Panel Agosto 4 ? 2016 -- Benjamín Forcano

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Benjamín Forcano11. Carta a Dilma Rousset (Benjamín Forcano)
2. Discurso completo de Dilma ante los senadores del Congreso Nacional
3. La Paz ?DECENARI0 (Benjamín Forcano)

1.-Carta abierta a Dilma Rouset, Presidenta de Brasil
Amiga y querida Dilma:
Permíteme que te tutee, aun cuando no te conozca personalmente, en señal del profundo respeto, admiración y estima que siento por ti. Hay amistades que se forjan de lejos, en las entrañas de quienes de verdad nos sentimos humanos. De lejos vengo alimentando esa savia secreta que se hace mezcla con cuantos en uno u otro lugar de la Tierra, nacen para ser libres y hacer valer la dignidad y derechos de todo ser humano. Hace años que entendí la lógica de los poderosos y de los imperios forjados por ellos.

Comprobé en Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá, Bolivia, Venezuela ?? la verdad suscrita por el estadounidense Noam Chomsky : ?Cuando en nuestras posesiones se cuestiona la quinta libertad (la libertad de saquear y explotar) los Estados Unidos suelen recurrir a la subversión, al terror o a la agresión directa para restaurarla??.
O la verdad de estas otras palabras del asesinado teólogo Ignacio Ellacuría: ?El capital, sobre todo en su dimensión internacional, pero también nacional, pone a su servicio a los hombres, las clases sociales, las naciones y no digamos a todo el aparato económico??.

Lo que aplicado al caso de Brasil, da como resultado lo escrito por Lula: ?Ellos (las clases dirigentes conservadoras) no consiguen soportar que, en 12 años, un presidente que solamente tiene diploma de primaria haya puesto más estudiantes en la universidad que ellos en un siglo. Que ese presidente haya puesto tres veces y media más estudiantes en escuelas técnicas que ellos en cien años. Que haya llevado energía eléctrica a 15 millones de personas. Que no les haya dejado privatizar el Banco de Brasil, la Caja Económica Federal y los bancos de los estados Espírito Santo, Santa Catarina y Piauí. Que en los últimos 12 años han abierto una cuenta corriente en un banco 70 millones de personas, gente que entró en una agencia bancaria por primera vez sin que fuera para pagar una factura. Creo que eso explica el odio y la mentira de esas personas. El pobre viajando en avión comienza a incomodar; que vaya a la facultad comienza a incomodar; todo lo que es conquista social incomoda a una élite perversa» (Discurso en el sindicato de los empleados de banca de ABC el 24 de julio de 2015: Jornal do Brasil online del 25/07/2015).

Pero, no es amiga Dilma, que te escriba para explicarte cosas que tú sabes mejor que yo, y que nuestras gentes ?las de abajo, que son mayoría- pongan en duda a veces o no acierten a entender por el engaño y sumisión manipuladora a que las somete el poder mediático de esa élite económica y política. No.
Te escribo porque, después de leer tu discurso ante los 81 senadores del Congreso Nacional, me he sentido en la necesidad de comunicarte, y comunicar a los demás, algo de excepcional importancia, que me temo pueda pasar desapercibido, por las mil preocupaciones cotidianas, irrelevantes al lado de la magnitud de lo que en ti se ha concentrado. Son éstas las cosas que me empujan a escribirte: La talla de tu comportamiento. Las fingidas y disparatadas historias del Senado. El golpe de Estado con muerte política de la democracia. La callada y escandalosa complicidad de muchos Estados ante semejante crimen. Los idólatras del antidios dinero.
Para mi objetivo, y no hacerme largo, voy a comentar tan solo un par de puntos.
1.La talla de tu comportamiento.

Es lo que más me ha conmovido, sentirte digna y entera ante el fragor de profundos y encontrados sentimientos: la evidente honradez y coherencia de tu conducta; la solapada y cruel hipocresía de quienes, sin poder tapar las vergüenzas de su enorme corrupción, se han atrevido a juzgarte inventando mentiras y pretextos; la desfachatez de pretender airear y convertir en legal, cuando no en ética, la farsa de su sentencia. Y, el pasmo de que, semejante atropello, haya sido aplaudido por la bancada de 61 senadores.
Tu ruta biográfica la conocen todos, como guerrillera otrora; como mujer violentada y marcada por la tortura; como luchadora que hizo causa suya la dignidad y liberación de los más pobres, mayoría en Brasil; como política y militante del PT, elegida por 54 millones y medio de brasileños, siendo la primera mujer alzada a la Presidencia.

Lo has repetido, sin apuros y sin tener que rebuscar torcidos argumentos. Pudiste mirarles a la cara, con la cabeza erguida , flagelando sin piedad su astucia, cobardía y codicia miserables. Ni uno de ellos es capaz de resistir sólo ante ti, pero les une a todos la misma condición, que les lleva a protegerse corporativamente, con el uso arbitrario y despótico del poder. Tus palabras son , en sí mismas, retrato vivo de tu estilo de vida y el más claro alegato de tu defensa. ,
Les dijiste:
. ?Al ejercer la Presidencia, de la República, respeté fielmente el compromiso que asumí ante la nación y ante aquellos que me eligieron. Y eso me enorgullece. Entre mis defectos no están la deslealtad y la cobardía. No traiciono los compromisos que asumo, los principios que defiendo o a los que luchan a mi lado. En la dictadura resistí. Pese a recibir el peso de la injusticia sobre mis hombros, seguí luchando por la democracia. Luché por una sociedad en la que no hubiera miseria ni excluidos. Luché por Brasil soberano, más igual y en el que hubiera justicia.

