El arzobispo de Agrigento saludó hoy la voluntad del Papa de visitar la isla italiana de Lampedusa, que se convirtió en puerto de abrigo para miles de inmigrantes africanos que quieren escapar de la guerra y la pobreza.
«Él quiere venir acá con la simplicidad de un obispo que toma cuenta de sus comunidades y que mira con los ojos del corazón”, realza D. Francesco Montenegro, en declaraciones publicadas por radio Vaticano.
El viaje hasta Lampedusa, con llegada prevista a las 9h00 locales (menos una en Lisboa) del próximo lunes 8 de julio, será el primer viaje del Papa fuera de Roma, desde que fue electo como sucesor de Benedicto XVI el 13 de marzo de este año.
Situada a menos de 115 kilómetros de la costa de Túnez, más cerca de aquel país que de Sicilia, provincia italiana donde está inserta, la isla ya recibió decenas de miles de inmigrantes y refugiados africanos, desde que la llamada «Primavera Árabe” comenzó hace cerca de dos años.
De acuerdo con D. Francesco Montenegro, «Lampedusa es hoy un puente hacia el continente africano”, una vinculación con Europa «que no se puede hacer de cuenta que no existe”.
Con el ansia de un rumbo nuevo, lejos del clima de violencia y de inestabilidad social y política, muchos inmigrantes y refugiados perdieron la vida durante la travesía marítima hasta la isla.
Pero «el número de muertos parece no interesar porque se trata de personas con un color de piel diferente. Existe todavía mucha indiferencia”, se lamenta el arzobispo.
El prelado estuvo recientemente en Roma en «visita ad limina” y aprovechó para informar al Papa sobre lo que ha estado ocurriendo en la isla.
Según D. Francesco Montenegro, Francisco no sólo manifestó su voluntad de visitar a los refugiados sino también a la población local, que «ha hecho de todo” por ayudar a los inmigrantes, que frecuentemente se embarcan en el viaje sin nada.
Las ayudas han pasado, entre otras iniciativas, por el suministro de cuidados de higiene y por la donación de ropas y alimentos.
«La inmigración no es una emergencia, tenemos que tener la valentía de parar de usar esa palabra. Hoy pueden llegar aquí 10 inmigrantes, mañana otros 100 o 1000, pero el problema no está en el número, ni que sean sólo 10, se trata de personas que sólo quieren vivir”, destacó el arzobispo de Agrigento.
Fuente: Agencia Ecclesia – 02.07.2013
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com