MONSE?OR ECHARREN ACUSA A LOS OBISPOS DE AFINIDAD CON LA DERECHA. José Manuel Vidal

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Religión Digital

Y de buscar una ?estrategia de polarización con el Estado??
Le llaman el ?último de Tarancón??. Algo que reconoce el propio monseñor Echarren, obispo emérito de Canarias. Aprovechando que este fin de semana se celebra el centenario del nacimiento de ?su?? cardenal, el prelado vasco hace gala de su condición de taranconiano y arremete contra sus compañeros, a los que acusa de ?afinidad?? con la derecha y de haber puesto en marcha una ?estrategia de polarización con el Estado??, para que legisle ?de acuerdo con el Magisterio de la Iglesia??.

En un amplio informe que la revista Vida Nueva dedica al ?cardenal del cambio??, el que fuera su obispo auxiliar, Ramón Echarren, alaba la figura de Tarancón como ?un hombre de fe y de ideas claras??, que entendió que ?el factor católico podía contribuir a una España reconciliada?? y que, para eso, ?buscó una Iglesia neutral desde el punto de vista político??.

Pero esos tiempos se acabaron hace mucho en la Iglesia española. ?Obispos taranconianos vamos quedando muy pocos, casi ninguno en activo??, reconoce Echarren. Y de la ?total independencia respecto a partidos, ideologías, grupos o tendencias?? que mantuvo Tarancón se pasó a converger con la ultraderecha. ?A diferencia de entonces, hoy sí se puede decir que se da una cierta afinidad entre el discurso de la mayoría de los actuales dirigentes de la Conferencia episcopal y la manera de pensar política e ideológica de la parte más conservadora y menos abierta de la derecha??.

Y añade Echarren: ?Existen muchos cruzados católicos, aliados con algunos ateos devotos o no católicos neoliberales, contratados incluso por instituciones de la Iglesia??. Algo que no habría ocurrido ?con el cardenal Tarancón entre nosotros??. Más aún, con él ?algunos que llegaron o han llegado a arzobispo o cardenales se habrían quedado en el camino??.

Según el obispo Echarren, esta jerarquía, en vez de asumir los retos que plantea la secularización, ?ha elaborado un discurso y una estrategia de polarización con el Estado, buscando que se legisle no de acuerdo con la búsqueda del bien común, sino de acuerdo con el Magisterio eclesiástico??.

El prelado reconoce que el Gobierno socialista ?no tiene una política clara muy específica hacia el mundo cristiano y hacia la Iglesia y su actual ejecutiva ha dilapidado el trabajo de apertura a lo religioso que impulsaron tantos socialistas cristianos??. Entre los que cita a Ramón Jáuregui y a Raimon Obiols.

A su juicio, ?el Gobierno se debe a todos los españoles, y no sólo a los católicos??, pero ?lo que no podrá ni deberá hacer jamás es que, por atender las demandas de los no católicos o de los ateos o de los anticristianos margine a los católicos o los sitúe en inferioridad respecto a la ley??. Y si eso lo hace ?desde un odio sectario a la Iglesia?? estará cometiendo ?un gravísimo pecado social y una gravísima injusticia?? que ?tarde o temprano pagará??.

Por eso, ante la actual situación de ?crispación??, propone la receta del cardenal de la transición: diálogo, respeto y articulación en la diversidad. En pro de la reconciliación. Porque ?entonces, como ahora, los que oficiaban (y ahora ofician) de ?comunicadores? y las instituciones que los apoyaban (y los apoyan) y legitiman, hicieron (y están haciendo) muchísimo daño a España??.