Paraguay: El Instituto del Indígena tiene su primera presidenta nativa

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ALC

Margarita MbywangiVestida con traje típico, adornada de plumas y en medio de ritos ancestrales, la cacique Margarita Mbywangi asumió ayer la presidencia del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi). Es la primera nativa que recibe la confianza para dirigir el ente. En un salón del Ministerio de Educación de Paraguay repleto de indígenas, de representantes del Gobierno y de organizaciones no gubernamentales, se realizó ayer la asunción de la cacique como presidenta del Indi. Mbywangi, de 47 años, soportó la persecución de los blancos. Sus padres fueron asesinados y ella fue vendida, luego abandonó a su familia adoptiva y se reintegró a su etnia.

El acto comenzó con la lectura del decreto y seguidamente dos líderes espirituales oraron por el buen desempeño de la nativa. Fue un momento cargado de emoción. Los religiosos imploraban a Dios sabiduría para que pueda responder a las necesidades de sus hermanos.

Seguidamente, Mbywangi dijo que asumía el cargo para servir a los indígenas, consciente de las dificultades que encontrará.

Agradeció al presidente Lugo por haber confiado en una indígena para llevar adelante la ayuda a los nativos y las acciones que hagan justicia con sus pueblos. «Ya no queremos más limosnas. Queremos lo que nos corresponde en justicia y hoy se abre el camino que nos llevará a recuperar nuestra dignidad robada hace más de 500 años», remarcó.

Invitó a todos los pueblos indígenas a unirse y dejar de lado a las personas que quieren que se peleen. «Tenemos una oportunidad única para realizar un importante trabajo y para ello contamos el apoyo del presidente Lugo», reiteró.

Invocó a su Dios para desterrar la mezquindad y llegar a la tierra prometida. Agregó que desde su administración impulsará una nueva política donde los indígenas sean sujetos de cambios y no objetos de lástima, burla y discriminación. «No queremos ser una carga porque tenemos valores que dar. Queremos que se nos trate con igualdad para caminar hacia la tierra sin mal», concluyó.

Ya en su oficina, en el Indi, Mbywangi lloró de la emoción y dedicó el cargo a sus antepasados quienes murieron en la terrible persecución de los blancos a los aché.