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Poetas, estad alerta,
que la utopía se pierde,
o, peor, nos la secuestran,
y vence la sinrazón
que amordaza la protesta
de la verdad y el criterio;
que domina el disparate
de la violencia y la guerra;

que en la globalización
la economía es la dueña
de la voluntad humana;
la política es la sierva
de los dueños del poder.

Poetas, estad alerta
en este tiempo confuso,
que os toca ser profetas
denunciando la injusticia
y la idolatría ciega
del mercado y del dinero.
Vuestra palabra sincera
desenmascare el engaño
de fraudulentas promesas.

Poetas, vuestra palabra
sea consuelo a quien pena,
ante el desánimo, ánimo,
y paz a quien desespera;
que enseñe a forjar un sueño
y a lograr lo que se sueña;
que proclame la utopía
de un futuro en esta Tierra
que es nuestra casa común
y un mundo mejor espera.

Poetas, la poesía
esté despierta y alerta,
que no se duerma en laureles
con anodinas bellezas,
que el pueblo la necesita
para soñar lo que espera,
para cantar la esperanza
que en el compromiso es fuerza,
coraje en la resistencia
y en la lucha, compañera.

Poetas, tomad partido,
que ser neutral no quepa
si la ley es la del fuerte
y al inocente se afrenta.
Poetas, cantad la paz
y gritad contra la guerra.

Poetas, llorad la rabia
que entre los pobres revienta
como clamor de justicia.
Que el silencio no se extienda
de complicidad cobarde
y de triste indiferencia.

Que la voz de los poetas
grite rebelde con fuerza
las verdades del barquero,
la verdad más verdadera,
la que todo el mundo sabe,
o por lo menos sospecha,
pero todo el mundo calla
ocultando la evidencia.

Y cantad, también, poetas,
defendiendo la alegría,
que a pesar de nuestras penas,
el procurar ser feliz
es subversiva manera
de resistir a quien quiere
amargarnos la existencia.

Sed felices, por favor,
aunque solamente fuera
para joderles un poco,
para hacerles la puñeta.
(Deme Orte)