Paraguay: Países latinoamericanos califican de golpe de Estado la destitución de Fernando Lugo (obispo) y rechazan a Franco

0
33

Consideran la destitución de Fernando Lugo un «golpe de Estado»
Piden una «acción colectiva de la comunidad internacional»
El Senado paraguayo destituye a Lugo por «mal desempeño del cargo»
El Senado de Paraguay destituye a Fernando Lugo
EFE 23.06.2012 – 08:46h
Argentina, Ecuador, Bolivia, República Dominicana y Venezuela consideran la destitución de Fernando Lugo un «golpe de Estado» y señalaron que no reconocerán al nuevo jefe de Estado de Paraguay, Federico Franco.

Costa Rica «deploró» un proceso con «visos de golpe de Estado» y ofreció asilo a Lugo y a sus colaboradores, mientras Perú lo definió como «golpe a la democracia» y EEUU hizo un llamamiento a la calma.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue el primero en anunciar que no aceptará otro presidente que no sea Lugo. Tras él, la argentina Cristina Fernández afirmó que no va a «convalidar el golpe»; el venezolano Hugo Chávez, dijo que no reconoce «al írrito e ilegal» Gobierno de Franco, y el boliviano Evo Morales no acepta «un Gobierno que no surja de las urnas y del mandato del pueblo».

Acción colectiva de la comunidad internacional

El presidente dominicano, Leonel Fernández, pidió que se convoque «inmediatamente» una reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) para «suspender al país sudamericano de los organismos regionales» y planteó, además, «una acción colectiva de la comunidad internacional» para restituir a Lugo.

Aunque el canciller venezolano, Nicolás Maduro, anunció que los presidentes de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) se van a reunir «pronto», su secretario general, el también venezolano Alí Rodríguez Araque, no se ha pronunciado tras el cambio presidencial.
Quizás porque a Franco le corresponde la presidencia pro témpore de Unasur, que asumió Lugo este mes en Bogotá.

Primeras palabras de Franco

En su primer discurso como jefe de Estado, Franco sostuvo que la «transición» que comienza en el país «se realiza dentro del orden constitucional» y «de ninguna manera pone en riesgo la vigencia y principios democráticos universales».

Franco pidió a los líderes de los países vecinos, en particular los socios del Mercosur, que «entiendan» la situación y acepten que hará «el mayor de los esfuerzos para que esto se normalice».
La Constitución paraguaya prevé la posibilidad de un «juicio político» al presidente y también que si es destituido por el Senado, que actúa como tribunal, el vicepresidente asuma la jefatura del Estado hasta las siguientes elecciones presidenciales previstas, en este caso en abril de 2013.

Lugo, que había dicho que iba a afrontar el juicio «con todas las consecuencias», acató la decisión pese a que, según dijo, la ley se había «torcido» y abandonó el Palacio Presidencial.
En San José, el canciller de Costa Rica, Enrique Castillo, señaló que su país, «que históricamente ha sido un tradicional territorio de refugio y asilo, expresa la mejor disposición de considerar (otorgarlo) al presidente Fernando Lugo o a algún miembro de su gabinete, si lo tienen a bien formular una petición en ese sentido».

Aplicar normas contra actos ilegítimos

Para Correa, la destitución de Lugo ha sido un «golpe ilegítimo» y la Unasur debe aplicar sus normas «contra actos ilegítimos como el ocurrido en Paraguay en 24 horas, que contempla, por ejemplo el cierre de fronteras».
Morales, por su parte, aseguró que detrás de la acción política se «mueve la mano de los neoliberales internos y externos» y señaló que es una «acción del imperialismo y la derecha» internacional».
Para Chávez, se ha «defenestrado de manera totalmente ilegítima» a Lugo, «igual le hicieron» en junio de 2009 al entonces presidente de Honduras, Manuel Zelaya y lo que «trataron de hacer» en Venezuela en 2001 y aseguró que «esto no termina allí».

Leonel Fernández condenó de forma «enérgica» la «forma ilegal y antidemocrática» como fue sustituido Lugo y pidió a la comunidad internacional no reconocer al nuevo gobierno del país suramericano.
Para el presidente del Parlamento de El Salvador, Sigfrido Reyes, la «repentina destitución» de Lugo «vulnera el orden democrático» y según la Cancillería «riñe» con la Carta Democrática de la OEA.. .
http://www.rtve.es/noticias/20120623/varios-paises/539359.shtml

PRESIDENTE DE HAITI Y DESTITUIDO POR GOLPE DE ESTADO

Jean-Bertrand Aristide (Sacerdote)

(Port-Salot, 1953) Político y religioso haitiano, presidente de la República de Haití entre 1990 y 1996, aunque entre septiembre de 1991 y octubre de 1994 estuvo apartado del poder por el golpe militar que protagonizó Raúl Cedrás. En 2000 volvió a concurrir como candidato a la presidencia y asumió el cargo en febrero de 2001, aunque el proceso electoral fue calificado de fraudulento. Tres años después, fue derrocado.

