El arzobispo católico de Westminster ha confesado que la unidad de la Iglesia quedará aún más herida si la Iglesia anglicana de Inglaterra decidiera ordenar a mujeres obispos. Si la Iglesia de Inglaterra aplicara esta decisión “cada vez avanzaríamos más por caminos paralelos, en vez de converger hacia la plena comunión, unidad que, según creemos, es la voluntad de Cristo”, ha dicho el cardenal Murphy-O’Connor.
La Iglesia de Inglaterra todavía no ha tomado esta decisión, pero el mecanismo para admitir en el episcopado a las mujeres ya ha sido emprendido, afirma el arzobispado de Westminster.
Las palabras del arzobispo tienen lugar después de que el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, advirtiera de las consecuencias de la decisión en una reunión con obispos de la Iglesia de Inglaterra. En este sentido Kasper aclaró que la decisión de ordenar mujeres obispos es aún más grave que la ordenación de sacerdotes, pues el obispo tiene como misión ser agente de comunión.
Según el cardenal Murphy-O’Connor, el cardenal Kasper dijo que la ordenación de mujeres en el episcopado tendrá repercusiones en las relaciones «no sólo dentro de la Comunión Anglicana a nivel mundial, sino también dentro de la Iglesia de Inglaterra y, obviamente, sobre las relaciones con la Iglesia católica romana y con la Iglesia ortodoxa».
El arzobispo de Westminster no escondió su profunda preocupación al ver cómo años de trabajo en la búsqueda de la unidad con los anglicanos puedan desperdiciarse con esta decisión: “Habíamos alcanzado un acuerdo sobre la Eucaristía y sobre el ministerio y cada vez más sobre la autoridad. Y mi sueño era que poco a poco llegáramos a esa plena comunidad eucarística que consideramos que es la voluntad de Cristo”, reconoció.
”Ahora la ordenación de las mujeres al sacerdocio y sobre todo al episcopado parece que pone todo esto fuera de alcance y es lo que el cardenal Kasper ha dicho con su estilo muy claro y caritativo, pero también muy franco”, añadió. Pero también aseguró que “la relación, la amistad y la cooperación entre la Comunión Anglicana y la Iglesia católica continuarán”, independientemente de la decisión de la Iglesia de Inglaterra.