Perdónanos María por tanto como te hemos desfigurado.
No fue mala voluntad sino fruto del cariño.
Pero así somos los seres humanos:
que parece que no podemos querer si no es configurando al otro
a imagen de nuestro pequeños deseos…
De Ti sólo sabemos que callabas,
que guardabas en tu corazón lo que no entendías.
Nosotros no entendimos tu silencio,
no supimos que ?l es el que te enseñó a decir ?hágase??,
y a alabar al Señor porque mira a los humillados,
y es el Dios de los pobres, y despide vacíos a los ricos,los poderosos y los fatuos.
Enséñanos a creer en ese Dios y en ningún otro.
Perdónanos, María, si también te pedimos que con todos tus nombres:
de Montserrat, de Macarena, o del Rocío,
de Arantzatzu, el Pilar o Tchestochowa,
vengas un día a devolver todas tus joyas,
para que no deformen tu pureza y sirvan a los pobres de la tierra.
Hazlo Tú, Madre: pues quienes deberíamos hacerlo no tendremos valor para ello,
Y a tantas mujeres, benditas contigo, hermanas tuyas en servicio callado
y en dolor secreto, libéralas por fin sin alharacas (…)
Y déjame cantar contigo que mi alma
glorifica al Señor porque te hizo.