NO TE PREOCUPES, LA BALA QUE TE HA MATADO ES ECOL?GICA. Carlos Ballesteros

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Alandar

En 1973 el premio Nobel de la paz fue concedido a Henry Kissinger por su participación en la negociaciones de paz para poner fin a la guerra de Vietnam. Este premio fue compartido con su interlocutor vietnamita (del que nadie se acuerda sin embargo del nombre) el cual renunció al mismo debido a que los tratados no se respetaron y la guerra se prolongó. Kissinger, por el contrario nunca renunció al premio. Alguien, muchos años mas tarde escribió que ?la ironía murió oficialmente el día en que a ese señor le dieron el Nobel de la Paz, aunque revive sorprendentemente con excesiva y alarmante frecuencia??. Así es como me he sentido, asistiendo a la mayor resurrección irónica, cuando me he enterado de que una empresa inglesa ofrece al mercado ?balas éticas?? (sic)

En efecto, BAE Systems, una empresa de armamento estadounidense ha decidido que la mejor manera de progresar en un mercado altamente competitivo (por desgracia) y en el que cada vez es mas difícil diferenciarse, es asociar ?valores?? a sus productos. Así en su catálogo destacan las ?balas ecológicas??, balas sin plomo que no dañan el medioambiente ni suponen un riesgo para las personas (hay que suponer que para cualquier persona que no sea el sujeto disparado, obviamente). También proveen de granadas de mano que producen poco humo, de vehículos blindados que utilizan combustible hibrido y no emiten tanto CO2 a la atmósfera o de cabezas nucleares silenciosas que reducen la contaminación acústica. Verídico, no bromeo Todo esto puede consultarse en su página http://www.eis.na.baesystems.com o leerse en el número de noviembre de 2006 de la revista New Internationalist.

Este es un ejemplo más, quizás el más extremo, de esa gran falacia que se ha venido a llamar responsabilidad social corporativa. Es evidente, al menos para mi, que todo ser humano tenemos la responsabilidad de reducir los impactos negativos sobre el planeta y sobre las personas que alguno de nuestros comportamientos y actuaciones tienen, pero no es menos cierto -y nunca mejor dicho-que sin errar el tiro. No se trata tanto de minimizar los efectos de un disparo como de no disparar (como veis ni siquiera me atrevo a decir de trabajar por la Paz, eso se lo dejo a alguno de los lectores de alandar con ganas y moral, que seguro que los hay); no se trata tanto de limpiar como de no ensuciar; no se trata tanto, en definitiva, de paliar y arreglar como de no causar y no estropear.

Y sin embargo y a todos los niveles, es más fácil lo segundo que lo primero. Arreglar, contrarrestar, parchear, no supone excesivas preocupaciones. Créese un departamento, póngase al frente a alguien que provenga del mundo de la comunicación, por eso del marketing social/con causa, dótese de unos fondos (migajas), búsquese un aliado en el saturado sector de las ONGs y su empresa habrá entrado en el catálogo de empresas preocupadas por la comunidad. Inditex, Vodafone, Cocacola?? son empresas responsables y comprometidas con la sociedad (sic de nuevo) La llamada RSC es, en la mayoría de los ejemplos que conozco (y de los cuales el de la bala sin plomo es el que se lleva la palma hasta ahora), la nueva versión del fariseismo, una nueva redacción de la parábola del óbolo de la viuda en la cual los ricos dan limosna para reconstruir un templo que ellos mismos están derribando. Eso si, el que este libre de pecado que tire la primera piedra: no es tampoco difícil encontrar ejemplos de ONG que explican lo responsable que puede ser una empresa si financia sus proyectos.

La bala que te matará es limpia. No lo olvides.