Nacido en el seno de una familia de humildes campesinos, al producirse la muerte de su padre, cuando apenas contaba unos meses de vida, su rota familia se trasladó a Puerto Príncipe. A los cinco años comenzó a asistir a una escuela dirigida por la Orden de los Salesianos. Allí mostró poseer una gran inteligencia y destacó en el estudio de la Lengua francesa y la Biblia.

En 1966 fue enviado al seminario que poseía la orden de San Francisco de Sales en Cabo Haitiano, donde comenzó a preparase para el sacerdocio. En 1975 comenzó a trabajar con los miembros de la corriente eclesiástica conocida como Ti Legliz, quienes simpatizaban con la Teología de la Liberación y trabajaban a favor de los pobres. Tras un año y medio de noviciado en la República Dominicana, se matriculó en sociología en la Universidad Estatal de Puerto Príncipe.

Aristide fue nombrado a finales de la década de los setenta responsable de programación de Radio Cacique, la emisora de la Iglesia Católica, desde la que promovía protestas contra el brutal régimen de Jean-Claude Duvalier y pedía la aplicación de cambios políticos. Su comportamiento le valió numerosos enfrentamientos con sus superiores, y fue enviado fuera del país en 1979 por la jerarquía eclesiástica con la excusa de la necesidad de completar su formación religiosa.

Su primer destino fue Israel, donde estudió teología bíblica, para posteriormente desplazarse a Londres y a Montreal, donde efectuó un master en teología. Regresó durante un breve período a Haití en 1982 para ser ordenado como sacerdote por el obispo progresista Willy Romelus. Su vuelta definitiva se produjo en 1985 para dirigir la parroquia de San Juan Bosco, situada en uno de los barrios más empobrecidos de Puerto Príncipe, y para trabajar como director adjunto en el Colegio Nacional de Artes y Oficios.

Aristide comenzó a organizar una serie de movimientos de protesta contra el régimen en Puerto Príncipe y otros lugares del país, desde los que se criticaban los abusos contra los derechos humanos y se defendían los derechos de los pobres. Sus sermones fueron adquiriendo un carácter cada vez más crítico. Duvalier fue expulsado de Haití en febrero de 1986, pero el gobierno permaneció en manos de los militares. Ese mismo año, Aristide sufrió un atentado del que salió ileso. A pesar de ello, continuó siendo el personaje más destacado de la oposición.

Con el fin de acoger a los numerosos huérfanos que vivían en las calles de Puerto Príncipe, fundó el orfanato Lafanni Selari. Las jerarquías eclesiástica y militar aumentaron la presión sobre Aristide con el fin de que abandonara sus actividades políticas; para lograrlo intentaron trasladarlo en 1987 a una pequeña parroquia en el campo, acción que fue frenada por sus seguidores cuando ocuparon la catedral de Puerto Príncipe y se declararon en huelga de hambre.

El 11 de septiembre de 1988, mientras se encontraba celebrando un mitin, se produjo un ataque de los tonton-macute, la temible policía política haitiana, que causó 13 muertos y 72 heridos. Los salesianos le acusaron de incitar a la violencia y fue expulsado de la orden a finales de 1988. Para evitar los ataques de las altas instancias de la Iglesia, evitó celebrar actos y predicaciones en público.
Cuando un conocido duvarielista decidió presentarse a las elecciones de diciembre de 1990, las primeras libres celebradas en Haití desde 1804, las fuerzas de la oposición decidieron presentar una lista única bajo el nombre de Frente Nacional para el Cambio y la Democracia (FNCD), cuya cabecera ofrecieron a Aristide. Su candidatura obtuvo el 67% de los votos, por lo que fue proclamado presidente de la República el 7 de febrero de 1991.

Tras su elección, recibió presiones del Vaticano para que abandonase el sacerdocio, hecho que ocurrió en noviembre de 1994 cuando solicitó formalmente ser liberado de sus obligaciones sacerdotales. Nombró a René Préval, uno de sus más estrechos colaboradores, primer ministro. . . .
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/aristide.htm