Los obispos de Argentina insistieron hoy en oponerse a la despenalización del aborto, en momentos en que los casos de dos jóvenes discapacitadas mentales han reavivado la polémica entre los que impulsan esta medida y quienes la rechazan.
En un documento difundido en la capital del país, la Conferencia Episcopal Argentina abogó por ‘no sembrar la cultura de la muerte’ en la sociedad y reclamó al Gobierno y al pueblo que ‘apuesten por la vida’.
El documento, dado a conocer durante el segundo de los tres días de deliberaciones de la Conferencia Episcopal, deja establecida la posición ‘en favor de la vida’ de la Iglesia católica y considera que la polémica ‘no es una más entre otras, sino una cuestión de fondo’.
El documento salió a la luz un día después de que el máximo tribunal de la provincia de Mendoza (oeste) autorizara que una mujer discapacitada mental que quedó embarazada tras una violación sea sometida a un aborto.
La joven, de 25 años, toma medicación desde los cuatro años por un severo trastorno mental y la continuidad del embarazo, que ya lleva 12 semanas, pone en riesgo su vida, según los médicos que le atienden.
La decisión de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza rechazó un recurso de amparo presentado por una organización no gubernamental católica y que había sido aceptado por una jueza de segunda instancia.
A este caso se suma a otro ocurrido en Buenos Aires a comienzos de este mes, cuando médicos del Hospital San Martín de la ciudad de La Plata se negaron a realizar un aborto a otra joven discapacitada mental debido a su avanzado estado de gestación, pese a que la Suprema Corte provincial le autorizó a someterse a esa práctica.
El aborto está penado por las leyes argentinas, salvo en los casos en los que la vida o la salud de la madre corran peligro o cuando el embarazo sea el resultado de una violación de una mujer mentalmente discapacitada.
El ministro argentino de Salud, Ginés González García, se ha pronunciado en reiteradas ocasiones en favor de la despenalización del aborto, al igual que organizaciones de defensa de los derechos de la mujer, legisladores, intelectuales y artistas.
Esta postura ha sido duramente cuestionada por la Iglesia católica, que asegura que quienes respaldan la despenalización utilizan ‘estadísticas no comprobadas’ que responden a pautas ‘neocolonialistas’ de los organismos internacionales.