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Han pasado 22 años. Se le recuerda y su ausencia reclama necesidad hoy de un pastor conductor valiente de Iglesia servidora, consecuente, de hablar franco y claro, conocedor de las carencias y cercano sl…
Me consta la decisión de don Raúl de excomulgar a Jaime Guzmán no tan solo por el caso terrible de Sheila sino que por tantas atrocidades cometidas durante la dictadura y avaladas por Jaime Guzmán. La apropiación de la PUC por el gremialista Guzmán y el militar Swett por la dictadura y las atrocidades ocurridas en esa Universidad, trajo como consecuencia que don Raúl suspendiera el ejercicio de su cargo de Gran Canciller, en un acto inequívoco de su rechazo a las políticas dictatoriales de Guzmán , Swett y sus secuaces.
No fue fácil para don Raúl tomar la decisión de la excomunión a un católico declarado que además contaba con el poyo irrestricto de la dictadura , por ser su mentor y principal ideólogo. Guzmán supo que el cardenal pensaba excomulgarlo. De allí la retractación simbólica ya que Guzmán siempre fue quien ideó el camino de la dictadura con un alto nivel de convencimiento personal que eso era lo que había que hacer . Pero nunca hubo una retractación en su alma.
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El 09-04-2021, a las 10:44 p.m., Enrique Alfonso Orellana
Nos permitimos reenviar réplica recibida en respuesta a nuestro envío «Pascua cardenal Silva Henríquez», de parte de HAROLDO QUINTEROS, que sugerimos hacer lectura. Atte. Enrique
Hace tiempo, escribí un artículo sobre Jaime Guzmán Errázuriz. Transcribo una parte de él, referido al Cardenal Silva. Aquí va:
Poco se sabe de lo ocurrido con Sheila Cassidy, quien protagonizó un espantoso capítulo en la historia política de Chile en 1975. Eso, puesto que, primero, en Chile, cuando ocurrió no había libertad; y segundo, hoy en el país los medios de comunicación masiva siguen estando controlados mayoritariamente por la derecha política. En 1975, visitaba Chile una dama inglesa de profesión médico, graduada en 1963 en Oxford, una de las universidades más importantes del mundo. Cuando visitaba Chile, en calidad de profesional laico-católica y activa servidora de su iglesia, prestó auxilio profesional a un perseguido político herido a bala.
Lo hizo en una casa parroquial de la Iglesia. El herido era Nelson Gutiérrez, un dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que había llegado allí pidiendo auxilio. La casa era habitada por unas monjas que también eran inglesas, y, por lo tanto, conocían a su compatriota Sheila Cassidy, que no vivía allí. La llamaron telefónicamente, para atender profesionalmente a un ser humano. Gutiérrez tenía dos balas en sus piernas disparadas por agentes de la dictadura, y aun herido, logró escapar de sus perseguidores y llegó a esa casa parroquial. Las heridas ya se estaban grangrenando cuando Sheila Cassidy le extrajo las balas. Horas después de la operación, Gutiérrez, no del todo curado, alcanzó a salir de esa casa poco antes que los esbirros de la dictadura llegaran allí.
Irrumpieron en la casa y mataron a la asesora del hogar y cocinera chilena que allí trabajaba y luego capturaron a Sheila Cassidy. La embajada inglesa y el Cardenal Raúl Silva Henríquez, jefe máximo de la Iglesia Católica, pidieron de inmediato al gobierno su liberación, puesto que además de extranjera y católica, la mujer había curado a un hombre herido por razones sólo humanitarias. Pinochet dudó qué hacer, pero aquí aparece Jaime Guzmán, quien, como se sabe, siempre invocaba públicamente su condición de católico observante. Se lanzó por radio y prensa contra el Cardenal, a la vez pidiendo al gobierno ?investigar a fondo?? el caso que involucraba a Sheila Cassidy,, sabiendo perfectamente que ella ya estaba en las mazmorras de la DINA, y, por lo tanto, por lo menos suponiendo lo que allí le estaba sucediendo.
El dictador, finalmente, oyó a su asesor, no al Cardenal ni a la embajada de Inglaterra, y la mujer médico, durante tres meses, fue sometida a los apremios que también sufrieron muchas mujeres chilenas. Liberada en enero de 1976, merced a la presión económica que ejerció el gobierno inglés, Sheila Cassidy, en Europa, relató al mundo su horrenda experiencia en Chile, que luego describió en su libro ?Audacity to Believe?? (La audacia de creer). Al llegar a su país, la médico decidió hacerse monja, lo que es hasta hoy.
El libro fue traducido del inglés a todos los idiomas europeos y fue ampliamente difundido en Europa y Estados Unidos. En ese libro, que los udistas y admiradores de Pinochet y Guzmán debieran leer, ha quedado consignada para siempre la infame y canallesca actuación de Guzmán, quien aun siendo católico y primer consejero del dictador, no hizo absolutamente nada por la liberación de aquella médico inglesa.