No sería ahora, a los casi setenta años de edad, después de ser madre y abuela, que abdicaría de los principios que siempre me han guiado.
. He sido intransigente en la defensa de la honestidad en la gestión pública. No esperen de mí el obsequio de los cobardes. Hinquemos el pie en el terreno que está del lado correcto de la historia, aunque el suelo tiemble y amenace de nuevo con tragarnos. Lo más importante es que puedo mirarme a mí misma y ver el rostro de alguien que, pese a las huellas del tiempo, tiene fuerzas para defender sus ideas y sus derechos. Vengo para mirar directamente a los ojos a vuestras excelencias y decir, con la serenidad de los que no tienen nada que esconder, que no he cometido ningún crimen de responsabilidad. No he cometido los crímenes de los cuales se me acusa injusta y arbitrariamente.

. En el pasado de América Latina y de Brasil, siempre que intereses de sectores de la élite económica y política fueron heridos por las urnas, y no existían razones jurídicas para una destitución legítima, se tramaron conspiraciones que derivaron en golpes de Estado. Lo que pretende el gobierno interino, de transmutarse en efectivo, es un verdadero ataque a las conquistas de los últimos años. Nunca acepté en mi vida amenazas o chantajes. Si yo hubiera sido cómplice de la improbidad y de lo peor de la política brasileña, como muchos hasta hoy no tienen el menor pudor de hacerlo, yo no correría el riesgo de ser condenada injustamente.
. Todos saben que no me enriquecí en el ejercicio de cargos públicos, que no desvié dinero público en provecho propio ni de mis familiares, y que no tengo cuentas o inmuebles en el exterior. Siempre actué con absoluta probidad en los cargos públicos que ocupe a los largo de mi vida.

. Este es el segundo juicio al que soy sometida y en el que la democracia se sienta conmigo en el banquillo de los acusados. La primera vez, fui condenada por un tribunal de excepción. Hoy, a pesar de las diferencias, vuelvo a sufrir el sufrimiento de injusticia y el miedo a que, una vez más, la democracia esté siendo condenada conmigo. Hoy sólo temo por la muerte de la democracia. Les pido que le hagan justicia a una presidenta honesta, que jamás cometió acto ilegal alguno, en la vida personal o en las funciones públicas que ejerció. Voten por la democracia.

2. Idólatras del anti-dios dinero.
En Brasil , como en otros Estados, las crisis de desigualdad e

injusticia vienen provocadas por el saqueo de las finanzas públicas y de los bolsillos de los ciudadanos por parte de un sector minoritario de la sociedad. En realidad, un Estado de Derecho no puede existir mientras no haya democracia económica.

El Papa Francisco lo ha pregonado bien alto: ?No queremos este sistema económico globalizado que nos hace tanto daño. Hombres y mujeres tienen que estar en el centro (de un sistema económico) como Dios quiere, no el dinero. El mundo se ha convertido en un idólatra de este dios llamado dinero. Y esto no es un problema de Italia y Europa (??.) es la consecuencia de la elección del mundo de un sistema económico que ocasiona esta tragedia, que tiene en el centro a un ídolo que se llama dinero?? ( En la ciudad de Cagliari, Italia).
Traigo estas palabras porque no pocos de los senadores, ciudadanos de un Brasil mayoritariamente católico y que te han dictado sentencia condenatoria, se llaman o profesan cristianos, cayendo en un dilema absolutamente contradictorio: ?Si un cristiano es capitalista; y si el capital es el anti-dios; dicho cristiano se encuentra en contradicción práctica?? ( E. Dussel).

No voy ahora a exponer lo que de religión teista se le ha pegado al cristianismo, con olvido o ignorancia del concepto auténtico del Dios de Jesús de Nazaret. Son muchas las imágenes idolátricas de las que hemos de liberar al cristianismo. Y una de ellas es ésta, que pretende compatibilizar el dios-fetiche del dinero, encarnado hoy en el capitalismo neoliberal, con el Dios de Jesús.
Ayer como hoy, está comprobado que la imagen de Dios que se tenga, influye en la vida individual y colectiva, positiva o negativamente. Hay muchas y determinadas imágenes que, en lugar de sanar y liberar, enferman y oprimen.

Y la novedad de Jesús en este punto es absoluta: la riqueza en sí misma no es mala o maldita, sino que se convierte en tal cuando deviene abundancia insultante de unos frente a la inhumana pobreza de otros. Jesús fustiga la riqueza (No se puede servir a Dios y al dinero) porque riqueza y pobreza son siempre relacionales, no existe la una sin la otra, ricos y pobres existen dialécticamente interrelacionados: existen masas empobrecidas, porque existen minorías empobrecedoras. El nexo es causal entre ambas. La malicia última de la riqueza es que es relacional, opresora de los pobres.

Jesús afirma lapidariamente que los que hacen del dinero el centro de su vida, son los verdaderos idólatras de hoy, y no son cosas del pasado, relegadas a un museo. El Dios de Jesús es un Dios de vida para todos, no un Dios de muerte como es el dios capitalista liberal, que fabrica cada vez más desigualdad e injusticia, más hambre, enfermedad y desempleo, más abismo entre ricos y pobres.
Los ricos viven de un sistema que les permite a acaparar cada vez más, un sistema que despoja, roba, somete, discrimina, manipula; un sistema portador de muerte. Sus seguidores no conocen a Dios por más que lo nombren o invoquen, porque ?quien aborrece al hermano no ama a Dios, es asesino?? (1 Jn 3, 15).
Si, pues, una minoría económica y política de Brasil resulta detentadora de la riqueza, a la cual constituye en el centro de su vida, como becerro de oro, el antidios dinero a quien adora, no puede en modo alguno reconocer ni creer en el Dios verdadero, cuyo reino es y se construye sobre la igualdad, la justicia, la fraternidad, la libertad y la paz.

