Antes de quedarme embarazada, nunca me había planteado cómo quería que fuese mi parto. A menudo, como mujeres, pensamos en si queremos o no tener hijos, qué implicaciones tendrá, de qué modo haremos compatible la maternidad con la vida personal y profesional. Como feministas reivindicamos el imprescindible derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, al aborto, a la conciliación, a repartir el trabajo de cuidados, a la igualdad. Sin embargo, creo, hay un derecho que se nos pasa por alto exigir: el de cómo queremos parir··· Ver noticia ···
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