1. Nota inicial:
Desde Panamá Profundo, denunciamos las arbitrariedades y las injusticias que cometen las autoridades, los empresarios y la jerarquía de la Iglesia Católica en contra de las comunidades campesinas e indígenas en la zona donde se ha impuesto la Minera Petaquilla.
El 30 y 31 de julio representantes de 15 comunidades acudieron a Coclesito para expresar su rechazo a la destrucción en los ecosistemas y los daños en las comunidades que está causando Minera Petaquilla. Los campesinos e indígenas -varios de ellos- misioneros, catequistas y delegados de la Palabra, se concentraron en la Iglesia Católica de la comunidad, la que consideran su casa.
Según denunció María Muñoz (responsable de la Coordinadora Campesina por la Vida) en el programa «Confrontación en radio»: el martes 31, al lugar se apersonó el obispo de Colón, Audilio Aguilar, quien llegó lleno de prepotencia y grosería. El Obispo Audilio se dedicó a reprender a los campesinos y a los indígenas sacándolos del templo y ordenándoles retirar las pancartas elaboradas por las comunidades con consignas de rechazo a la minería y en defensa de la vida.
Reproducimos el comunicado de las comunidades y expresamos nuestro total y rotundo repudio a los empresarios de la minería, a las autoridades cómplices y a los fariseos hipócritas de la jerarquía de la Iglesia Católica.
Firma: Colectivo Panamá Profundo
01.08.2007
2. Comunicado de las comunidades campesinas e indígenas:
COMUNIDADES EXIGEN EL CIERRE DE PETAQUILLA
Las comunidades indígenas y campesinas decimos presente como un compromiso por la justicia y un rechazo al trato injusto al que se empuja al pueblo que tanto amo Omar (Coclesito) y que hoy con la complicidad de uno de sus hijos (Martín Torrijos) en el más alto poder (Presidente de la República) promociona hacia el saqueo y destrucción con el proyecto de explotación de minería a cielo abierto Petaquilla.
En el marco histórico de este día nos preguntamos si la muerte de Omar Torrijos, que fue motivada por su compromiso social con y para los pobres ha sido olvidada. Aunque se trate del entonces General Omar Torrijos no deja de ser un crimen y un silencio al compromiso social.
Las comunidades campesinas e indígenas venimos desarrollando desde hace más de 30 años seguidos -sin olvido de nuestra historia marcada por la injusticia y la humillación- las políticas de muerte, a las que llamamos los campesinos: Autoridad del Canal de Panamá (ACP), Minería y Represas.
Sin temor a las persecuciones porque estamos convencidos que no podemos callar, son nuestras vidas las que están en peligros, porque nuestras vidas están ligadas a la naturaleza y la madre tierra. Hoy, ésta -al igual que nosotros- está en peligro de muerte.
Coclesito escuchó en uno de los discursos del presidente Martín estas palabras: «Vamos a derogar la Ley 44 ahora podrán vivir tranquilos ya nada va representar amenazas a sus vidas, estoy comprometido con ustedes.» Se las recordamos, que juzgue el que escuche y vea.
Dicen que la Minera Petaquilla se impone como una respuesta al desarrollo del área de Coclesito y a la gran demanda laboral. El ejecutivo nombró esta zona como de extrema pobreza y una de sus respuestas es ésta, nos preguntamos: ¿Qué clase de desarrollo es Petaquilla? ¿Qué tipo de respuesta es la Minería a Cielo Abierto para la Región? Lo que los campesinos e indígenas entendemos por desarrollo del Proyecto Minero, es en verdad desarrollo de Muerte, traducido en: enfermedades, destrucción ecológica, contaminación del medio ambiente, desalojo de las tierras, negociado y latifundio de tierras, destrucción de fuentes de agua y bosques primarios, contaminación del agua, saqueo de los recursos naturales de la zona, inseguridad alimentaria y social, explotación laboral al trabajador, alcoholismo y prostitución, invisibilidad de las comunidades y sus habitantes. Estamos convencidos que, una vez más, se repite la historia de los más de 500 años de la colonización.
El trabajo de la mina se centra en el poder y se traduce en humillación y esclavitud. Hoy los empleos y puestos de trabajo son de esclavitud, se utiliza la inocencia y la ignorancia de nuestra gente para justificar su cobardía. No usan armas bélicas -aunque les sobran ganas- pero están matando al pueblo lentamente.
Se dan largos discursos de preocupación amparados por los poderes religiosos. Cuando luchamos contra la Ley 44, se realizó el ataque a Pastoral Social-Caritas avalado por la jerarquía eclesiástica. Hoy se intenta silenciar a las comunidades eclesiales de base, despidiendo al equipo misionero con el apoyo del obispo.
¿Qué está pasando? Monseñor Audilio dice que es él quien manda: nos alegra saberlo. Tiene autoridad para oprimir la voz profética campesina que es lo que hacemos al denunciar lo que nos hiere profundamente y amenaza nuestra vida y nuestra zona. Como quisiera el pueblo campesino e indígena que ese poder se utilice para frenar el ataque a los más débiles y defender sus derechos. Han pasado más de 500 años y se repite la historia. ¿Con qué dignidad de pastor se puede representar al pueblo sino se asume su dolor y sus sufrimientos?
Las comunidades indígenas y campesinas dejamos clara nuestra postura. El comité pro cierre de Mina Petaquilla, la Coordinadora Campesina por la Vida y las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs), somos la fuerza profética de los pobres de esta zona.
Exigimos: Cierre inmediato de la Minera Petaquilla. Compromiso del gobierno y de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) con el clamor del pueblo por la Vida y la Justicia. Respeto a las bases de la Iglesia por parte de la jerarquía, de la Conferencia Episcopal Panameña (CEP). Les recordamos a los obispos que el Dios que levantó a Jesucristo de entre los muertos es un Dios con rostro humano, lo que implica un compromiso con la justicia y escuchar el auténtico clamor del pueblo.
Exigimos que al escuchar la voz campesina e indígena, la respuesta sea de compromiso a su clamos y no de represión, que es lo tradicional. Nuestras luchas se caracterizan por la paz y la dignidad.
No podemos callar nuestro grito por la justicia y no dejaremos que nos calen. Los seres humanos no somos mercancía.
Razones para resistir, comunidades afectadas: Coclesito, Nazareno, San Benito, Sinaí, Dan Juan de Turbe, Petaquilla (Nueva Lucha), Palmilla, Calle Larga, Belén, Vista Alegre, San Lucas, Caimito, Caño I, Caño II, Coclé del Norte y Molejones
* Coordinadora Campesina por la Vida, Comunidades Eclesiales de Base (CEBs), Comité pro Cierre de Petaquilla.
Coclesito, 31 de julio de 2007, 26 aniversario de Omar Torrijos