Querida y admirada Dilma: han intentado crucificarte con los garfios de la maldad, enroscados en políticos deshumanizados. Por lo que sea, han abdicado de su especie, no entiendo qué extrañas circunstancias les han desposeído de su natural dignidad y bondad para unirse como perros rabiosos y destrozarte hasta hacerte desaparecer. Les has dado miedo, como bala explosiva de sus indignidades, y han optado por encerrarse en una esquiva superioridad; dioses pequeños, sin norte, desvanecidos los principios de su humanidad, no quedará rastro de su vida, aun cuando se crean se crean con derecho a aniquilar la de los demás: ?Os matarán, y creerán que hacen un obsequio a Dios??, decía el Nazareno. Nada menos.
Nos colma y fortalece cuanto has demostrado y encontramos en ti nítida y bella la identidad humana que no nos es dado achicar o deslucir apostatando de ella.
En tu comparecencia ante los senadores has dado un ejemplo llano, natural, irrebatible, de que por encima de la cobardía, la soberbia, la avaricia y el pecado de lesa humanidad cometido contra ti, está la marca, que ellos habrán de recuperar, de tu dignidad humana, imagen de Otra Dignidad de infinita justicia y amor, que a todos nos envuelve y sustenta. Has sido llama ardiente de utopía y esperanza, para un caminar con futuro.¡Bendita seas!
Con fraterno y entrañable afecto
Benjamín Forcano

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Discurso completo de Dilma Roussett, presidenta legítima del Brasil ante el Senado
30/Agosto/2016
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Foto: Lula Marques/AgenciaPT
La presidenta brasileña Dilma Rousseff, apartada del poder temporalmente desde el 12 de mayo, estuvo el lunes (29) en el Senado de Brasil durante más de 14 horas, defendiendose personalmente de las acusaciones de un presunto delito de responsabilidad. En su discurso inicial, negó los delitos que se le imputan y declaró: ?Jama?s atentari?a contra lo que creo o practicari?a actos contrarios a los intereses de los que me eligieron??. 
Discurso completo de la Presidenta de Brasil Dilma Rousseff

?Excelenti?simo sen?or presidente del Supremo Tribunal Federal Ricardo Lewandowski, Excelenti?simo sen?or presidente del Senado Federal Renan Calheiros, Excelenti?simas sen?oras senadoras y excelenti?simos sen?ores senadores, Ciudadanas y ciudadanos de mi amado Brasil.
El di?a 10 de enero de 2015 asumi? mi segundo mandato a la Presidencia de la Repu?blica Federativa de Brasil. Fui elegida por ma?s de 54 millones de votos.En mi toma de posesio?n, asumi? el compromiso de mantener, defender y cumplir la Constitucio?n, al igual que el de observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasilen?o, sostener la unio?n, la integridad y la independencia de Brasil.

Al ejercer la Presidencia de la Repu?blica, respete? fielmente el compromiso que asumi? ante la nacio?n y ante aquellos que me eligieron. Y eso me enorgullece. Siempre crei? en la democracia y en el Estado de derecho, y siempre vi en la Constitucio?n de 1988 una de las grandes conquistas de nuestro pueblo.Jama?s atentari?a contra lo que creo o practicari?a actos contrarios a los intereses de los que me eligieron.
En esta jornada para defenderme del impeachment, me acerque? ma?s al pueblo, tuve la oportunidad de oi?r su reconocimiento, de recibir su carin?o. Oi? tambie?n cri?ticas duras a mi gobierno, a errores que fueron cometidos y a medidas y poli?ticas que no fueron adoptadas. Acojo esas cri?ticas con humildad.Incluso porque, como todos, tengo defectos y cometo errores.Entre mis defectos no esta?n la deslealtad y la cobardi?a. No traiciono los compromisos que asumo, los principios que defiendo o a los que luchan a mi lado. En la lucha contra la dictadura, recibi? en mi cuerpo las marcas de la tortura. Cargue? amargamente durante an?os el sufrimiento de la prisio?n. Vi a compan?eros y compan?eras siendo violentados, y hasta asesinados.

En esa e?poca, yo era muy joven. Teni?a muchos por esperar de la vida. Le teni?a miedo a la muerte, a las secuelas de la tortura en mi cuerpo y en mi alma. Pero no cedi?. Resisti?. Resisti? a la tormenta del terror empezaba a tragarme, en la oscuridad de los tiempos amargos que vivi?a el pai?s. No cambie? de lado. Pese a recibir el peso de la injusticia sobre mis hombros, segui? luchando por la democracia. Dedique? todos esos an?os de mi vida a la lucha por una sociedad sin odios o intolerancia. Luche? por una sociedad libre de prejuicios y de discriminaciones. Luche? por una sociedad en la que no hubiera miseria ni excluidos. Luche? por un Brasil soberano, ma?s igual y en el que hubiera justicia.
Eso me llena de orgullo. El que cree lucha.No seri?a ahora, a los casi setenta an?os de edad, despue?s de ser madre y abuela, que abdicari?a de los principios que siempre me han guiado. Ejerciendo la Presidencia de la Repu?blica, he honrado el compromiso con mi pai?s, con la Democracia, con el Estado de derecho. He sido intransigente en la defensa de la honestidad en la gestio?n de la cosa pu?blica. Por ello, frente a las acusaciones que contra mi? se dirigen en este proceso, no puedo dejar de sentir en la boca, nuevamente, el gusto a?spero y amargo de la injusticia y de lo arbitrario.

Y por eso, como en el pasado, resisto.
No esperen de mi? el obsequioso silencio de los cobardes. En el pasado, con las armas, y hoy, con la reto?rica juri?dica, pretenden nuevamente atentar contra la democracia y contra el Estado de derecho. Si algunos le dan la espalda a su pasado y negocian por los beneficios del presente, que respondan ante su conciencia y ante la historia por los actos que practican. A mi? me cabe lamentar lo que fueron y lo que se han vuelto.
Y resistir. Resistir siempre. Resistir para despertar las consciencias au?n dormidas para que, juntos, hinquemos el pie en el terreno que esta? del lado correcto de la historia, aunque el suelo tiemble y amenace de nuevo con tragarnos. No lucho por mi mandato por vanidad o por apego al poder, como es propio de los que no tienen e?tica, principios o utopi?as por conquistar. Lucho por la democracia, por la verdad y por la justicia. Lucho por el pueblo de mi pai?s, por su bienestar. Muchos hoy me preguntan de do?nde viene mi energi?a para proseguir. Viene de lo que creo. Puedo mirar hacia atra?s y ver todo lo que hicimos. Mirar hacia delante y ver todo lo que todavi?a necesitamos y podemos hacer. Lo ma?s importante es que puedo mi?rame a mi? misma y ver el rostro de alguien que, pese a las huellas del tiempo, tiene fuerzas para defender sus ideas y sus derechos.

