Enviado a la página web de Redes Cristianas
Hay dos clases de miseria: la económica y la moral. A la primera pertenecen los que aspiran a comer todos los días y, a la segunda, los individuos tipo Trump.
Para Trump, la miseria es tan peligrosa como la peste; pero alguien debería explicarle a este fracaso de la naturaleza que el verdadero peligro no reside en los pobres, sino en su persona.
El muro de diez metros de altura que pretende levantar, propongo que se levante alrededor de él; porque, ademas de salir mas barato, evitaríamos que siga haciendo un daño irreparable a la política y por ende a la humanidad.
La necedad de este botarate es tan grande como el ego reflejado en su exagerada firma; que, a lo que he podido observar, ocupa medio folio y que exhibe con estúpido orgullo cada vez que le ponen delante un documento que, seguramente, no ha leído.
/ Antoñán del Valle (León)