Sigue el ruido, esta vez en torno a Pagola y la retirada de su libro, incluso tras obtener el «nihil obstat» de su obispo. ¿Volveremos a encender hogueras en la plaza pública? Con todo, las enseñanzas de este caso son bien claras. En primer lugar, el gran bien que ha hecho este libro a muchos cristianos que buscan al Señor. En segundo término: 60.000 ejemplares. Cuánto darían muchos de los que encienden hoy la pira con la portada de la «Aproximación histórica» de Pagola por vender el 1% de eso. En tercer lugar, y acaso lo más importante: las diferentes varas de medir.
Este hecho marcará un serio precedente, porque a partir de ahora, ni siquiera haciendo las cosas bien, contando con el aval del obispo -que, no lo olvidemos, es el máximo responsable, y sólo tiene que responder ante el Papa, no ante ningún supuesto responsable de una inexistente comisión-, aceptando introducir los cambios recomendados y sometiéndose al dictamen de una comisión oficial, podrás estar a salvo.
Puede que, dentro de un tiempo, algunos se echen las manos a la cabeza por la inexistencia del pensamiento católico en la sociedad. O mejor, de su falta de significatividad. Después del ruido y del fuego, viene el silencio. El que provoca el miedo. Y luego dirán que son ellos los perseguidos. Pero la buena música continuará escuchándose, eso sí, desde las catacumbas, o en los pocos espacios de libertad que todavía quedan. Aquí, al menos, las Buenas Noticias de Pagola están aseguradas. Buen día.
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