Enviado a la página web de Redes Cristianas
He leído muchos artículos e informaciones que hablan de la La nueva normalidad, y casi todos coinciden en que si es nueva no es normal y si es normal no es nueva. Nos habla de las rutinas, y de que ya se apeló en la crisis del 2008 a la nueva normalidad, sacando el dinero a trabajadores para que los bancos y ricos, siguieran con su expolio de selvas y exterminio de gentes, para beneficio de minerías, petroleras y monocultivos. Para que siguiera siendo ?todo normal??.
Antes de leer todo esto, lo de ? La nueva normalidad?? me chirriaba en mi cabeza, y cuando voy a buscar en mi interior veo algo que me inquieta y que no me cuadra, por lo que me pongo en camino de búsqueda. ¿Que es exactamente lo que no cuadra?, ¿que es lo que me hace mirar a la calle y ver con preocupación a la gente?. ¿Que me hace cada vez que salgo volver inquieto incluso con algunos síntomas físicos negativos?. No, no son síntomas de virus, es una inquietud interior que se manifiesta al exterior.
Quizá porque me preocupe la frase que oigo con frecuencia, ?yo si no me he infectado ya no me infecto?? se pierde la conciencia y el respeto a que todavía estamos muy expuestos a infectarnos, a olvidar los miles de personas que han marchado de este mundo, y no mantenerlos en nuestra memoria, el sufrimiento de sus familias, el sufrimiento de los que siguen enfermos, y sobre todo al olvido de que tenemos un enemigo común. ¿Queremos hacer borrón y cuenta nueva y volver a lo que antes hacíamos? Quizá venga esa inquietud por que quiero ver un nuevo escenario y veo una resistencia en la sociedad a tenerlo. Todo lo nuevo asusta.
Pero sobre todo lo que más me inquieta es que se va diluyendo el sentimiento de unidad. ?Tenemos que volver a la normalidad?? ¿a que normalidad? ¿ que es lo normal? ¿que se vaya esta quietud y volvamos a correr? Sin saber donde vamos, sin haber encontrado en nuestro interior que buscamos.
La humanidad iba, utilizando una expresión vulgar que todos entendemos, de culo y sin frenos. La naturaleza ha hecho algo que nosotros hubiéramos sido incapaces de hacer, PARARNOS.
Ahora estamos unidos por algo común, tenemos un enemigo común, no nos equivoquemos, no es un partido no es el gobierno, no los errores que se hayan cometido. Nuestro enemigo común es un virus, pero hay mas virus que el COVID-19. A la naturaleza, la hemos dejado sin defensa, por demasiadas barbaridades que hemos hecho con ella y los virus han viajado a sus anchas.
Pero porque me sigue chirriando lo de la nueva normalidad ? ¿ tendré que decirle a mi hija de 9 años, cuando tenga 20, te acuerdas cuando íbamos a la playa cuando queríamos? Me dirá mi hija, ¿QUE TONTERÍA ESTAS DICIENDO? ¡¡Ir a la playa cuando se quiera!!! ¿tu ya estas chocheando o que? Quizá lo que a mi me asusta es que desde los poderes se esté buscando otra forma de alineamiento, con otras normas, leyes y formas de relacionarnos, siempre desde la rentabilidad del poderoso.
Entre tanto pensamiento chirriante, me viene una luz de mi interior y descubro cual es mi inquietud.
Mi inquietud es que volvamos a lo de antes, a la NORMALIDAD, que busca que los poderosos lo sigan siendo a costa del trabajo de todos y que la naturaleza es algo que ahí esta para esquilmarla.
NO, yo no quiero a seguir viviendo la vida corriendo de un lado para otro como pollo descabezado, sin dirección, sin saber de mi vecino y de sus necesidades. No podemos volver a la normalidad de seguir pisoteando la naturaleza, pisoteando los recursos de muchos millones de personas que dejan sin comida. El hambre, la violencia, no puede seguir siendo el mal, sin respeto y sin amor por las cosas grandes y las insignificantes. No se puede seguir defendiendo lo indefendible. No se puede seguir haciendo política para el poder económico. Hay una oportunidad para hacer un cambio profundo y lleno de esperanza.
No podemos seguir viviendo de espalda a los demás dando a conocer de nosotros solo nuestra soberbia y nuestro afán de poder. No podemos seguir viviendo la normalidad de no saber que la vida nos es dada gratis, no podemos seguir viviendo sin agradecer todo lo que recibimos día a día y el privilegio que tenemos por estar vivos.
No podemos seguir viviendo de espaldas a la Unidad, no podemos seguir sin tener la experiencia de que todos formamos parte de una unidad y que eso no esta fuera de nosotros, hay que descubrirla en nuestro interior. No podemos seguir de espaldas al dolor de los demás.
Comprender que todos pertenecemos a esa unidad y que todos los dolores, alegrías, decepciones, luz, felicidad, caídas y remontadas nos pertenecen a todos, porque hemos comprendido que somos uno y tenemos la conciencia de que si en el amazonas se deforestan zonas, a mi me afecta, si hay gente que se muere de hambre, a mi me afecta, que si hay una luz de solidaridad y un acto de amor, a mi me afecta. Y comprender que el egoísmo y la diferencia del tu y el yo va pariendo desgracias
Tengamos las agallas, la valentía de mirar a nuest
ro interior, y aunque inevitablemente encontremos miserias y dolor, sigamos con el encuentro, dejemos ahí las miserias y el dolor, y de la mano del único que nos ha dado palabras de vida sigamos el camino de amarnos los unos a los otros como El nos ha amado, El es Camino, Verdad y Vida. Solo por El llegamos a la Unidad. Recordad que la Verdad esta en ti, la Verdad eres tu, no se puede explicar ni formular, solo vivírla, caminarla, a la luz del Maestro. Caminar el camino del amor es el único camino, y Jesús el ?nico que al Amor nos lleva.
Muchos ya no podrán vivir la nueva realidad, ni tan siquiera intentar vivir la normalidad, porque se nos han ido. Por su memoria, tengamos un gesto de coraje y demos un primer paso a la esperanza.
Que esa esperanza nos lleve a la nueva vida que vivida a través de Jesús, nos lleve hacia el amor, a vivir en la Unidad