MIRAR AL CIELO PISANDO EL SUELO.Juan de Dios Regordán

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He visto a deportistas dirigiendo su mirada al cielo antes de empezar una competición. Mirar al cielo es bueno si ayuda al esfuerzo. Hay que mirar al cielo sin olvidar el suelo. Vivimos tiempos difíciles y también apasionantes. Hablar y dogmatizar sobre la verdad de un pergamino o código sobre el origen del cristianismo es explotado hoy por avispados para su lucro personal. Hacer una película que genere dudas y ataque a los sentimientos religiosos se está haciendo rentable. Pero, esos documentos ya fueron estudiados y analizados por exegetas críticos e imparciales.

Ni entonces ni ahora peligra la fe cristiana. No obstante, como la comunicación es abundante y, a veces tendenciosa, hay que tener capacidad de análisis para discernir la verdad, sin caer en las redes fáciles de los tergiversadores ambiciosos. Los hijos de las tinieblas estarán siempre como león rugiente buscando a quién devorar.

Desde la muerte de Jesús de Nazaret a Pentecostés, los Apóstoles vivieron tiempos de dudas y de silencio interior. Pensaban en su pasado y en su futuro. Volver a la pesca, a la mesa de tributos, a su ocupación anterior. ¿Dónde habían quedado las enseñanzas del Maestro cargadas de promesas y esperanza? ¿Por qué no seguir mirando al Cielo? Su situación emocional se llenó de dificultades. Uno del grupo traiciona al Maestro y le vende por una cantidad simbólica; Pedro, que parecía el más valiente, le niega ante la primera pregunta comprometida. ?¿eres tú de ellos??? Su valentía se torna balbuciente y cambia hasta el habla.

El miedo les oscurece la idea de grupo y ser seguidores del Maestro se convierte en riesgo.
Necesitaron recordar que el Padre marca los tiempos. ?Mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni mis caminos son vuestros caminos??, ?pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta los confines de la tierra??. Cuando les dijo esto, le vieron elevarse y una nube lo ocultó de su vista. ?Varones galileos, ¿a qué seguís mirando al cielo???. Había que dejar de mirar al cielo y empezar la tarea encomendada. Empezaron por cubrir la vacante de Judas y hacer una terapia de grupo con los ciento veinte hermanos para prepararse a recibir al Espíritu de Pentecostés.

A través de la historia, la Iglesia ha mirado a Roma más que a la realidad y necesidades de las personas y hacerles presente al Resucitado. Durante siglos se ha mirado al cielo y muy poco al suelo. La misma vida se la ha denominado ?como un valle de lágrimas?? o ?como un suspiro entre dos lágrimas??.Ha faltado profundizar en la vida como don de filiación divina. La Ascensión de Jesús nunca fue evasión ni abandono, sino una invitación al compromiso para luchar contra la violencia, la injusticia, la hipocresía, el afán de poder, las estructuras opresoras?? El cristiano está llamado a vivir mirando al cielo y comprometido con el suelo, con los problemas humanos terrestres, como lo hizo Jesús que descendió hasta la muerte para introducirnos en la dimensión divina.