Enviado a la página web de Redes Cristianas
Jesús, nuestro entrañable hermano, el camino, y compañero de nuestro caminar. Estamos ya finalizando nuestro Encuentro-Asamblea Anual CEB_CNP y al regresar a nuestras Comunidades quizás como a ti y los Apóstoles, casi no nos queda tiempo de comer, ni de dormir. Pero si volvemos nuestro corazón a ti, nos encontramos que tú de madrugada o en la noche, ibas a orar. Y si pensamos en los momentos más críticos de la pasión, estaba en oración y antes de elegir a tus apóstoles, estabas la noche en oración.
Y sin duda Tú aprendiste a orar con María y ella te enseñó a orar en la vida de cada día. Te pedimos que nuestra vida sea un Magnificat un canto de alegría, de esperanza y de denuncia profética.
Nos Llamamos y queremos ser Comunidades, pero no cualquier comunidad. Queremos ser y seguir siendo tu comunidad como la que formaste con tus apóstoles, como la que vivieron los primeros cristianos en Jerusalén y luego en su caminar misionero por distintas partes, en su mundo de entonces. Queremos ser Iglesia, pero Iglesia al servicio del Reino, Iglesia Misionera, Comprometida y Samaritana.
Nuestro Encuentro lo realizamos en el contexto de una crisis climática, con un cambio desenfrenado y de una indiferencia tremenda ante esa catástrofe que se va engendrando y acercando. Ante esta realidad de nuestra Madre Tierra, que gime con dolores de parto por la servidumbre a la que la estamos sometiendo, te pedimos, hermano Jesús, que sepamos ver la realidad y amarla y quererla como tú la veías, que no sólo nos quedemos en el mensaje de tus parábolas, sino que sintamos también tu actitud de amor y de respeto hacia la Madre Naturaleza.
A partir de Aparecida nos estamos relanzando, pero cómo vamos a relanzarnos e ir mar adentro si no abrimos más nuestro corazón a tu llamado y al clamor de nuestro Pueblo. Cómo vamos a relanzarnos si no tenemos como tú, un amor apasionado a tu sueño, a tu proyecto del Reino.
Como al comienzo, volvemos a decirte, enséñanos a orar, a comunicarnos contigo como un amigo platica con otro amigo, a invocar a nuestro Padre como tú nos has enseñado, como el Padre misericordioso y Dios de todo consuelo.
Y así en nuestra Asamblea queremos reavivar las peticiones que tú nos enseñaste en la Padre Nuestro:
Que tu nombre sea Santificado en nuestra lucha por la dignidad y respeto de las personas más excluidas de la Mesa de la Vida. / Te lo pedimos Padre Bueno.
Que construyamos tu Reino contigo y con tus actitudes, con un amor apasionado por una vida digna para nuestro Pueblo. / Te lo pedimos Padre Bueno
Danos el Pan de cada día. Que nuestros Proyectos y experiencias pastorales, sean pan bueno, pan de vida para los más pobres de esta tierra. / Te lo pedimos Padre Bueno
Te pedimos que nos perdones por lo que hemos fallado en ser auténticamente tus discípulos y ser en verdad como tú quieres, y como nos sueña el Papa Comunidades Eclesiales de Base. / Te lo pedimos Padre Bueno
No nos dejes caer en la tentación de acomodarnos, de instalarnos, de estar satisfechos, de no estar inquietos e impacientes por construir con más Pasión el Reino. / Te lo pedimos Padre Bueno
Líbranos de tantos males que pueden estropear nuestra vocación y nuestro ser de Comunidades. /Líbranos Padre Misericordioso.
Líbranos en especial de la indiferencia ante el dolor y sufrimiento de los demás, y en especial de los migrantes y de todos aquellos que sufren tanta violencia, en particular las Mujeres, los niños y niñas, y los Pueblos Indígenas. / Líbranos Padre Misericordioso.
Líbranos de encerrarnos en nosotras mismas y de no abrir nuestro corazón al clamor inmenso a la sed de justicia y amor de nuestro Pueblo y especialmente libranos de la desesperanza / Líbranos Padre Misericordioso
Y con María nuestra Madre, la Virgen del Sí, te pedimos que los compromisos que hemos asumido en nuestra Asamblea sean en verdad un Sí. / Te lo pedimos Padre Misericordioso
Sn. Ramón, Matagalpa, Nicaragua. 26 de enero 2014
Fuente: Red MUndial de Comuniades Eclesiales