Padre Nuestro -- José Maria García-Mauriño

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Padre nuestro del cielo
Se dice ?Padre nuestro que estas en los cielos??
No se trata de Dios, sino de Padre. Jesús dijo ?A nadie llaméis padre sobre la tierra porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo??. Este Padre no está en ningún sitio, en ninguna nación o pueblo. Este Padre es el origen de la vida, de toda Vida, el origen de todo ser vivo, y es el que Vive, no el que está, sino el que Es, el que Vive, el que sigue dando Vida. Es Padre para todos los pueblos y personas, es Padre del Universo, un padre universal.

Es el Absoluto, el ?nico Padre que puede comunicar y dirigir la vida de los suyos. Mientras que el dios habita en un templo, el Padre lo hace en una casa. El dios tiene necesidad de sacerdotes, el Padre se relaciona con sus hijos. Los sacerotes han de respetar tiempos y lugares sagrados, para comunicarse con la divinidad. Pero, los hijos mantienen una relación filial, continua, al margen de sitios y tiempos. Los dos términos Padre y ?nuestro??son expresión de una relación de afecto, no de dominio, no de arriba abajo, sino en términos de cercanía, de un Padre que se relaciona con cada uno de sus hijos, que forman parte de distintas familias, de distintos grupos, de distintas comunidades, nunca con un individuo aislado sino en relación con algún colectivo. Supera el aspecto individual para situarse en el comunitario. Es la afirmación de que todos los seres humanos, hombres y mujeres, son hijos queridos de un Padre común.

Sea reconocido ese nombre tuyo.
Se dice ?Santificado sea tu nombre??

Se ruega que Dios sea reconocido con el nombre con que ha sido invocado, ya no se trata del nombre de Yavé, sino el de Padre de todos los seres humanos. Santificar, es lo mismo que separar, consagrar, es decir, sacar, separar, del ámbito de la muerte, para introducirlos en el ámbito de la vida. Se trata de reconocer la categoría de un Padre que da vida, que los aparta de todo lo que pueda producir la muerte. Un reconocimiento no solo personal, sino oficial, en toda la sociedad, en todo el mundo.

Llegue tu reinado.
Se dice ?Venga a nosotros tu reino??

La aceptación de este único reinado incluye el rechazo de cualquier otra forma de gobierno que no sea la del Padre. Dios ejerce su ?realeza?? manifestándose como Padre y su paternidad se manifiesta preocupándose como el rey ideal con todos los pobres y los más débiles de la sociedad. La expansión del reinado, es decir, del gobierno paternal de Dios, depende de la práctica de las bienaventuranzas. El Padre no domina a los suyos, sino que se pone a su servicio. Los ha creado libres y ejercen su libertad, relacionándose filialmente con el Padre del cielo. Este reinado excluye el reconocimiento de cualquier otro poder sobre los hombres y mujeres. Se trata de que la sociedad se gobierne con los valores propios del Reino: el compartir, la justicia, la libertad, la igualdad, la solidaridad. Esto implica que la sociedad vaya cambiando su escala de valores.

Realícese en la tierra tu proyecto del cielo.
Se dice: ?Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo??.

Su proyecto divino, el del cielo, es la salvación-liberación de todos los hombres y mujeres. Que todos sean felices y que lleguen a una cierta plenitud humana. Que todos tengan vida y vida en abundancia. La realización de este proyecto no es obra de un dios omnipotente. El concepto de omnipotencia está ausente en los Evangelios. El dios de los cristianos es un dios débil. ?El Verbo se hizo carne??, sarx, en griego significa carne, es la debilidad. Dios no puede hacer que todos sean felices, eso depende de nosotros, de las estructuras sociales, económicas y políticas que vayamos creando. Existe el sufrimiento humano causado por nosotros mismos. El Padre conoce todo lo que pasa a sus hijos. ?No cae el cabello de vuestra cabeza sin que lo sepa Padre del cielo??. Es decir, se interesa por todo lo que nos pasa, pero no puede evitar el sufrimiento humano.

Nuestro pan de vida dánosle hoy.
Se dice: ?El pan nuestro de cada día dánosle hoy??

El pan como símbolo del alimento. Para vivir hay que comer. Es el pan de la vida. Comer pan con alguien es compartir el alimento, la vida, símbolo de la amistad, del amor mutuo. Hace alusión a un alimento superior que los seres humanos no podemos conseguir con nuestro esfuerzo. Necesitamos la ayuda del Espíritu. Se trata de una solidaridad universal, con toda la humanidad, que nadie pase hambre en este mundo Y esto supone un compromiso serio con el Reino. No es un pan cualquiera. Es el pan de la Eucaristía en cuya celebración hacemos presente a Jesús. El es el pan vivo bajado del cielo.

Y perdónanos nuestras deudas,
porque también nosotros se las hemos cancelado a nuestros deudores

Se dice: ?perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden??

La palabra deuda implica que yo debo algo, pero Dios no está ofendido. Si ponemos ofensa es que Dios me mira con malos ojos. Ese cambio no ha sido feliz. Da una falsa idea de Dios, como si estuviese airado con nosotros. Dios no se ofende. El Señor nos espera siempre y nos ofrece su amor siempre. Cuando hemos metido la pata, también nos ofrece su mano para levantarnos. Y nunca se cansa y nunca se venga y nunca castiga. De manera que la palabra «deuda» es mucho más adecuada, como también «nuestros deudores». Que uno esté en deuda conmigo, no quiere decir que yo esté ofendido ni molesto ni irritado contra él. ¿Dios no nos perdonaría, si nosotros no perdonáramos a los demás? No. Lo dice clarísimamente el Señor inmediatamente después del Padre nuestro: «si vosotros perdonáis, vuestro Padre os perdonará, pero si no perdonáis, no os perdona». ¿Por qué? Porque si yo me cierro al amor, no puedo recibir amor. El perdón es la manifestación del amor, una de las manifestaciones del amor.

Y no permitas que cedamos ante la prueba,
Se dice: ?Y no nos dejes caer en la tentación??

Se podría decir: no permitas que seamos tentados. La tentación, la prueba, es un componente de la existencia humana. No existe en el evangelio la idea de un Dios tentador. La tentación más fuerte viene de este mundo, de seguir los valores que están implantados en esta sociedad: prestigio, riqueza y poder. Fueron las tentaciones de Jesús. Pruebas, tentaciones, tendremos todos. Sentimos con frecuencia tristeza, depresión, angustia, ansiedad, amargura. Pero, que no nos domine. Se trata de pedir al Padre que preserve a los suyos de permanecer en la prueba. Fiel es Dios que no permitirá que la prueba supere nuestras fuerzas. No sucumbir en la difícil situación causada por la prueba, La vida actual, la sociedad del consumo es una constante prueba. ¿Podremos salir triunfantes en la opción por los pobres?

Sino líbranos del maligno.
Se dice: ?Y líbranos de todo mal??

Liberar, se usa para indicar protección de todo aquello que puede causar la muerte. Los males pueden estar causados por los hombres, por sus estructuras injustas. El Maligno se emplea en los evangelios para indicar a Satanás el demonio, el diablo. Es un ser concreto, (Viene el Maligno ?parábola del sembrador- Mt.13.19; viene Satanás Mc. 4,15; viene el diablo Lc.6,12) , no del mal en abstracto. Se trata de ser librada la comunidad cristiana de situaciones y personajes que ponen impedimentos a la realización del Proyecto de Dios, del Reino.
AMEN