MUJER Y POBRE, EL PE?N INVISIBLE. Roberto Ipar

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Tambo

Respecto a los temas de pobreza, discriminación (genero, raza, religión…) y jerarquía creo que están estrechamente ligados. El estado Vaticano es un ejemplo de un gobierno de hombres ricos – con servicio domestico femenino – viviendo en palacios-burbujas y aislados del mundo. Este es el modelo católico que queremos «evangélicamente» exportar (misión)??? Sinceramente como seguidor de Jesús, me da lastima y verguenza!!!  No nos cree nadie, si esto es lo que quieren para el mundo, entonces quedenselo ustedes, nos contestan. Y tienen razón. 
Pero como dice la juventud aquí en mi tierra : es lo que hay, valor!!!
Esta resignación es lo que tenemos que ayudar a cambiar; esto no es el Reino.
No podemos esperar todo de Dios y nada de nosotros mismos, como se dijo por ahí en Tambo.
La organización de la comunidad no depende de la genética sino de los pactos sociales, existe una feminización de la pobreza y lo que es peor la pobreza de las mujeres es invisible. La doble jornada femenina, afuera y dentro de casa, una esta mal y desigualmente paga y la otra no se paga ni se ve, ni se valora.Sin embargo según estudios del Consejo Mundial de Iglesias, la producción domestica alcanza entre el 20 y 50% del PNB en algunos países como Australia; cuando es recogido como valor estadístico y no excluido como «autoconsumo» en la renta nacional.
Las mujeres son el 52% de la población mundial, representan el 35 % de la fuerza de trabajo remunerado, realizan el 60% de las horas trabajadas y sin embargo perciben solamente el 10% de los ingresos y poseen solo el uno por ciento de la propiedad en el planeta. «El peón invisible» – según la economista inglesa I. Palmer – hace posible la supervivencia humana.
Como seguidores de Jesús debemos gritar bien fuerte, esto no es el Reino, otro mundo es posible.
Las ideas mueven al mundo, no hay mejor practica que una buena teoría y para construirla debemos mirar la realidad tal cual es, para transformarla.