Samuel Ruiz García, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, fue reconocido por su labor en favor de las poblaciones indígenas de Chiapas y de Latinoamérica. Nació en 1924 en Irapuato, Guanajuato, pero la mayoría de su vida vivió en San Cristóbal, donde fue nombrado obispo en 1959 a la edad de 35 años, y desde entonces acogió las causas indígenas como suyas.
A Ruiz García le tocó vivir el movimiento armado que se inició el 1 de enero de 1994, cuando apareció en el escenario de la guerrilla y la política el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), compuesto, en su mayoría, por gente de escasos recursos e indígenas, quienes enfrentaron al gobierno federal, en un principio, para derrocarlo.
Fue en esta etapa cuando la imagen del obispo de San Cristóbal trascendió, incluso las fronteras nacionales, para ser reconocido en varios países en donde se defendió su tarea en pro de los indígenas más pobres del país.
Con la idea de colaborar en la solución del conflicto armado, Samuel Ruiz fue designado miembro de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), la cual encabezó, pero que tiempo después tuvo que ser desintegrada porque la ruta que comenzaba a tomar ya no era compatible al cien por ciento con la Iglesia y se acercaba más a los terrenos de la política.
En 1996, Ruiz fue galardonado con el premio católico Pacem in Terris (Paz en la tierra) y en el año 2000 le fue otorgado el Premio Internacional Simón Bolívar de la UNESCO por su lucha contra la violencia, la pobreza y la exclusión.
Después de 40 años de obispado en Chiapas, Ruiz García decidió retirarse en 1999 e irse a la ciudad de Querétaro.