InicioRevista de prensaespiritualidadPentecostés en la catacumba de Santa Domitila...##Gabriel Sánchez (Montevideo-Uruguay)

Pentecostés en la catacumba de Santa Domitila… -- Gabriel Sánchez (Montevideo-Uruguay)

Publicado en

Recordad lo que os dije: Un siervo no es más que su amo. Si a mí me han perseguido, a vosotros os perseguirán; si cumplieron mi palabra, cumplirán la vuestra. (Cfr. Jn.15, 20)
Montevideo, 9 de noviembre de 2010 Sin embargo, desde la primera sesión el cardenal Lercaro había dirigido al Concilio un llamado patético tratando justamente de una Iglesia de los pobres. Fue muy aplaudido, pero nada pasó. La mayoría no estaba en la misma mentalidad. Un grupo de unos 50 obispos y unos 30 expertos se reunía a veces en el Colegio belga, animados sobre todo por dom Helder Câmara. Era “el grupo de los pobres”, muy discreto que no parecía integrarse con los demás.

Se hablaba de un eventual esquema 14 tratando de los pobres.
Pero no se habló más de ese esquema.
El grupo permanecía en contacto constante con el cardenal Lercaro que se comunicaba regularmente
con Pablo VI. Al final del Concilio, el 16 de noviembre de 1965, un grupo de 40 obispos se reunió en la
catacumba de Santa. Domitila y allí firmaron el llamado Pacto de las Catacumbas, por el que los obispos presentes se comprometían a llevar una vida pobre, sencilla.

El Pacto de las Catacumbas fue ignorado por los demás obispos, pero tuvo una gran importancia porque fue el origen de la Conferencia de Medellín. Había un grupo considerable de latinoamericanos dentro de los 40.*

Durante muchos años, se ha entendido que en el Concilio Vaticano II fue una primavera del Espíritu, que se vio sostenida por la recepción el pueblo de Dios le dio y la forma en que lo concretizo esto se constituyo en una intuición fundante de volver a las fuentes y el camino recorrido por el pueblo de Dios durante ese posconcilio a mi entender paso a formar parte del deposito de la tradición de la Iglesia…Posconcilio en el Espíritu Santo que desplegó la enorme potencialidad creativa de su Pueblo y del acercamiento de este a la humanidad, tiempo de reformar la Iglesia, al decir de Juan XXIII, de sacudir el polvo acumulado por siglos en la cátedra de Pedro…

Pero existía mucha resistencia a volver a la fuentes, los siglos en que el poder y el imperio en primera instancia habían modelado a la institucionalidad eclesial, separándola de aquello que nos fue entregado por Jesús de Nazareth, y reconstruyéndola a imagen y semejanza de la institucionalidad imperial, aplastando con la centralización del poder y la norma… las dinámicas carismáticas y construyendo una teología de la institución totalmente extraña a la que Jesús nos da en el evangelio…

Estas dos forma de ser Iglesia, la Iglesia del iussum,î (el orden) planteada desde una dinámica que la hace antagónica a la Iglesia del Ruaj (el soplo)…Una es la Iglesia del Orden y toda la actividad que el Espíritu, se despliega a partir de la Jerarquía instaurada en el sacramento del orden, de tal manera, que las manifestaciones del Espíritu Santo en el pueblo de Dios y en la historia, son validadas o invalidadas bajo el criterio la diferencia es la convalidación de la Jerarquía y entiendo que esta es una pirámide vertical y como máximo validante, esta la cúspide de esa pirámide vertical…

Todo aquello que no es validado de esta forma es desechado y perseguido, planteado una institucionalidad que reduce a sus propia existencia la existencia de la Iglesia, sin ella, ni las
dinámicas Eucarísticas, ni las Dinámicas Diaconales-Testimoniales, son posibles…De alguna manera, todo el universo que gira alrededor de la Jerarquía esta sujeto a las dinámicas que está desplieguen y como objetos subalternos…a la misma.-

Mientras que la Iglesia Ruaj, es la Iglesia del Espíritu…Se manifiesta con intensidad en todo el pueblo de Dios es la Iglesia de los anyâ, (anyâ arameo (hebreo ’anî), encorvado, afligido, miserable, pobre** , una Iglesia que reconoce la presencia del Espíritu Santo actuando con dinámicas propias en la historia y que se entiende servidora de estas dinámicas…para lograr concretizar este servicio, en la línea de ese del Espíritu de Jesús, ella misma quiere ser pobre, para volver a la fuente…para volver en fidelidad a lo entregado, al mensaje de Jesús de Nazareth…para desde allí iniciar el camino del discipulado y testigos del Reino de Dios…

