La multinacional farmacéutica Pfizer, la más grande del mundo, enfrenta un duro caso en Nigeria donde ha sido denunciada por ser responsable directa de la muerte de 11 niños y de más de 100 casos de deformaciones físicas tras haber experimentado, en 1996, un fármaco llamado TROVAN .
Once años después de la muerte de niños que habían recibido Trovan a raíz de una epidemia de meningitis, la Corte Suprema de Justicia está demandando a Pfizer y otras 8 compañías farmacéuticas a pagar 25 millones de dólares que fueron utilizados para el tratamiento de unos 200 niños, así como para compensar y sostener a las familias de víctimas del test Trovan.
Según un informe elaborado por expertos nigerianos del Ministerio de Sanidad, los ensayos en la región de Kano del fármaco llamado Trovan (trovafloxacino) faltaron a los protocolos establecidos en la Declaración de Helsinki. Dice el artículo 5: ?En investigación médica en seres humanos, la preocupación por el bienestar de los seres humanos debe tener siempre primacía sobre los intereses de la ciencia y de la sociedad??; el artículo 8 claramente señala que ?La investigación médica está sujeta a normas éticas que sirven para promover el respeto a todos los seres humanos y para proteger su salud y sus derechos individuales» y más cuando se trata de poblaciones vulnerables, como la nigeriana; el artículo 20 indica que ?Para tomar parte en un proyecto de investigación, los individuos deben ser participantes voluntarios e informados??; y el artículo 24 apunta con claridad que ?Cuando la persona sea legalmente incapaz, o inhábil física o mentalmente de otorgar consentimiento, o menor de edad, el investigador debe obtener el consentimiento informado del representante legal y de acuerdo con la ley vigente. Estos grupos no deben ser incluídos en la investigación a menos que ésta sea necesaria para promover la salud de la población representada y esta investigación no pueda realizarse en personas legalmente capaces??.
Pfizer incumplió estos artículos de la Declaración. El abogado nigeriano Paul T. Adujie dice: ?Pfizer es la compañía farmacéutica más grande del mundo. Pfizer sabe cuáles son los leyes y los estándares éticos. Pfizer está totalmente familiarizada con protocolos estándares para los ensayos clínicos. Pfizer no es una compañía farmacéutica cualquiera. Pfizer, completamente indiferente hacia el valor de la vida de nuestros niños en Kano, realizó experimentos ilegales, como en Tuskegee, con seres humanos, como si fueran ratas de laboratorio. El único interés de Pfizer está en el fondo. ¡Los beneficios y más beneficios!. Pfizer llevó a cabo sus experimentos antiéticos en nuestros niños, sin el requisito del consentimiento informado, y sin obtener primero las aprobaciones reguladoras y/o la autorización de las autoridades apropiadas de Nigeria y de las agencias. ¡Niños inocentes explotados por Pfizer para que ella se quedara con los beneficios!. ¡Trovan ganó en total más que mil millones dólares por año!??.
Si bien puede ser que Pfizer se libre de los cargos, es un hecho que se está lucrando con la salud de millones de personas, no sólo en África. Según datos que se publicaron en el periódico El País hace unos meses, Pfizer registró unas ventas de 48.370 millones de dólares en 2006, sin contar los 7.900 millones de dólares por la venta de su división de productos de consumo a Johnson & Johnson, operación valorada en 16.600 millones.
Obviamente, para los muertos, las víctimas y sus familiares ya es tarde, y el dinero no podrá jamás devolverles lo perdido. Pero si se puede por fin abrir un debate sobre el actuar de las farmacéuticas y cómo deben aplicarse los derechos de los niños. Las muertes y secuelas físicas de los 200 niños nigerianos no pasaran a engrosar la lista de los miles de niños que han tenido la misma experiencia.
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