El 10 de diciembre la Congregación Maryknoll recibirá el Premio Nacional de Derechos Humanos 2008 por su labor en Puno y otras zonas del país. El premio llega cuando sectores conservadores de la Iglesia, monseñor Cipriani incluido, han logrado desalojar a los Mariknoll del altiplano andino. No es la única disputa que libra Cipriani. En Lima, desde su púlpito mediático, ha vuelto al ataque contra las autoridades de la Universidad Católica.
Hace más de un año que el obispo de Juli, José Maria Ortega Trinidad, vinculado a1 Opus Dei, buscaba que los misioneros norteamericanos de la Congregaci6n Maryknoll abandonaran su zona de influencia. AI fin lo ha logrado. A partir de enero del 2009 10 sacerdotes, hermanas y 1aicos de esa organizaci6n tendrán que dejar la labor comprometida con los más pobres que desarrollaron par 65 años en Puno.
Los Maryknoll constituyen uno de los co1ectivos mas comprometidos de la Iglesia peruana, trabajando mas tiempo en e1 sur andino. Su visi6n de predicar la fe cristiana considera e1 respeto a la cultura del lugar. En ese esfuerzo aprendieron e1 quechua y e1 aymara, han vivido en las comunidades y han desarrollado por casi medio siglo proyectos para ayudar a la población a vivir con dignidad. Sin embargo, les han pedido irse.
?¿Cuales son las razones???, le preguntamos al sacerdote Tomas Burns, representante de la congregación en Lima. ?A veces dentro de la Iglesia, como en la sociedad, hay distintas visiones. En algunos lugares se puede trabajar acercando diferencias. Lamentablemente no ha ocurrido lo mismo en Juli??, dice. Para ellos la visión es compartir con la gente mas sencilla; para los mas conservadores es mas doctrinal, paternalista.
El obispo Ortega Trinidad, vertical y autoritario, no dio explicaciones para el portazo. Solo les comunicó que su labor terminaba ?indefectiblemente?? este ano. La razón habría sido que ?los religiosos norteamericanos cayeron bajo la influencia de la teología marxista de la liberaci6n, la extraordinaria pastoral desarrollada por sus predecesores se transformó en activismo social y en una grave desatenci6n pastoral de los pobladores??, según ACI Prensa, órgano informativo del Sodalicio de Vida Cristiana.
¿Desatención pastoral? Si eso fuera cierto, los Mariknoll no habrían recibido el reconocimiento de decenas de comunidades. ?Además de predicar la palabra, apoyamos la creaci6n de cooperativas, institutos de formación, una radioemisora ?Onda-Azul- y la conformaci6n de la Vicaria de la Solidaridad en los años 80, que enfrentó al terrorismo y evitó muchas victimas en Puno??, señala la hermana Patricia Ryan.
En merito a esa trayectoria que empezó en 1943 y que ahora termina de tan mala manera, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (Conadeh) les ha otorgado el Premio Nacional de Derechos Humanos 2008, una reivindicaci6n simbólica. Ronald Gamarra, director ejecutivo de la Conadeh, ha recordado: ?Ni la violencia senderista alejó a los Maryknoll de su compromiso con el pueblo altiplánico. En aquella época la Iglesia del sur andino fue un reducto de civilizaci6n y caridad, de defensa del pobre, de los derechos humanos y de la paz; mientras en la prelatura de Ayacucho, otro obispo, militante del Opus Dei, no decía esta boca es mía en medio de cientos de desaparecidos??. Ya sabemos que se refiere al cardenal Juan Luis Cipriani.
Ofensiva retrógrada
Quienes conocen el devenir de la Iglesia peruana, saben que a partir de los 70 y 80 se conform6 en el Sur Andino Peruano una iglesia que afirmó su opción preferencial por los pobres y una vida digna para ellos. ?En esos años 1as diócesis del sur andino: Cusco, Sicuani, Puno, Ayaviri, Juli, incluso Abancay, eran casi la única región en la que había una coordinaci6n entre varias dióceesis. Había una organizaci6n muy fuerte y adoptaban líneas pastorales de conjunto en sintonía con el Concilio Vaticano II, la conferencia de Medellín, Puebla. Esa fue la iglesia progresista de la Iglesia peruana. Fue una experiencia como pocas, incluso en América Latina??, explica Maria Rosa Lorbés, editora de la revista católica Signos, del Instituto Bartolomé de las Casas.
Esa organización dio como resultado que el sur no se convirtiera en un cementerio, como sí pasó en Ayacucho en los 80. En esos años algunos obispos sí se jugaron por su pueblo y algunos, como monseñor Albano Quinn por ejemplo, obispo de Sicuani, dijeron sin temor: ?Los derechos humanos se violan no solo por la represión, los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y de estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades??
Esa iglesia comprometida está siendo avasallada en el Perú. La posición ultraconservadora del cardenal Juan Luis Cipriani, del Opus Dei, empieza a notarse en la Iglesia peruana. ?La iglesia del sur andino es distinta a la de hace veinte años. En Ayaviri estaban los Sagrados Corazones y ahora hay un sacerdote del Sodalicium de Vida Cristiana. En Juli, en el Cusco y en Abancay hay uno del Opus Dei. En general hay una tendencia a que los obispos sean de sectores mas conservadores??, dice Maria Rosa Lorbés.
Ahí no acaban las cosas. ?Desde hace unos años son cientos – nos lo dijo alguien de la Iglesia – los misioneros o agentes pastorales obligados a dejar sus zonas de trabajo. Incluso en Lima??. Varios han retornado a sus países de origen. Muchos adscribían a la Teología de la Liberación o disentían de una visión cristiana centrada solo en lo eclesiástico y se desentiende de las condiciones materiales de la gente.
Lo que dicen del cardenal
Gustavo Gutiérrez, el padre de la Teología de la Liberaci6n, ha zanjado diferencias personales en una reunión con el Papa y este ha reconocido el valor de sus ideas. Aún así tuvo que ingresar a la Orden Dominica en 1999, luego de que Juan Luis Cipriani fue nombrado arzobispo de Lima. Se protegió bajo una congregación. ?Solo tenía que responder a sus autoridades dominicas y al Papa, no a Cipriani??, ha contado Jose Alejandro Godoy en el blog Desde el Tercer Piso.
Un articulo regional sobre el Opus Dei, escrito por Juan Jose Tamayo, teólogo de la Universidad Carlos III de Madrid, señala: ?el Opus Dei ( … ) ha marginado – incluso perseguido- en sus respectivas diócesis a laicos, sacerdotes, religiosos y comunidades de base, lideres comprometidos en la lucha contra la injusticia estructural, y han denunciado ante el Vaticano a teólogos de la liberaci6n. Entre los mas críticos con la teología de la liberaci6n cabe citar al cardenal Cipriani, arzobispo de Lima??.
En medio de todo, los Mariknoll han hallado una solución para seguir trabajando en Puno. ?Hemos creado una asociación civil para seguir trabajando con el mismo equipo que se ha ganado la confianza del pueblo puneño. Solo así podremos continuar con nuestros proyectos??, dice la hermana Patricia. El próximo miércoles 10 de diciembre todos ellos estarán en Lima para recibir el premio de la Coordinadora. El padre de la Teología de la Liberación, Gustavo Gutiérrez, ha sido invitado a acompañarlos .
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Furente: La República ? Domingo ? 07/12/2008