Presidenta Dilma Rousseff durante discurso no Senado Federal. Foto: Roberto Stuckert Filho/PR
Se? que, pronto, y una vez ma?s en la vida, sere? juzgada. Y es porque tengo la conciencia absolutamente tranquila en relacio?n a lo que hice en el ejercicio de la Presidencia de la Repu?blica que vengo personalmente ante la presencia de los que me juzgara?n. Vengo para mirar directamente a los ojos a vuestras excelencias y decir, con la serenidad de los que no tienen nada que esconder, que no he cometido ningu?n crimen de responsabilidad. No he cometido los cri?menes de los cuales se me acusa injusta y arbitrariamente. Hoy, Brasil, el mundo y la historia nos observan y aguardan el desenlace de este proceso de impeachment.
En el pasado de Ame?rica Latina y de Brasil, siempre que intereses de sectores de la elite econo?mica y poli?tica fueron heridos por las urnas, y no existi?an razones juri?dicas para una destitucio?n legi?tima, se tramaron conspiraciones que resultaron en golpes de Estado.

El presidente Getu?lio Vargas, que nos lego? nuestra legislacio?n laboral y la defensa del patrimonio nacional, sufrio? una implacable persecucio?n, la hedionda trama orquestada por la llamada ?Repu?blica de Galea?o??, que lo levo? al suicidio. El presidente Juscelino Kubitscheck, que construyo? esta ciudad, fue vi?ctima de constantes y fracasados intentos de golpe, como ocurrio? en el episodio de Aragarc?as. El presidente Joa?o Goulart, defensor de la democracia, de los derechos de los trabajadores y de las Reformas de Base, supero? el golpe del parlamentarismo pero fue destituido y se instauro? la dictadura militar, en 1964. Durante 20 an?os, vivimos el silencio impuesto por el arbitrio y la democracia fue barrida de nuestro pai?s. Millones de brasilen?os lucharon y reconquistaron el derecho a elecciones directas.

Hoy, una vez ma?s, al ser contrariados y heridos en las urnas los intereses de sectores de la elite econo?mica y poli?tica, nos vemos frente al riesgo de una ruptura democra?tica. Los actuales esta?ndares poli?ticos dominantes en el mundo repelen la violencia expli?cita. Ahora, la ruptura democra?tica se da mediante la violencia moral y pretextos constitucionales para revestir con una apariencia de legitimidad al gobierno que asume el poder sin el amparo de las urnas. Se invoca la Constitucio?n para que el mundo de las apariencias encubra hipo?critamente al mundo de los hechos.
Las pruebas producidas dejan claro e incontestable que las acusaciones dirigidas contra mi? son meros pretextos, fundados en una fra?gil reto?rica juri?dica. En los u?ltimos di?as, nuevos hechos han puesto de manifiesto otro aspecto de la trama que caracteriza este proceso de impeachment.

El autor de la representacio?n ante el Tribunal de Cuentas de la Unio?n que motivo? las acusaciones discutidas en este proceso fue reconocido como sospechoso por el presidente del Supremo Tribunal Federal. Se supo adema?s, por la declaracio?n del auditor responsable por el dictamen te?cnico, que e?l habi?a ayudado a elaborar la propia representacio?n que audito?. Queda claro el vicio de parcialidad, la trama en la construccio?n de las tesis defendidas por ellos. Son pretextos, tan solo pretextos, para derribar, por medio de un proceso de impeachment sin crimen de responsabilidad, a un gobierno legi?timo, elegido por sufragio directo con la participacio?n de 110 millones de brasilen?os y brasilen?as. El gobierno de una mujer que oso? ganar dos elecciones presidenciales consecutivas. Son pretextos para viabilizar un golpe en la Constitucio?n. Un golpe que, de ser consumado, resultara? en la eleccio?n indirecta de un gobierno usurpador.

La eleccio?n indirecta de un gobierno que, ya en su interinidad, no tiene mujeres en el comando de sus ministerios, cuando el pueblo, en las urnas, eligio? a una mujer para comandar al pai?s. Un gobierno que aparta a los negros de su composicio?n ministerial y ya revelo? un profundo desprecio por el programa elegido por el pueblo en 2014.
Fui elegida presidenta por 54 millones y medio de votos para cumplir un programa cuya si?ntesis esta? grabada en las palabras ?ni un derecho menos??. Lo que esta? en juego en el proceso de impeachment no es solamente mi mandato. Lo que esta? en juego es el respeto a las urnas, a la voluntad soberana del pueblo brasilen?o y a la Constitucio?n. Lo que esta? en juego son las conquistas de los u?ltimos 13 an?os: las ganancias de la poblacio?n, de las personas ma?s pobres y de la clase media; la proteccio?n a los nin?os y nin?as; los jo?venes llegando a las universidades y a las escuelas te?cnicas; la valorizacio?n del salario mi?nimo; los me?dicos atendiendo a la poblacio?n; la realizacio?n del suen?o de la casa propia. Lo que esta? en juego es la inversio?n en obras para permitir la convivencia con la sequi?a en la regio?n de clima semia?rido, es la conclusio?n del son?ado y esperado proyecto de integracio?n del ri?o Sa?o Francisco.

Lo que esta? en juego es, tambie?n, el gran descubrimiento de Brasil, el presal. Lo que esta? en juego es la insercio?n soberana de nuestro pai?s en el escenario internacional, pautada por la e?tica y por la bu?squeda de intereses comunes. Lo que esta? en juego es la autoestima de los brasilen?os y brasilen?as, que resistieron a los ataques de los pesimistas de turno a la capacidad del pai?s de realizar, con e?xito, la Copa del Mundo y las Olimpi?adas y Paralimpi?adas. Lo que esta? en juego es la conquista de la estabilidad, que busca el equilibrio fiscal pero no renuncia a los programas sociales para nuestra poblacio?n. Lo que esta? en juego es el futuro del pai?s, la oportunidad y la esperanza de avanzar siempre ma?s.

