Con el Aquarius se me viene a la memoria imágenes no tan lejanas de barcos llenos de personas huyendo de guerras, hacinadas y buscando un puerto seguro. El periplo de esta embarcación y la situación de las fronteras europeas son cada vez más una realidad propia de una ficción distópica. Y como toda buena narrativa apocalíptica, también en este caso se muestra una falsa sociedad feliz, que se sostiene sobre el sufrimiento y el dolor de los otros.
El Ministro del Interior italiano, el racista Matteo Salvini, digno personaje de una distopía, aplaude el «buen corazón del gobierno español» por ofrecerse a la acogida de las 629 personas rescatadas en el Mediterráneo por el buque Aquarius. Entre risas el mandatario italiano hace referencia al discurso del «buenismo», que tan socorrido es cuando los xenófobos hablan de personas en movimiento. Pero es que situaciones como la del Aquarius deben ser resueltas con los marcos legales de Defensa de los Derechos Humanos. ··· Ver noticia ···
Personas con derechos en un mar en guerra -- Helena Maleno
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