Esta Iglesia cuya relación reconoce en todos los hermanos la misma dignidad, asienta sus relaciones en la circularidad, que reconoce el servicio de algunos hermanos que la comunidad elige, con la finalidad de ser SUS SERVIDORES y con una misión ministerial, dada por la comunidad… de coordinar y pastorear y confirmar en la Fe…(sostener) y para ayudar a la Iglesia cuyo sentido no es ella misma, sino para estar en el mundo a modo de fermento en la masa (Gadium et spes Nº 40***)…y ser los que en nombre de la comunidad que celebra los sacramentos … la presida…EN UNA ACTO DE SERVICIO, QUE RECONOCE EN TODO EL PUEBLO DE DIOS, LA PRESENCIA DEL ESPIRITU…(A.A. Nº 2) (*a)

Esta derramamiento del Espíritu inspiro a un grupo de padres conciliares a redactar, en el marco de una Eucaristía en la catacumba de Santa Domitila lo que se dio en llamar el “el pacto de catacumbas”, a la postres muchos de ellos verdaderos padres de aquella gran intuición refundante de la Iglesia, que fue la II Conferencia General Episcopado Latinoamericano en Medellín y de la teología de la Liberación, en los que muchos hoy reconocemos como la Iglesia a la que el Espíritu Santo nos llama a vivir, Iglesia pobre y perseguida en fidelidad con el evangelio y en comunidades, como una maravillosa intuición que dio calor, vida y color a mucho del caminar eclesial del postconcilio…la Iglesia pobre…

Intuición que hoy es retomada por los pastores y los teólogos de nuestro continente de Aparecida…que recoge en si la herencia de Medellín y Puebla que reconoce en el pacto de catacumbas, un acto fundante, de un proceso cuya concreción es la Iglesia de la Comunidades Eclesiales de Base…que aún caminamos en medio de la historia…

Al recordar (volver a sentir en el corazón como un acto comunitario), estos años, damos gracias a Dios por aquellos testigos de la primera hora y aquella mítica Eucaristía de algunos padres conciliares, que reunidos en la catacumba de Santa. Domitila, un 16 de noviembre de 1965, vivieron un Pentecostés, que aún ilumina el camino de la Iglesia…

El pacto de las catacumbas: una Iglesia servidora y pobre****

Nosotros, obispos, reunidos en el Concilio Vaticano II, conscientes de las deficiencias de nuestra vida de pobreza según el evangelio; motivados los unos por los otros en una iniciativa en la que cada uno de nosotros ha evitado el sobresalir y la presunción; unidos a todos nuestros hermanos en el episcopado; contando, sobre todo, con la gracia y la fuerza de nuestro Señor Jesucristo, con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras respectivas diócesis; poniéndonos con el pensamiento y con la oración ante la Trinidad, ante la Iglesia de Cristo y ante los sacerdotes y los fieles de nuestras diócesis, con humildad y con conciencia de nuestra flaqueza, pero también con toda la determinación y toda la fuerza que Dios nos quiere dar como gracia suya, nos comprometemos a lo que sigue:

1. Procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población en lo que toca a casa, comida, medios de locomoción, y a todo lo que de ahí se desprende. Cfr. Mt 5, 3; 6, 33s; 8-20.

2. Renunciamos para siempre a la apariencia y la realidad de la riqueza, especialmente en el vestir (ricas vestimentas, colores llamativos) y en símbolos de metales preciosos (esos signos deben ser, ciertamente, evangélicos). Cfr. Mc 6, 9; Mt 10, 9s; Hech 3, 6. Ni oro ni plata.

3. No poseeremos bienes muebles ni inmuebles, ni tendremos cuentas en el banco, etc, a nombre propio; y, si es necesario poseer algo, pondremos todo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales o caritativas. Cfr. Mt 6, 19-21; Lc 12, 33s.

4. En cuanto sea posible confiaremos la gestión financiera y material de nuestra diócesis a
una comisión de laicos competentes y conscientes de su papel apostólico, para ser menos
administradores y más pastores y apóstoles. Cfr. Mt 10, 8; Hech 6, 1-7.

5. Rechazamos que verbalmente o por escrito nos llamen con nombres y títulos que expresen
grandeza y poder (Eminencia, Excelencia, Monseñor…). Preferimos que nos llamen con el nombre evangélico de Padre. Cfr. Mt 20, 25-28; 23, 6-11; Jn 13, 12-15.

6. En nuestro comportamiento y relaciones sociales evitaremos todo lo que pueda parecer concesión de privilegios, primacía o incluso preferencia a los ricos y a los poderosos (por ejemplo en banquetes ofrecidos o aceptados, en servicios religiosos). Cfr. Lc 13, 12-14; 1 Cor 9, 14-19.

7. Igualmente evitaremos propiciar o adular la vanidad de quien quiera que sea, al recompensar
o solicitar ayudas, o por cualquier otra razón. Invitaremos a nuestros fieles a que consideren sus dádivas como una participación normal en el culto, en el apostolado y en la acción social. Cfr. Mt 6, 2-4; Lc 15, 9-13; 2 Cor 12, 4.