Foto Lula Marques/Agência PT
Sen?oras y sen?ores senadores: En el presidencialismo previsto en nuestra Constitucio?n, no basta la eventual pe?rdida de mayori?a parlamentaria para apartar a un presidente. Tiene que existir un crimen de responsabilidad. Y esta? claro que no lo hubo. No es legi?timo, como quieren mis acusadores, apartar al jefe de Estado y de gobierno por el ?conjunto de la obra??. Quien aparta al presidente por el ?conjunto de la obra?? es el pueblo, y solo el pueblo, en las elecciones. Y, en las elecciones, el programa de gobierno vencedor no fue este ahora ensayado y disen?ado por el gobierno interino defendido por mis acusadores.
Lo que pretende el gobierno interino, de transmutarse en efectivo, es un verdadero ataque a las conquistas de los u?ltimos an?os.

Desvincular el piso de las jubilaciones del salario mi?nimo sera? la destruccio?n del mayor instrumento de distribucio?n de ingreso del pai?s, que el es sistema de previsio?n social. El resultado sera? ma?s pobreza, ma?s mortalidad infantil y la decadencia de los pequen?os municipios. La revisio?n de los derechos y garanti?as sociales previstos por la Consolidacio?n de las Leyes del Trabajo y la prohibicio?n de la retirada del Fondo de Garanti?a por Tiempo de Servicio tras el despido del trabajador son amenazas que sobrevuelan sobre las cabezas de los brasilen?os y brasilen?as en el caso de que prospere el impeachment sin crimen de responsabilidad.

Conquistas importantes para las mujeres, los negros y las poblaciones LGBT estara?n comprometidas por la sumisio?n a principios ultraconservadores. Nuestro patrimonio estara? en cuestio?n, con los recursos del presal, las riquezas naturales y mineras siendo privatizadas. La amenaza ma?s asustadora de este proceso de impeachment sin crimen de responsabilidad es la de congelar por impensables 20 an?os todos los gastos con salud, educacio?n, saneamiento, vivienda. Es impedir que, durante 20 an?os, ma?s nin?os y jo?venes tengan acceso a las escuelas; que, durante 20 an?os, las personas puedan tener una mejor atencio?n a la salud; que, durante 20 an?os, las familias puedan son?ar con la casa propia.

Sen?or presidente Ricardo Lewandowski, sen?oras y sen?ores senadores,
La verdad es que el resultado electoral de 2014 fue un duro golpe para sectores de la elite conservadora brasilen?a. Desde la proclamacio?n de los resultados electorales, los partidos que apoyaban al candidato derrotado en las elecciones hicieron de todo para impedir mi asuncio?n y la estabilidad de mi gobierno. Dijeron que las elecciones habi?an sido fraudadas, pidieron auditori?a en las urnas, impugnaron mis cuentas electorales y, tras mi toma de posesio?n, buscaron de forma desmedida cualquier hecho que pudiera justificar reto?ricamente un proceso de impeachment. Como es proprio de las elites conservadoras y autoritarias, no vei?an en la voluntad del pueblo el elemento legitimador de un gobierno. Queri?an el poder a cualquier precio. Hicieron de todo para desestabilizarme a mi? y a mi gobierno.

Solo es posible comprender la gravedad de la crisis que asola a Brasil desde 2015 si se tiene en cuenta la inestabilidad poli?tica aguda que, desde mi eleccio?n, caracterizo? el ambiente en el que ocurren la inversio?n y la produccio?n de bienes y servicios. No se busco? discutir y aprobar una mejor propuesta para el pai?s. Lo que se pretendio?, permanentemente, fue la afirmacio?n del ?cuanto peor, mejor??, en la bu?squeda obsesiva de desgastar al gobierno, importando poco los resultados dan?inos de esta cuestionable poli?tica para la poblacio?n.

La posibilidad del impeachment se transformo? en el asunto central de la agenda poli?tica y periodi?stica apenas dos meses despue?s de mi reeleccio?n, a pesar de la evidente improcedencia de los motivos usados para justificar ese movimiento radical. En ese ambiente de turbulencias e incertezas, el riesgo poli?tico permanente provocado por el activismo de una parte considerable de la oposicio?n termino? siendo un elemento central para la retraccio?n de la inversio?n y para la profundizacio?n de la crisis econo?mica.
Debe resaltarse asimismo que la bu?squeda del reequilibrio fiscal, desde 2015, encontro? una fuerte resistencia de la Ca?mara de Diputados, por esa e?poca presidida por el diputado Eduardo Cunha. Los proyectos enviados por el gobierno eran rechazados, parcial o integralmente. Leyes ?bomba?? fueron presentadas y algunas aprobadas.

Las comisiones permanentes de dicha Ca?mara, en 2016, solo funcionaron a partir del di?a 5 de mayo, o sea, una semana antes de la aceptacio?n del proceso de impeachment en la comisio?n del Senado Federal. Todos ustedes, senadores y senadoras, saben que el funcionamiento de esas comisiones era absolutamente indispensable para la aprobacio?n de proyectos que interfieren en el escenario fiscal para encaminar la salida de la crisis. Fue creado asi? el deseado ambiente de inestabilidad poli?tica, propicio para la apertura del proceso de impeachment sin crimen de responsabilidad. Sin esas acciones, Brasil seguramente estari?a hoy en otra situacio?n poli?tica, econo?mica y fiscal. Muchos articularon y votaron contra propuestas que habi?an defendido toda la vida, sin pensar en las consecuencias que tendri?an sus gestos para el pai?s y para el pueblo brasilen?o. Queri?an aprovechar la crisis econo?mica, porque sabi?an que ni bien mi gobierno la superara, sus aspiraciones de acceso al poder estari?an sepultadas por un largo peri?odo.

