Enviado a la página web de Redes Cristianas
El feminismo está partiendo en dos a la sociedad más que la economía o que la autodeterminación. Desde luego yo creo que debemos seguir hablando y escribiendo sin tener en cuenta la locución y el grafismo absurdos que practica y promueve el feminismo. Por supuesto que yo me apartaré de él, teniendo como tengo un pensamiento mucho más a la izquierda de las izquierdas de oficialidad… El estilo y la cultura son la persona. Y desplazarlos por una moda puesta en marcha por un sector de la sociedad española, es una aberración cultural y lingüística y nada se gana con ello en materia de igualdad de derechos, de relevancia y de consideración social.
No sé exactamente qué pasa a cuenta de este absurdo asunto en Francia, en Italia o en Grecia, por ejemplo. Pero no me imagino que allí se modifique la morfología de la lengua para dar gusto a los movimientos feministas y a las mujeres que confunden sus derechos sociales y personales con la estúpida y complicada prosodia a la que nos obligan moralmente a expresarnos y escribir para estar al día. De modo que en adelante mi prosa será la acostumbrada. Como la de siempre, la misma que en los demás países de habla latina. Estamos ante una tonta moda derivada de la protesta política a que ya no estoy dispuesto a seguir y menos a secundar.
Habida cuenta que sobre el papel los derechos de la mujer son los mismos que los del hombre y así lo reconocen y aplican todos los países de Occidente y la sociedad como tal no puede hacer más, lo que debe hacer toda mujer es evitar a aquellos individuos que según el fino instinto de que está naturalmente dotada, le hagan sospechar que está ante un malhechor. Lo demás son ganas de sospechas, de reproches y de enfrentamientos que cohiben a cualquier hombre de bien…
17 Marzo 2019