Manolo de los Santos es un joven «indignado». Negro, dominicano, «me trajeron a Estados Unidos con apenas cinco años de edad y ya llevo 17 extraviado en este país, porque ser inmigrante es muy difícil».
Se sumó al movimiento Occupy Wall Sreet (OWS) poco después del pasado 17 de septiembre cuando cientos de manifestantes pasaran su primera noche en el Bajo Manhattan, acampados en el Parque Zuccotti (hoy de la Libertad), a unas cuadras del mítico toro que simboliza la fortaleza del sistema financiero.
Han transcurrido casi dos meses desde el inicio de las protestas, decenas de ciudades del país se han sumado. ¿Qué está pasando en Wall Street?
Inicialmente fue un grupo pequeño de jóvenes de clase media, blancos en su mayoría, de las mejores universidades de la ciudad, que presentaron demandas contra los banqueros y las corporaciones y a favor de que se condonen las deudas estudiantiles y universitarias, pero pronto comenzaron a salir otros temas con igual importancia en las asambleas generales y debates que se hacen cada noche, y comenzó a interesarme.
¿Cómo se iba a hablar solo de perdonar las deudas estudiantiles si la mayoría de los jóvenes y en particular los jóvenes negros de aquí no llegan a la universidad?
¿Cómo podemos entender de justicia si el número de deportaciones ha aumentado bajo la administración de presidente Barack Obama, si los que generalmente quedan desempleados son los afrodescendientes, si la población carcelaria de Estados Unidos es en gran medida de negros?
OWS se ha convertido en un movimiento de los que somos el 99 de la población, o sea, los pobres, los desempleados, los indígenas, los afrodescendientes, los jóvenes sin oportunidades, las mujeres, los ancianos; de los que hemos sido excluidos de este sistema capitalista.
No sabemos qué tan lejos llegará. No sé si mañana la policía decide que nos van a arrestar a todos, pero de lo que sí estoy seguro es que ya nada será igual.
¿Existe un líder?
No hay líderes, lo que existen son facilitadores que van surgiendo en el proceso. Por ejemplo, hay un facilitador para los medios de comunicación, eso es lo que ha podido asegurar editar el periódico bilingüe Occupy Wall Street Journal, parodia del Wall Street Journal, uno de los periódicos de la clase dominante estadounidense.
Muchos de los que están en OWS no tienen una formación política, pero se han radicalizado por la situación económica que está destruyendo familias. Es algo que no se puede esconder.
¿Dónde vives?
Vivo en el sur del Bronx, es una zona fuerte, dura, donde se lucha por sobrevivir cada día. Si van a los barrios más finos de Nueva York eso no se verá, pero si van a los barrios y los guetos de Brooklyn, a Harlem, al propio Bronx, es una realidad latente.
Hay niños que se mueren de hambre en esta ciudad en medio de tanta riqueza. Ese es el rostro que se trata de esconder de Estados Unidos.
En ocasiones se cree erróneamente que en este país no hay luchas sociales
Sin embargo, es todo lo contrario. Desde el inicio de la historia estadounidense siempre han existido las luchas sociales. De los colonos contra los impuestos de los ingleses, de los afrodescendientes contra la esclavitud, de los indígenas contra la colonización de sus tierras. Lo que estamos viendo ahora en Occupy Wall Street no es más que una nueva expresión de esa resistencia que ya lleva siglos en formación.
¿Barack Obama saldrá reelecto?
Es posible. Sigue siendo el único candidato fuerte, pese a los problemas que ha tenido con su gobierno.
¿Fue alguna vez para ti el presidente del cambio?
No. Tampoco me siento engañado, porque Obama desde que llegó a la Casa Blanca dejó claro lo que haría y lo que no. Esta es una nación sumamente racista, con un legado de 500 años de racismo institucionalizado. En las elecciones de 2008 solo se permitió que un negro, por conveniencia, se convirtiera en presidente.