Buscando una reflexión no clerical ni cristiana, sino puramente humana, partiremos de un conocido mito pagano.
1.- Al poeta-músico Orfeo se le permitió sacar del inframundo a su amada Eurídice, muerta en pleno idilio, a condición de que durante todo el camino de salida, ella iría detrás, y él no podía volverse a mirarla, so pena de perderla. Así iban subiendo cuando llegó un momento en que Orfeo, exultante por haber recobrado a su amor, no supo resistir el deseo de verla: volvió la vista atrás y, en aquel momento, Eurídice desapareció, tragada por los infiernos mientras gritaba: ?me has perdido a mí, desgraciada, y a ti??. Orfeo lloró toda su vida aquel desliz. Y Virgilio, en sus Geórgicas, pintó un Orfeo que repite desesperado el nombre de Eurídice, cuyo eco resuena en toda la naturaleza. ··· Ver noticia ···
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