Enviado a la página web de Redes Cristianas
Agradezco a Antoni Ferret tanto sus elogios como su crítica a mi artículo en el que presentaba a Oseas como Profeta del amor de Dios.
Creo que tiene razón en que apenas se puede ver en Oseas una denuncia social, como solemos entenderla actualmente de explotación del jornalero, aunque algunas vagas alusiones sí hay a mentiras, asesinatos, robos, violencias y crímenes (4,2). También otras más explícitas a funcionarios reales, pactos con extranjeros (c. 7), y guerra entre Israel y Judá (c. 5). Sin embargo su denuncia es a la infidelidad de Israel a su alianza con Dios.
Respecto a su poema de amor, ciertamento no se trata del enamoramiento de unos novios como en El Cantar de los cantares, sino del amor apasionado y celoso de un marido varias veces traicionado; y este es el símbolo (siempre parcial) que refleja la historia de amor de Dios con Israel (y con nosotros). ¡Ojalá descubramos esta faceta apasionada de un Dios que nos han definido como inmutable e impasible!