Navidad, la necesidad de nacer de nuevo -- Fernando A. Pose

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Muchos de nosotros recordamos ese encuentro de Jesús con Nicodemo, maestro religioso. Es un diá-logo lleno de sutilezas que Juan lo ?transcribe?? en su capítulo 3, 1-9 y ss., en él Jesús pone como condición para ver el Reino de Dios ?nacer de nuevo??. Hoy no estamos como Nicodemo que lo recibió sin esperárselo, lo hemos leído muchas veces y quizá escuchamos alguna reflexión sobre el mismo; pero como todo texto evangélico tiene una riqueza que puede aplicarse a situaciones diversas.
Hoy podemos decir que sigue teniendo su exigencia a nivel personal pero lo podemos extender a otros ámbitos como puede ser el de la Iglesia.

Decirle y decirnos: Iglesia tenés que nacer de nuevo si querés ver el Reino, aun más, si querés ser un anticipo de él, constituye un desafío y un sueño que los cristianos que vivimos el Concilio todavía esperamos. Más aún, el Concilio ya quedó en parte desactua-lizado porque la dinámica humana en la ciencia, la tecnología, la moral social, etc. demanda cada día una res-puesta nueva.

Nacer de nuevo, ese sueño podría tomar algunas acciones concretas:
* Desarmar la estructura de la Curia Romana.
* Desandar caminos de dogmas hechos a medida de circunstancias pasajeras.
* Volver a la sencillez y la pobreza, haciendo de toda acción pastoral una opción clara por los pobres.

* Reconciliarnos con la ciencia y la tecnología.
* Destrabar los restos de autoritarismo clerical e incorporar plenamente a los laicos en la conducción de la Iglesia. En este punto especialmente se debe mencionar a las mujeres, a las cuales se les da la ta-rea de preparar a nuestros hijos en la catequesis (el primer anuncio) y luego son ignoradas en la estructura de decisión.
* Valorar la piedad popular auténtica que excluye todo tipo de paternalismo.

* Impulsar en la diócesis la creación de comunidades eclesiales de base o de otras formas en la que los cristianos puedan vivir la cercanía de la fraternidad.
* Definitivamente decirle al mundo que no tenemos catecismo, tene-mos evangelio. Que no tenemos Ley tenemos Bienaventuranzas, es decir esperanza y alegría.
* Ir incorporando a los cristianos lejanos a occidente para aprender de ellos nuevas formas de vida.

No seguimos más. Podríamos llenar varias páginas .
Lo que consuela en estos momentos es que pareciera que nace una nueva Iglesia en Santa Marta, donde el obispo de Roma está como pasajero del hotel.

Llegamos a la Navidad el 2013 y nos vamos a extasiar con el niñito que viene, pero en ese mirada deberíamos incorporar la fuerte convicción y la profunda oración de que tenemos que nacer de nuevo. Que es una oportunidad más y para la Iglesia a la cual nos hemos referido especialmente, es la gran oportunidad para que podamos vivir todos las utopías de Jesús.

Feliz Navidad.

fapose@hotmail.com

Revista Santa Cruz. diciembre 2013 – 3

Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base