Pero, para decir la verdad, las fuerzas de la oposicio?n solamente lograron llevar adelante su intento cuando otra poderosa fuerza poli?tica se sumo? a ellas: la fuerza poli?tica de los que queri?an evitar la continuidad de la ?sangri?a?? de sectores de la clase poli?tica brasilen?a, motivada por investigaciones de corrupcio?n y desvi?o de dinero pu?blico.
Es notorio que, durante mi gobierno y el del presidente Lula, se dieron todas las condiciones para que esas investigaciones fueran realizadas. Propusimos importantes leyes que dotaron a los organismos competentes de condiciones para investigar y punir a los culpables. Asegure? la autonomi?a del Ministerio Pu?blico, nombrando como Fiscal General de la Repu?blica al primer nombre de la lista propuesta por los propios miembros de la institucio?n. No permiti? cualquier interferencia poli?tica en la actuacio?n de la Polici?a Federal.

Contrarie?, con esa postura, muchos intereses. Por eso, pague? y pago un elevado precio personal por la postura que tuve. Arquitectaron mi destitucio?n, independientemente de la existencia de cualquier hecho que pudiera justificarla de acuerdo con la Constitucio?n. Encontraron, en la persona del presidente de la Ca?mara de Diputados, Eduardo Cunha, el ve?rtice de su alianza golpista. Articularon y viabilizaron la pe?rdida de la mayori?a parlamentaria de mi gobierno. Fueron creadas situaciones, con un enorme apoyo de sectores de los medios de comunicacio?n, para construir el clima poli?tico necesario para desarmar el resultado electoral de 2014.
Todos saben que este proceso de impeachment se inicio? por un chantaje expli?cito del ex-presidente de la Ca?mara de Diputados,Eduardo Cunha, como llego? a reconocer en declaraciones a la prensa uno de los propios denunciantes. El diputado exigi?a que yo intercediera para que los diputados de mi partido no votaran por la apertura del proceso de destitucio?n en su contra.

Nunca acepte? en mi vida amenazas o chantajes. Si no lo hice antes, no lo hari?a en la condicio?n de presidenta de la Repu?blica. Es un hecho, sin embargo, que el no haberme sometido a este chantaje motivo? la recepcio?n por su parte de la denuncia por crimen de responsabilidad y la apertura de este proceso, bajo el aplauso de los derrotados en 2014 y de los temerosos por las investigaciones. Si yo hubiera sido co?mplice de la improbidad y de lo peor de la poli?tica brasilen?a, como muchos hasta hoy no tienen el menor pudor de hacerlo, yo no correri?a el riesgo de ser condenada injustamente. Quien se vuelve co?mplice de lo inmoral y de lo ili?cito no tiene respetabilidad para gobernar Brasil. Quien actu?a para evitar o retrasar el juicio de una persona acusada de enriquecerse a costas del Estado brasilen?o y del pueblo que paga impuestos, tarde o temprano, terminara? pagando ante la sociedad y la historia el precio de su falta de compromiso con la e?tica.

Todos saben que no me enriqueci? en el ejercicio de cargos pu?blicos, que no desvie? dinero pu?blico en provecho propio ni de mis familiares y que no tengo cuentas o inmuebles en el exterior. Siempre actue? con absoluta probidad en los cargos pu?blicos que ocupe? a lo largo de mi vida. Curiosamente, sere? juzgada, por cri?menes que no cometi?, antes del juicio del ex presidente de la Ca?mara de Diputados, acusado de haber practicado gravi?simos actos ili?citos, y que lidero? las tramas y engan?os que apalancaron las acciones destinadas a mi destitucio?n.
¿Ironi?a de la historia? No, de ninguna manera. Se trata de una accio?n deliberada que cuenta con el silencio co?mplice de sectores de los grandes medios de comunicacio?n. Se viola la democracia y se pune a una inocente. Este es el contexto que marca el juicio que sera? realizado por la voluntad de los que lanzan contra mi? pretextos acusatorios infundados.
Estamos a un paso de la consumacio?n de una grave ruptura institucional. Estamos a un paso de la concrecio?n de un verdadero golpe de Estado.

Sen?oras y sen?ores senadores: Vayamos a los autos de este proceso. ¿De que? se me acusa? ¿Cua?les fueron los atentados contra la Constitucio?n que cometi?? ¿Cua?les fueron los cri?menes horribles que practique??
La primera acusacio?n se refiere a tres decretos de cre?dito suplementario sin autorizacio?n legislativa. A lo largo de todo el proceso, mostramos que la edicio?n de esos decretos respeto? todas las reglas legales. Respetamos la previsio?n contenida en la Constitucio?n, la meta definida en la Ley de Directrices Presupuestarias y las autorizaciones contenidas en el arti?culo 4 de la Ley de Presupuesto de 2015, aprobadas por el Congreso Nacional.

Todas esas previsiones legales fueron respetadas en lo que se refiere a los tres decretos, que tan solo ofrecieron alternativas para asignar los mismos limites ? de gasto y financieros ? establecidos por el decreto de embargos, que no fueron alterados. Por esa razo?n, no afectaron para nada la meta fiscal. Adema?s, desde 2014, por iniciativa del Poder Ejecutivo, el Congreso aprobo? la inclusio?n, en la Ley de Directrices Presupuestarias, de la obligatoriedad de que cualquier cre?dito abierto tenga su ejecucio?n subordinada al decreto de embargo, editado segu?n las normas establecidas por la Ley de Responsabilidad Fiscal. Y eso fue precisamente respetado.

