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?Desde la ventana observé la rama de un árbol. Justo en el momento en que dirigí la mirada vieja y oscura aula, hubo un destello. Fue como un gigantesco trozo de celuloide hubiera estallado de reciente.
Mientras mis ojos estaban siendo penetrados por el destello agudo de un rojo intenso, el edificio de una escuela ya se estaba viniendo abajo.
Sentí caer yeso, tejas y madera sobre mi cabeza, los hombros
y la espalda. El olor polvoriento del yeso y otros olores extraños se
mezclaron y entraron en mi nariz. Me pregunté cuánto tiempo había
pasado. Cada vez se me hacía más difícil respirar. El olor es intenso.
Era el olor lo que me impedía respirar??.
?Estaba atrapado bajo las ruinas del edificio de la escuela??.
Finalmente conseguí escapar de debajo de las ruinas y salí al patio
de la escuela. Fuera estaba tan oscuro como bajo los escombros y el
fuerte olor estaba por todas partes. Tomé mi pañuelo, lo humedecí y
me cubrí la boca con el. Cuatro de mis compañeros de clase estaban
saliendo a rastras de los escombros. Aturdidos, nos reunimos junto al
árbol. Comenzamos a cantar la canción de la escuela. Nuestras
voces eran débiles y ásperas, con un tono de profunda tristeza.
Fuimos a la piscina, ayudamos un compañero que había sufrido
heridas en una pierna y había perdido la visión. Otro compañero
había caído en la piscina, ya estaba muerto, su cuerpo estaba
quemado y destrozado. Vi el siguiente, un compañero intentando
apagar las llamas de las ropas de su amigo con la sangre que salía
de sus propias heridas. Algunos se lanzaban a la piscina para apagar
sus llamas.
Había otros con quemaduras por todo el cuerpo y que
tenían sus caras muy hinchadas hasta alcanzar dos o tres veces su
tamaño normal, no se podían reconocer. No puedo olvidar la imagen
de los que no podían moverse del suelo gritando y mirando hacia el
cielo ?¡¡Malditos sean!! ¡¡Malditos sean!!??? (Barnaby, 2004).
Esa fue la experiencia que vivió el adolescente Katao Osamu cuando
EE.UU lanzó desde el avión Enola Gay las bombas atómicas sobre
Hiroshima y Nagasaky en 1945, matando alrededor de 250 mil civiles
la mayoría mujeres, niños, enfermos, ancianos y la naturaleza.
Este testimonio viene a colación porque el presidente de EE.UU Joe Biden
ha asegurado en días recientes que la humanidad está actualmente
muy cerca de un posible ataque nuclear, declaró: ?Por primera vez
desde la crisis de los misiles en Cuba, tenemos una amenaza directa
del uso de armas nucleares??.?? frente a las amenazas del ministro de
Asuntos Exteriores de Rusia, Sergie Lavrov, quien confirmó que en
caso de que el conflicto en Ucrania desencadene una Tercera Guerra
Mundial, tendría un carácter destructivo e implicaría el uso de armas
nucleares.
El presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky,
irracionalmente, ha pedido a las naciones nucleares que hagan un
ataque nuclear ?preventivo?? mientras la Unión Europea y EE.UU
siguen apagando el fuego con gasolina mediante el envío de
logística, financiamiento y armas a Ucrania.
Rusia, de acuerdo a estimaciones, tiene 5,977 y EE.UU 5,428, que
tienen en conjunto miles de veces más poder destructivos y mortales
que lo ocurrido en Hiroshima y Nagasaky y capaces de sobrepasar
fronteras. China tiene 350 ojivas nucleares, Pakistán 165, Reino
Unido 225, India 160, Corea del Norte 20 e Israel es el único país que
se sabe que tiene armas nucleares pero no las reporta según la BBC
de Londres. Ninguna nación latinoamericana o caribeña actualmente
tiene armas nucleares.
Una guerra nuclear podría ser catastrófico, dependiendo el tipo de
arma nuclear, la altura y las condiciones del terreno, podría producir
una enorme nube de hongo que destruye edificios, objectos y
personas. La onda expansiva causaría muerte, lesiones y daños de
infraestructuras. La radiación causaría daño celular que puede llevar
al envenenamiento. La lluvia radioactiva, su polvo y restos radiactivos
que caen a tierra, unos 15 minutos después de la explosión, se
esparciría por zonas amplias del planeta y descensos de temperatura
de entre 20 y 30 grados centígrados que podría derivar en una
hambruna mundial y posibles nuevos brotes de pandemias y
epidemias. Se acabaría la vida de millones de personas y los daños
ambientales serían devastadores (Smith, 2017). El objetivo de las
armas nucleares es causar el mayor daño masivo posible.
Muy delicada la situación mundial. Debido a esto, no podemos ser
indiferentes, dedicarnos solamente a orar, ser individualistas
creyendo que es una amenaza que no me afecta a mí o mi familia o
pensar que es un conflicto lejano.
Antes que sea tarde, es imperativo apoyar los movimientos pacifistas contra las guerras, crear conciencia, insistir en las negociaciones, la diplomacia y el diálogo de todas las partes y hay que denunciar el capitalismo neoliberal
internacional que es la causa principal de fondo en las actuales
guerras. En un planeta globalizado cualquier crisis o conflicto
internacional como puede ser una guerra nuclear nos afectaría directa
o indirectamente. La humanidad está en un hilo donde nadie ganaría
una guerra nuclear.
Todos los gobiernos han de comprometerse a
nunca bajo ninguna circunstancia desarrollar, ensayar, producir,
fabricar, adquirir de cualquier otro modo, poseer o almacenar armas
nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares y comprometerse
también a defender la naturaleza y el ambiente de las guerras.
?Bienaventurados los que lucha por la paz, porque serán reconocidos
como hijos de Dios?? Jesús de Nazaret.
Referencias
Arrogante, V. (Julio, 2022). Sentido común contra las armas
nucleares. Revista Digital: Rebelión. España.
Barnaby, F. (2004). Cómo construir una bomba nuclear. Editorial
Paidós: España.
Periodismo Visual: (Septiembre, 2022). Rusia: cuántas armas
nucleares tiene y cómo se comparan con las de EE.UU y otros
países. Periódico Digital: BBC Mundo. Londres.
Smith, G. [editor] (2017). The war and enviroment. Editorial Just World
Books: US.