Obispo Añoveros / Obispo Zornoza -- Marcelino Porquicho (Cádiz)

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Zornoza1AñoverosHace unos días Diario de Cádiz publicó un amplio informe sobre la actitud que el obispo don Antonio Añoveros expresó sobre la infravivienda en nuestra ciudad. Eran los años sesenta del siglo pasado en plena dictadura franquista,la iglesia española fiel al nacional-catolicismo,feliz expresión del jesuita José Maria Gonzalez Ruiz ,vivía en una situación cómoda con el régimen.

Practicaba una actitud acomodaticia ,indiferente ante tantas injusticias. Pero un hombre bueno,el obispo Añoveros,se adelantó a su tiempo y evangelicamente se situó al lado de los humildes,denunciando como vivían muchas familias en los barrios populares de la capital. Era aquel peculiar chabolismo donde padres e hijos se hacinaban en escasos metros cuadrados.

Con este posicionamiento el obispo puso su granito de arena para que el dolor,la desesperanza la tristeza,la impotencia de no vivir dignamente desapareciesen de la Viña o Santa Maria.
Y hoy ,transcurrido muchos años y con situaciones distintas también tenemos en la diócesis familias doloridas,desesperanzadas,tristes e impotentes ante su situación laboral.Son los despedidos y despedidas de diversas instituciones de la diócesis de Cádiz-Ceuta.

Con este triste panorama a muchos católicos y personas de buena voluntad nos agradaría que en la persona de nuestro obispo don Rafael Sornoza surgiese otro monseñor Añoveros poniendose al lado de sus empleados ,solucionandoles la situación de desamparo en que se encuentran.
Por ello ,con el máximo respeto le pido a la primera autoridad de la diócesis que ordene revocar los despidos de esas personas.
Seria optar por ese prójimo que tiene usted tan cerca,proximo que como se dice en las sagradas escrituras es el más débil , el más indefenso, el que más necesita que se le ayude .

Con esa actitud de misericordia,de empatia de justicia obraría usted don Rafael el milagro en familias que animicamente están hundidas, y que volvieran a recobrar las ganas de vivir que da la seguridad de reincorporarse a sus puestos de trabajo ,algo que tanto en Cádiz como en el resto de la diócesis desgraciadamente,escasea.
Con estas modestas lineas me permito invitarle don Rafael a reflexionar , seria una justa rectificación,seria una buena nueva,porque rectificar no humilla ,muy al contrario, dignifica.