El ateismo sistemático del siglo XIX y de comienzos del XX parece haber ido derivando hacia diversas formas de idolatría práctica. Son muchas las personas, también entre los cristianos, que aunque no lo confiesen rinden culto a los ídolos. Entre las diversas formas de idolatría moderna (poder, placer, consumo, cuerpo, deporte, ciencia y tecnologías, patria, partido político??) quizás la más extendida y grave es la idolatría del dinero, como señala el Papa Francisco en su exhortación La alegría del evangelio (n 55). Este es el nuevo becerro de oro (Ex 32,1-35) que se encarna en el fetichismo del dinero, en la dictadura de una economía sin rostro que antepone las financias a las necesidades humanas. ··· Ver noticia ···
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