No se? si por incomprensio?n o por estrategia, las acusaciones hechas en este proceso buscan atribuir a tales decretos nuestros problemas fiscales. Ignoran o esconden que los resultados fiscales negativos son consecuencia de la desaceleracio?n econo?mica y no su causa. Esconden que, en 2015, con el agravamiento de la crisis, tuvimos un importante desplome de los ingresos fiscales: a lo largo del an?o, fueron 180 mil millones de reales menos de lo previsto por la Ley de Presupuesto. Se empecinan en ignorar que realizamos, en 2015, el mayor ajuste fiscal de nuestra historia. Cuestionan que, cuando envie? al Congreso Nacional, en julio de 2015, el pedido de autorizacio?n para reducir la meta fiscal, deberi?a haber realizado inmediatamente un nuevo ajuste. No lo hice porque segui? el procedimiento que no fue cuestionado por el Tribunal de Cuentas de la Unio?n o por el Congreso Nacional en el ana?lisis de las cuentas de 2009.

Adema?s, la responsabilidad para con la poblacio?n tambie?n justifica nuestra decisio?n. Si aplica?ramos, en julio, el ajuste propuesto por nuestros acusadores, cortari?amos el 96% del total de recursos disponibles para los gastos de la Unio?n. Eso representari?a un recorte radical en todas las dotaciones presupuestarias de los o?rganos federales. Los ministerios seri?an paralizados, las universidades cerrari?an sus puertas, el programa ?Ma?s Me?dicos?? seri?a interrumpido, la compra de medicamentos seri?a perjudicada, las agencias reguladoras dejari?an de funcionar. En realidad, el an?o 2015 se habri?a acabado, presupuestariamente, en julio.

Vuelvo a decir: al editar esos decretos de cre?dito suplementario, actue? de conformidad plena con la legislacio?n vigente. En ninguno de esos actos, el Congreso Nacional dejo? de ser respetado. De hecho, ese fue mi comportamiento durante mis dos mandatos. Solamente despue?s que firme? los decretos, el Tribunal de Cuentas de la Unio?n cambio? la posicio?n que siempre tuvo sobre esa materia. Es importante que se le explique esto a la poblacio?n brasilen?a: los decretos fueron firmados en julio y agosto de 2015, y recie?n en octubre de 2015 el TCU aprobo? la nueva interpretacio?n.

El TCU habi?a recomendado la aprobacio?n de las cuentas de todos los presidentes que dictaron decretos ide?nticos a los mi?os. Nunca plantearon ningu?n problema te?cnico o presentaron la interpretacio?n que pasaron a usar despue?s que firme? esos actos. ¿Quieren condenarme por haber firmado decretos que atendi?an a las demandas de los diversos o?rganos, inclusive del propio Poder Judicial, con base en el mismo procedimiento adoptado desde que entro? en vigencia la Ley de Responsabilidad Fiscal, en 2001? ¿Por haber firmado decretos que, sumados, no implicaron ? como esta? probado en los autos ? ni un solo centavo ma?s de gastos que perjudicaran la meta fiscal?

La segunda denuncia contra mi? en este proceso tambie?n es injusta y fra?gil. Se afirma que el alegado atraso en los pagos de las subvenciones econo?micas adeudadas al Banco de Brasil, en el a?mbito de la ejecucio?n del programa de cre?dito rural ?Plan Zafra??, equivale a una ?operacio?n de cre?dito??, lo cual estari?a prohibido por la Ley de Responsabilidad Fiscal. Como ya lo han relatado mi defensa y varios testigos, la ejecucio?n del ?Plan Zafra?? esta? regida por una ley de 1992 que atribuye al Ministerio de Hacienda la competencia de su reglamentacio?n, inclusive en lo que se refiere a la actuacio?n del Banco de Brasil. La presidenta de la Repu?blica no practica ningu?n acto con relacio?n a la ejecucio?n del ?Plan Zafra??. Parece obvio, adema?s de juri?dicamente justo, que yo no sea acusada por un acto inexistente.

La controversia sobre la existencia o no de operacio?n de cre?dito surgio? de un cambio en la interpretacio?n del TCU,cuya decisio?n definitiva se emitio? en diciembre de 2015. Nuevamente, hay un intento de decir que cometi? un crimen antes de la definicio?n de la tesis de que habri?a un crimen. Una tesis que nunca habi?a surgido antes y que ? como todos ustedes, senadoras y senadores, supieron en di?as recientes ? fue urdida especialmente para esta ocasio?n. Recuerdo inclusive la decisio?n reciente del Ministerio Pu?blico Federal, que archivo? la investigacio?n precisamente sobre esta cuestio?n. Declaro? que no correspondi?a afirmar que hubiera ofensa a la Ley de Responsabilidad Fiscal porque eventuales atrasos en el pago de contratos de prestacio?n de servicios entre la Unio?n y las instituciones financieras pu?blicas no son operaciones de cre?dito.

Insisto, sen?oras senadoras y sen?ores senadores: no soy yo ni tampoco mi defensa los que hacemos estos alegatos. Es el Ministerio Pu?blico Federal, que se nego? a dar siquiera continuidad al proceso, por la inexistencia de crimen.
Sobre el cambio de la interpretacio?n del TCU, recuerdo que, incluso antes de la decisio?n final, actue? de forma preventiva. Solicite? al Congreso Nacional la autorizacio?n para el pago de pasivos y defini? en decreto plazos para las subvenciones adeudadas. En diciembre de 2015, despue?s de la decisio?n definitiva del TCU y con la autorizacio?n del Congreso, saldamos todos los de?bitos existentes.

No es posible que no se vea aqui? tambie?n la arbitrariedad de este proceso y la injusticia, tambie?n, de esta acusacio?n. Este proceso de impeachment no es legi?timo. Yo no atente? en nada, absolutamente en nada, contra cualquiera de los dispositivos de la Constitucio?n que, como presidenta de la Repu?blica, jure? cumplir. No practique? actos ili?citos. Esta? probado que no actue? dolosamente en nada. Los actos adoptados estaban enteramente destinados a satisfacer los intereses de la sociedad. No provocaron ninguna lesio?n al erario o al patrimonio pu?blico.
Vuelvo a afirmar ? como lo hizo mi defensa todo el tiempo ? que este proceso esta? signado, del principio al fin, por un evidente desvi?o de poder. Eso es lo que explica la absoluta fragilidad de las acusaciones que me son dirigidas.
Se ha afirmado que este proceso de impeachment seri?a legi?timo porque los ritos y plazos han sido respetados. Sin embargo, para que se haga justicia y la democracia se imponga, solamente la forma no alcanza. Es necesario que el contenido de una sentencia tambie?n sea justo. Y, en este caso, jama?s habra? justicia en mi condena. Me atrevo a decir que en varios momentos este proceso se desvio?, rotundamente, de aquello que la Constitucio?n y los juristas denominan ?debido proceso legal??.

