El Silencio originario se propaga,
en el Kosmos se hace Historia de la sangre
y en los mares, caminos de la carne siempre viva,
nos muestra su Palabra hecha Fuego.
El Silencio originario se hace Hombre,
renace cada día en lo Humano
y lo marca cada instante con su Luz
alumbrando con Conciencia sus andares.
El Silencio originario es Misterio,
entregado con abandono de siglos
en los brazos de este Mundo incipiente,
que balbucea atónito los sonidos de su Mente.
El Silencio originario es Amor,
fraguado en las entrañas del no tiempo
y donado en gratuidad en los rostros de los niños,
gozosos portadores de la Vida.
El Silencio originario es la Paz,
anhelada en la Historia que la ignora,
volcada, siempre amante, hacia todo
en la gracia de la Fuerza que es Servicio.
El Silencio originario siempre habla
y se expresa en los ojos de los hombres,
en las mentes, en las piedras, en las flores,…
Y su Palabra transforma en Sentido
la Noche tan temida que nos hiela.