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Mis deseos para México -- Cecilia Lavalle

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Aquí estamos de nuevo. Con un año lleno de páginas en blanco listas para recibir lo que en ellas queramos escribir. Dicen las personas que saben de esto, que la mejor manera de hacer realidad nuestros deseos es expresar con toda claridad lo que anhelamos. Eso ayuda, explican, a tener una imagen mental de lo que deseamos y nos coloca en el camino para trabajar en hacerlo realidad. Es posible que las personas pragmáticas sostengan que eso es un absurdo, que es como lanzar al mar una botella con un mensaje escrito.

Yo creo que nada está de más. Así que lanzo mi anhelo.
Deseo un mejor país.

Un México donde ser mujer no nos coloque ni en situación de peligro ni en situación de desventaja; donde mi hija, mis sobrinas y las hijas y sobrinas de mi nación puedan crecer y vivir en libertad y en condiciones de igualdad.

Un México donde abunden las oportunidades de empleo y la prosperidad dependa del esfuerzo, dedicación, responsabilidad y disciplina que cada quien le imprima a lo que hace.

Un México donde las oportunidades estén disponibles lo mismo si se nace en el campo que en la ciudad, si se es hombre o mujer, si se tiene alguna discapacidad evidente o no, si la religión, preferencia sexual o creencias no coincide con la de la mayoría.

Un México donde la pobreza no sea destino; donde la migración tenga como causa el deseo de ensanchar horizontes y no el agotamiento de esperanzas; donde no haya condiciones que permitan que la mitad de los habitantes vivan en pobreza al tiempo que un solo hombre es de los más ricos del planeta.

Un México donde la seguridad pública sea un modo de vivir la cotidianeidad; donde la delincuencia organizada o desorganizada no asuma el control de nuestras calles, nuestras ciudades, nuestros gobiernos.

Un México donde impere el estado de derecho; donde sea impensable la impunidad; donde la corrupción se castigue a cualquier nivel; donde una persona sea sancionada por incurrir en una ilegalidad, sin importar cómo se llame, se apellide, dónde trabaje y compadre o comadre de quien sea.

Un México donde ni por casualidad pueda conservar el poder un gobernador precioso o un diputado que recibe órdenes de un empresario o un dirigente de partido que negocia económicamente posiciones de poder o un político que recibe maletas llenas de dinero; donde la más mínima evidencia de algo ilegal o poco ético baste para recibir sanciones políticas, sociales y legales.

Un México donde el acceso a la justicia no esté determinado por el poder económico o político; donde la Suprema Corte de Justicia sea ejemplo de rectitud y sabiduría; donde no haya lugar para quienes se sienten dioses del Olimpo o emulen a Poncio Pilatos; donde jamás se minimicen la violación a las garantías individuales, la pederastia y la tortura.

Un México donde legisladores y legisladoras sean ejemplo de servicio a los más altos intereses de la nación; donde representar los intereses populares se encuentre muy por encima de los intereses partidarios; donde sólo legislen los mejores hombres y las mejores mujeres de nuestro país.

Un México donde las grandes reformas que se necesitan no dependan de los intereses de una líder sindical o un empresario o uno, dos o tres líderes de partidos políticos.

Un México donde la brecha salarial no sea brutal; donde ser ministro o diputada o secretario de Estado o gobernador o presidente signifique ganar 30, 40, 50, 100 veces más que la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas para los que deben trabajar.

Un México donde el respeto se la norma, lo mismo a las personas que a los bienes que al medio ambiente.

Sí, ya sé que el deseo es muy grande, que –como diría Mafalda- en este año lleno de páginas en blanco hay muchos codos rozando el tintero. Pero me parece que sólo teniendo claras las características de la utopía podemos trabajar para alcanzarlas.

Por lo pronto lanzo mi deseo. En una de esas se parece al suyo y al de él y al de ella. Y ya sumados no parecen irrealizables.
Con mis mejores deseos por un año donde se cumplan nuestros deseos, le abrazo querida lectora, querido lector.

Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmal.com

*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, integrante de la red Internacional de Periodistas con Visión de Género.

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