerdo a leyes mostrencas que datan de 1870.
Tampoco me refiero a la inadecuación entre la letra de las normas ampulosas, como la Constitución, en la que, por ejemplo, se reconoce a la ciudadanía derechos básicos como la vivienda y el trabajo y luego se le insulta desde la praxis negándoselos en los hechos… O se proclama la laicidad del Estado, para luego proteger a la Iglesia católica y perseguir por otras vías coandestinas e indirectas al resto de iglesias competidoras, etc
Ahora me encuentro con el disparate de que se va a juzgar a un presunto criminal por un jurado popular compuesto por seis ciudadanas y tres ciudadanos. Un presunto crimen que, como ninguno otro a lo largo de lis 36 años de democracia, está contaminado por el influjo mediático de una manera nauseabunda. ¿Qué espera la administración de Justicia, la Justicia supuestamente ciega, de ese jurado? ¿Imparcialidad, objetividad, ecuanimidad cuando escuche la exposición y argumentario de la fiscalía y de la acusación particular, por un lado, y los de la defensa, por otro? ¿Alguien duda en este país de que el procesado no está ya condenado por la opinión pública? ¿Alguien duda que la opinión pública no está acuñada en bronce por los medios oficiales? ¿Alguien duda que el periodismo oficial que ha configurado la opinión pública, ha venido presentando al encausado como el más infame de los criminales? ¿Alguien duda de que, aunque el informe pericial inicial de la policía desautoriza el posterior sobre los restos óseos hallados en un horno para animales, aunque no hay una prueba de ADN, aunque está rota la cadena de la custodia de los restos, aunque los cuerpos de los niños desaparecidos no han aparecido… el jurado no es un peligro?
¿Por qué no juzga un jurado a Bárcenas y a esa tropa de saqueadores de las arcas públicas que ha venido asolando a este país al haber contribuido poderosamente a la gravísima crisis que padece, para comprobar la sensatez de esos nueve ciudadanos y ciudadanas?
Jaime Richart
17 Junio 2013