8. Daremos todo lo que sea necesario de nuestro tiempo, reflexión, corazón, medios, etc. al servicio apostólico y pastoral de las personas y de los grupos trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados, sin que eso perjudique a otras personas y grupos de la diócesis.

Apoyaremos a los laicos, religiosos, diáconos o sacerdotes que el Señor llama a evangelizar a los pobres y trabajadores, compartiendo su vida y el trabajo. Cfr. Lc 4, 18s; Mc 6, 4; Mt 11, 4s; Hech 18, 3s; 20, 33-35; 1 Cor 4, 12 y 9, 1-27.

9. Conscientes de las exigencias de la justicia y de la caridad, y de sus mutuas relaciones,
procuraremos transformar las obras de beneficencia en obras sociales basadas en la caridad y en la justicia, que tengan en cuenta a todos y a todas, como un humilde servicio a los organismos públicos competentes. Cfr. Mt 25, 31-46; Lc 13, 12-14 y 33s.

10. Haremos todo lo posible para que los responsables de nuestro gobierno y de nuestros servicios públicos decidan y pongan en práctica las leyes, estructuras e instituciones sociales que son necesarias para la justicia, la igualdad y el desarrollo armónico y total de todo el hombre y de todos los hombres, y, así, para el advenimiento de un orden social, nuevo, digno de hijos de hombres y de hijos de Dios. Cfr. Hech 2, 44s; 4, 32-35; 5, 4; 2 Cor 8 y 9; 1 Tim 5, 16.

11. Porque la colegialidad de los obispos encuentra su más plena realización evangélica en el
servicio en común a las mayorías en miseria física cultural y moral -dos tercios de la humanidad- nos comprometemos:

* a compartir, según nuestras posibilidades, en los proyectos urgentes de los episcopados de las naciones pobres;

* a pedir juntos, al nivel de organismos internacionales, dando siempre testimonio del evangelio,
como lo hizo el papa Pablo VI en las Naciones Unidas, la adopción de estructuras económicas y
culturales que no fabriquen naciones pobres en un mundo cada vez más rico, sino que permitan que las mayorías pobres salgan de su miseria.

12. Nos comprometemos a compartir nuestra vida, en caridad pastoral, con nuestros hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosos y laicos, para que nuestro ministerio constituya un verdadero servicio.
Así, nos esforzaremos para “revisar nuestra vida” con ellos;

* buscaremos colaboradores para poder ser más animadores según el Espíritu que jefes según el mundo;

* procuraremos hacernos lo más humanamente posible presentes, ser acogedores;

* nos mostraremos abiertos a todos, sea cual fuere su religión. Cfr. Mc 8, 34s; Hech 6, 1-7; 1 Tim 3, 8-10.

13. Cuando regresemos a nuestras diócesis daremos a conocer estas resoluciones a nuestros
diocesanos, pidiéndoles que nos ayuden con su comprensión, su colaboración y sus oraciones.

Que Dios nos ayude a ser fieles

* http://www.cristianismeimondavui.org/vincles/ponencia%20J%20Comblin.pdf
**

http://ec.aciprensa.com/b/bienaventuranzas.htm
*** .. “De esta forma, la Iglesia, «entidad social visible y comunidad espiritual», avanza juntamente con toda la humanidad, experimenta la suerte terrena del mundo, y su razón de ser es actuar como fermento”

**** AGRADECEMOS EL ENVIO DEL TEXTO DEL PACTO DE CATACUMBAS A LA ENTRAÑABLE GENTE DE AMERINDIA… www.amerindiaenlared.org

(*a) Pero siendo propio del estado de los laicos el vivir en medio del mundo y de los negocios temporales, ellos son llamados por Dios para que, fervientes en el espíritu cristiano, ejerzan su apostolado en el mundo a manera de fermento.

(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)

Últimos artículos

La tregua rota en Gaza significa muerte; urge un nuevo alto el fuego -- Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano

Vatican News Tras el rezo del Ángelus, el Papa expresó su dolor por la situación...

Una empresa de destrucción masiva. El calculado bombardeo israelí de Gaza -- Yuval Abraham

Viento Sur La ampliación de la autorización del ejército israelí para bombardear objetivos no militares,...

Grupos palestinos piden a la ONU medidas urgentes para detener agresión

Tercera Información Organizaciones palestinas de derechos humanos llamaron hoy a la ONU a adoptar medidas...

Noticias similares

La tregua rota en Gaza significa muerte; urge un nuevo alto el fuego -- Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano

Vatican News Tras el rezo del Ángelus, el Papa expresó su dolor por la situación...

Una empresa de destrucción masiva. El calculado bombardeo israelí de Gaza -- Yuval Abraham

Viento Sur La ampliación de la autorización del ejército israelí para bombardear objetivos no militares,...

Grupos palestinos piden a la ONU medidas urgentes para detener agresión

Tercera Información Organizaciones palestinas de derechos humanos llamaron hoy a la ONU a adoptar medidas...