No hay respeto al debido proceso legal cuando la opinio?n condenatoria de gran parte de los juzgadores es divulgada y registrada por la prensa antes del ejercicio final del derecho a la defensa. No hay respeto al debido proceso legal cuando los juzgadores afirman que la condena no pasa de una cuestio?n de tiempo, porque votara?n contra mi? de cualquier forma. En este caso, el derecho de defensa sera? ejercido apenas formalmente, pero no sera? apreciado sustantivamente en sus argumentos y sus pruebas. La forma existira? tan solo para dar apariencia de legitimidad a lo que es ilegi?timo en su esencia.
Sen?oras y sen?ores senadores: Durante estos meses, me preguntaron innumerables veces por que? no renunciaba, para acortar este capi?tulo tan difi?cil de mi vida. Jama?s lo hari?a porque tengo un compromiso irrenunciable con el Estado democra?tico de derecho. Jama?s lo hari?a porque nunca renuncio a la lucha.

Confieso a vuestras excelencias, sin embargo, que la traicio?n, las agresiones verbales y la violencia del prejuicio me han perseguido como fantasmas y en algunos momentos hasta me han lastimado. Pero han sido siempre superadas, con creces, por la solidaridad, por el apoyo y por la disposicio?n de lucha de millones de brasilen?os y brasilen?as en todo el pai?s. Por medio de manifestaciones callejeras, reuniones, seminarios, libros, recitales, movilizaciones en internet, nuestro pueblo fue prodigioso en su creatividad y disposicio?n para la lucha contra el golpe.

Las mujeres brasilen?as han sido, en este peri?odo, un pilar fundamental para mi resistencia. Me cubrieron de flores y me protegieron con su solidaridad. Compan?eras incansables de una batalla en la que la misoginia y el prejuicio mostraron sus garras, las brasilen?as expresaron, en este combate por la democracia y por los derechos, su fuerza y resiliencia. Bravas mujeres brasilen?as, a las que tengo el honor de representar como primera mujer presidenta de Brasil.

Llego a la u?ltima etapa de este proceso comprometida con la realizacio?n de una demanda de la mayori?a de los brasilen?os: convocarlos a decidir, en las urnas, sobre el futuro de nuestro pai?s. El dia?logo, la participacio?n y el voto directo y libre son las mejores armas que tenemos para la preservacio?n de la democracia. Confi?o en que las sen?oras senadoras y los sen?ores senadores hara?n justicia. Tengo la conciencia tranquila. No cometi? ningu?n crimen de responsabilidad. Las acusaciones dirigidas contra mi? son injustas e improcedentes. Anular definitivamente mi mandato es como someterme a una pena de muerte poli?tica.

Este es el segundo juicio al que soy sometida y en el que la democracia se sienta conmigo en el banquillo de los acusados. La primera vez, fui condenada por un tribunal de excepcio?n. De aquella e?poca, adema?s de las marcas dolorosas de la tortura, me quedo? el registro, en una foto, de mi presencia frente a mis victimarios, en un momento en el que los miraba de cabeza erguida, mientras ellos escondi?an sus rostros por miedo a ser reconocidos y juzgados por la historia.
Hoy, cuatro de?cadas despue?s, no hay prisio?n ilegal, no hay tortura, mis juzgadores llegaron aqui? por el mismo voto popular que me condujo a la presidencia. Les tengo, a todos, el mayor respeto, pero sigo de cabeza erguida, mirando a los ojos a mis juzgadores. A pesar de las diferencias, vuelvo a sufrir el sentimiento de injusticia y el miedo de que, una vez ma?s, la democracia este? siendo condenada conmigo. Y no tengo dudas de que, tambie?n esta vez, todos nosotros seremos juzgados por la historia.
Dos veces vi de cerca la cara de la muerte: cuando fui torturada durante varios di?as seguidos, sometida a abusos que nos hacen dudar de la humanidad y del propio sentido de la vida; y cuando una enfermedad grave y sumamente dolorosa pudo haberme abreviado la existencia. Hoy solo temo por la muerte de la democracia, por la cual muchos de nosotros, aqui?, en este plenario, luchamos con lo mejor de nuestros esfuerzos.
Reitero: respeto a mis juzgadores.
No guardo rencor por aquellos que votara?n por mi destitucio?n. Respeto y les tengo especial aprecio a aquellos que han luchado bravamente por mi absolucio?n, a quienes sere? eternamente grata.
 
En este momento, quiero dirigirme a los senadores que, incluso siendo de la oposicio?n a mi? y a mi? gobierno, esta?n indecisos. Recuerden que, en el re?gimen presidencialista y bajo el imperio de nuestra Constitucio?n, una condena poli?tica exige obligatoriamente que haya ocurrido un crimen de responsabilidad, cometido de forma dolosa y comprobado de forma cabal. Acue?rdense del terrible precedente que puede abrir la decisio?n para otros presidentes, gobernadores y alcaldes. Condenar sin pruebas sustantivas. Condenar a un inocente.
Hago una apelacio?n final a todos los senadores: no acepten un golpe que, en lugar de solucionar, agravara? la crisis brasilen?a. Les pido que le hagan justicia a una presidenta honesta, que jama?s cometio? cualquier acto ilegal, en la vida personal o en las funciones pu?blicas que ejercio?. Voten sin resentimiento. Lo que cada senador siente por mi? y lo que sentimos los unos por los otros importa menos, en este momento, que aquello que todos sentimos por el pai?s y por el pueblo brasilen?o.
Les pido: voten contra el impeachment. Voten por la democracia.
Muchas gracias.??