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Saludos, Haroldo.
Pero hay más todavía sobre este caso:
En sus primeras intervenciones radiales sobre el caso, Guzmán sostuvo que los Derechos Humanos están subordinados a los intereses superiores del Estado. Esta visión contradice el fondo ideológico no sólo de toda democracia, sino la doctrina canónico-teológica y social de la Iglesia Católica, que considera que los Derechos Humanos son superiores al Estado. Guzmán, con anterioridad, ya había criticado frecuente y públicamente a la Iglesia y al Cardenal Silva Henríquez por haber creado la Vicaría de la Solidaridad, instrumento fundado por la Iglesia para defender a los perseguidos y presos políticos, además de atender económicamente a sus viudas, esposas e hijos.
Criticó también la presencia de curas de la Vicaría en las cárceles y campos de concentración, que promovían iniciativas de trabajo para las presas y presos políticos. Incluso, hasta consiguió el arresto de varios de ellos, como el presbítero Luis Gajardo, un cura que fue salvajemente torturado, encarcelado y expulsado del país, siendo chileno. Este odio y fanatismo político de Guzmán que culminó en el caso Cassidy, puso definitivamente de frente al Cardenal y a Guzmán. Hasta Mónica Madariaga, la Ministra de Justicia y de Educación de la dictadura, públicamente llamó a Guzmán a ?guardar respeto a nuestro Pastor.??
No sirvió de nada, y así, fue el caso de Sheila Cassidy lo que terminó con la paciencia del Cardenal, quien ordenó a Guzmán, en su calidad de católico observante, a retractarse de sus ataques a él, jefe supremo de la Iglesia Católica de Chile, nominado directa y personalmente por el Papa, el Vicario de Cristo en el tierra, so pena de ex ? comunión. Silva Henríquez dio a Guzmán un plazo de 24 horas para realizar su retractación. Guzmán, abrumado, debió retractarse públicamente, lo que hizo en una brevísima nota aparecida en una perdida página final del fiel pasquín de la dictadura, el diario ?La Tercera?? cuando ya mediaba el año 1975.
El vie, 9 abr 2021 a las 10:03, NUESTRA AFP DE CHILE (
Han pasado 22 años. Se le recuerda y su ausencia nostálgica reclama para tiempos de hoy, la necesidad de un pastor conductor valiente de Iglesia servidora, consecuente, de hablar franco y claro, conocedor actuante de las carencias y cercano al pueblo de Dios. Fraternalmente. Enrique
A 22 A?OS DE LA PASCUA DEL CARDENAL SILVA.
El 9 de abril se cumplirán 22 años de la presencia del alma del Cardenal Silva ante Dios Todopoderoso. El cardenal Silva Henríquez fue un líder valiente y carismático de la Iglesia católica, que puso toda su influencia y su poder al servicio de su prójimo. Tuve el privilegio de compartir vida y esperanza en su denodada lucha por lograr que el amor impere siempre en nuestros corazones.
El mejor homenaje que podemos rendirle hoy al recordar los 22 años de su Pascua, es transcribiendo una oración privada que tuvo con Jesús, sin percatarse que tenía el micrófono abierto. En esa oportunidad le rezó a Jesús acerca de la razón de su profunda vida sacerdotal con esta oración (1):
?No soy nada??
Tú no puedes querer, Señor, que todo el esfuerzo de este hombre que Tú llamaste a tu servicio, sea inútil.
Por tu amor, por tu bondad, haz que se cumpla la palabra de tu sacerdote: te pido que crezca el amor, que llegue la comprensión, que los hombres sean hermanos, que se acabe la violencia, que se termine la guerra.
Señor, te lo dice el pobre niño que Tú llamaste hasta aquí, y que ha dejado muchas cosas por seguirte. Tú no puedes dejar de responder a este llamado. Tú eres mi Padre, Tú eres mi amor, el único amor de mi vida.
Gracias, Señor por mi impotencia, por mi debilidad. Te pido serte fiel siempre a pesar de todo ello. Te pido que me incline ante la verdad: que yo la manifieste; que no me deje vencer ni aun por el afecto que yo les debo a los más pobres, y a los más humildes; que no me deje vencer por no ver la justicia; que la vea, que la sirva, aunque a veces sea doloroso el servicio, el estar a tu servicio.
¡Que difícil es, Señor, todo esto! ¡Que difícil es entrar en la lucha de los hombres para apaciguarlos, para hacerles creer que amar es mil veces más hermoso que odiar, y que una vida, una ciudad, un estado, una nación no se construyeron sino con el amor!.
Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida.
¡Déjame, Señor, seguir este Camino, déjame vivir la Verdad, déjame llegar a esa Vida que me espera!
Te lo pido humildemente, por el amor que yo siento. Así sea??.
Reinaldo Sapag Chain
Presidente
Corporación Cardenal del Pueblo
(1)Extraído del texto ?Mi amigo el Cardenal??, escrito por Reinaldo Sapag.
Ediciones Copygraph 2007