Miembro de la Asociación de Vecinos Los Pinos de Retiro Sur, del Centro Social Seco desde sus orígenes y cantante del grupo musical Desechos, Nacho Murgui es un conocido activista de los movimientos sociales madrileños. Fue elegido el 23 de mayo de 2007 como nuevo presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid, en relevo del discutido Paco Caño. La FRAVM reúne hoy a unas 240 asociaciones vecinales, así como a otras formas de organización, y cuenta con unos 180.000 afiliados. DIAGONAL le pregunta por los retos de esta nueva experiencia.
DIAGONAL: ¿Qué temas centrales afronta hoy la FRAVM?
NACHO MURGUI: El eje central de actividad es potenciar la participación ciudadana. A largo plazo, sería profundizar la democracia, y para ello consideramos que es necesario que haya unos canales de participación estables, reconocidos y que funcionen, que haya una descentralización municipal a favor de las juntas municipales, descentralización administrativa, presupuestaria y política, avanzando hacia, por ejemplo, que los concejales sean elegidos por los vecinos de sus barrios. Las estructuras de participación estables significan que las normas de participación y los consejos territoriales que en su momento se negociaron entre las AA VV, la FRAVM y el Ayuntamiento y que a lo largo de su puesta en práctica se ha demostrado que por falta de competencias de la Juntas Municipales y falta de voluntad política de los concejales de distrito, estas estructuras ni han funcionado ni se han desarrollado como se esperaba. Se hicieron algunos plantes y se activó un mecanismo asambleario que tuvo como consecuencia reivindicaciones que se le plantearon al Ayuntamiento y que se están negociando. También se trabaja por el reequilibrio territorial. Nos reunimos las AA VV para ver si pedimos al Ayuntamiento que desarrolle un compromiso de planes especiales de inversiones en zonas de Madrid que lo necesiten, para lograr un reequilibrio, tanto territorial, como social, como de equipamientos. ?sa es otra de las batallas. Y dentro de ello, están las movilizaciones por el tema de la vivienda. Por un lado, la reivindicación del derecho a techo, participando en la mesa de iniciativas por la vivienda, y por otro que se actúe sobre la ciudad consolidada y se conserve el patrimonio residencial, que no se deje que las casas se caigan y luego se construya de nuevo.
Conseguir la declaración de zona de rehabilitación integral y ayudar a que los vecinos se organicen, pidan las ayudas que les corresponden y se rehabiliten los barrios. Y se está empezando a trabajar con el tema del cambio climático, con una campaña, junto con Ecologistas en Acción. Además siguen con las comisiones de trabajo, como son la de defensa de la Sanidad pública, la de movilidad, etc.
Y a nivel interno se está desarrollando un primer documento de diagnóstico del movimiento ciudadano para la definición de un plan de trabajo para los próximos años. A través de grupos de discusión, no sólo con gente del movimiento vecinal, sino con gente de los movimientos sociales que considerábamos que tenían cosas interesantes que decir, y también profesionales.
D.: ¿Cómo valoras la situación del movimiento vecinal?
N. M.: Es un movimiento que cuenta con una presencia territorial fuerte, en todos los distritos de Madrid y en muchos pueblos. Tratando problemas y cambios importantes que afectan a la población. Nosotros tratamos de aplicar dinámicas de participación importantes y de integración con sectores de la población que llegan a los barrios. Además el movimiento vecinal es capaz, ante la emergencia de un problema, de reunir y aparecer como referencia de la gente que quiere pelear para solucionar problemas. Es decir, es un movimiento que tiene un lugar propio en la ciudad. Ahora bien, es un movimiento que nació hace más de 35 años y que necesita, en algunos casos, abrirse, tomar aire fresco e incorporar nuevas temáticas, nuevas aspiraciones de la población que se han organizado en otros movimientos ciudadanos con los que hay que entrar en contacto.
Necesita, también, ampliar su política de alianzas y lanzar una mirada a todas las expresiones de la población que sufren otros problemas y que plantean otras reivindicaciones y otras formas de luchar por alcanzarlas que no son las propias de la FRAVM.
