El Blog de Juan Cejudo
La fiesta del Domingo de Ramos ha quedado marcada por esa imagen de Jesús montado en un borrico y la gente que le echaba a sus pies ramas de los árboles mientras Él pasaba. Domina en la lectura de este domingo el tono festivo. Pero el evangelio de este domingo termina justo antes de narrar lo que sigue: la entrada de Jesús en el Templo que, escandalizado, vuelca las mesas de los que cambiaban monedas y de cuantos vendían y cobraban en los patios Ver noticia original en …