D.: ¿Cómo se pueden explicar los resultados electorales del 27-M, especialmente duros en barrios que llevaban luchas vecinales como el caso de los parquímetros?
N. M.: Nosotros trabajamos por las mejoras en los barrios con un interlocutor, que son las instituciones, a las que presionamos. Si puedes movilizar a muchas personas, pues mejor a la hora de negociar. Para ello hay que hablar con los que han ganado, porque de ellos depende la decisión final, pero también con los que no, porque están en las instituciones.
Por otra parte, en el campo de la representación política, la izquierda ha sufrido un varapalo importante. La derecha está en el Gobierno municipal y autonómico con las manos libres y son previsibles políticas de recorte de los derechos ciudadanos. Ante esta situación queda la capacidad de los ciudadanos para organizarse y defenderse.
?se es el papel que tenemos ahora las organizaciones sociales, y también, la izquierda social no institucional. Hay que romper la lógica de ?como ha ganado el PP ¿de qué se quejan??, ?si votas ¿de qué te quejas??, ?si no votas, luego, ¿de que te quejas??. Al final lo que nos quieren decir es que no nos podemos quejar nunca. En las movilizaciones contra los parquímetros, o en otras, hay votantes de los tres partidos.
D.: Eres el primer presidente de la FRAVM que no viene ni del PCE ni del PSOE, sino de los movimientos sociales. ¿Esto representa algo?
N. M.: Los anteriores presidentes también vienen de los movimientos sociales, todos vinieron del movimiento vecinal, como es mi caso. Otra cosa es que luego cada uno tenga su militancia política en partidos políticos, o en otras organizaciones. En mi caso es cierto que no estoy afiliado a ninguno, y eso sí que es una novedad. Mi trayectoria, en parte por la edad, ha sido otra. No he militado en el movimiento obrero ?tradicional? en parte porque las condiciones laborales han cambiado, nuestra generación ha estado en el movimiento por la insumisión, en los Centros Sociales Okupados y en otras experiencias que son expresión de las luchas sociales, en el caso de mi barrio desde allí nos hemos incorporado al movimiento ciudadano más clásico, en el encuentro se han incorporado otros lenguajes, y otras formas culturales.
La nueva composición social en los barrios
N. M.: Yo veo una analogía entre la situación que se dio en el nacimiento del movimiento ciudadano y lo que se está dando ahora. El movimiento vecinal nace de la mano de la llegada de contingentes de mano de obra que vienen, principalmente, de Extremadura y Andalucía en busca de trabajo. La mayoría se instala a vivir en la periferia. Es su pelea la que da lugar al movimiento vecinal, pero también a las luchas obreras de entonces. Así contribuyeron a conseguir los derechos y libertades, aunque nos puedan parecer muchos o pocos.
Ahora ocurre que se está dando una nueva llegada a las ciudades, el mundo se hace más pequeño, la gente viene de más lejos, pero la lógica es parecida. Se viene a un modelo de desarrollo, pero no se encuentra espacio porque se pide mano de obra pero no personas, y la fuerza de trabajo son personas con necesidad de derechos, metas y deseos colectivos. Así, el movimiento ciudadano debe extender la figura del vecino, de los nuevos protagonismos sociales que tienen que hacer ciudad.
Movimientos sociales…
N. M.: El movimiento vecinal es un movimiento social, como el obrero, el pacifista, en su momento, o el ecologista, con unas características determinadas. Tiene un grado de interlocución con las instituciones que algunos tienen y otros no. Los movimientos sociales configuran un espectro muy amplio, muy diverso y muy distinto. No se puede hablar en conjunto de los movimientos sociales, porque incluso dentro de, por ejemplo, el movimiento de okupación o el feminista, hay posturas muy diferentes. Nosotros estamos en la dirección de los movimientos que luchan por la ampliación de los derechos de ciudadanía, y ahí es donde nos encontraremos con otros grupos.