Marcial Maciel(1) fue un sacerdote sumamente influyente en el mundo católico en la segunda mitad del siglo XX, habiendo creado una orden religiosa que promueve los valores conservadores, análogamente al Opus Dei, fundado por Escrivá de Balaguer en España, ya santificado, y a los Sodalicios, en el Perú. El miércoles 3 de marzo del 2010, la compañera sentimental del Padre Maciel de más de treinta años y tres de sus hijos hablaron en un programa en CNN con Carmen Aristegui.
La importancia de hacer ver la doble moral del sector conservador de la iglesia católica y el silencio y la búsqueda de impunidad frente a delitos graves penalmente sancionables son el objeto de este texto.
Maciel no fue un sacerdote cualquiera sino un líder religioso dentro y fuera de México que le mereció el respeto y afecto del Papa Juan Pablo II. Entre 1979 y el año 2002 el Papa Juan Pablo II viajó a México cinco veces. Estas visitas fueron promovidas por los Legionarios de Cristo en particular, cuyo fundador y líder espiritual, estaba enrumbado hacia la santidad. Maciel y el Papa Juan Pablo eran muy amigos, además de acérrimos anticomunistas y ambos pregonaban la línea conservadora de la Iglesia católica. Maciel en 1950 creó el Centro de Estudios Superiores de la Legión de Cristo en Roma; en 1959 el movimiento de apostolado Regnum Christi, ahora en varias decenas de países del mundo; obtuvo en 1965 de Pablo VI el “Decreto de Alabanza”, para la congregación lo que la reconoce como parte de la Iglesia Católica.
El objeto de la congregación dice el Observattore Romano es “la instauración del reino de Cristo en la sociedad, de acuerdo con las exigencias de la justicia y caridad cristianas, a través de la formación de grupos de líderes seglares que den testimonio del Evangelio en su medio familiar, profesional y social. Aunque la Legión de Cristo no excluye ninguna forma de apostolado, en la actualidad su labor se desarrolla principalmente en los campos de la educación de la juventud, la familia, las misiones, la promoción social y los medios de comunicación.” http://www.es.catholic.net/sacerdotes/315/2459/articulo.php?id=2666
Durante los primeros tres viajes del Papa a México de 1979, 1990, 1993, Maciel acompañó al Papa Juan Pablo II en sus giras, pero tras las primeras denuncias de abuso sexual a niños a mediados de los años 90 es evidente que el Papa prefirió prescindir de su compañía en sus viajes por la tierra azteca. En 1991 el libro: “La formación integral del sacerdote católico”, recoge la experiencia de Maciel como formador de candidatos al sacerdocio y en 1991 el Papa lo hizo miembro de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la formación de los candidatos al sacerdocio en las circunstancias actuales.
En 1992 Juan Pablo II lo hizo miembro de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Un año más tarde, lo nombró miembro del Sínodo de los Obispos sobre la vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo. La culminación fue en 1994 cuando lo hizo Consultor permanente de la Congregación para el clero. Este vendría a ser el final de la luna de miel con el Papa. Poco después todos sabían que Maciel tenía un prontuario de abusos sexuales con niños de entre siete y diecisiete años.
Hacia 1997 había más de treinta denuncias de sacerdotes o ex sacerdotes de la orden en ese sentido. El caso de pederastia anunciado fue enviado en una carta al papa Juan Pablo II, misma que fue publicada en la revista mexicana Contenido, el 8 de diciembre de 1997. Lo que no era evidente es que tenía además una mujer con hijos en España y otra en México, junto con otra mujer más con dos hijos. Con seis hijos, tres mujeres, y treinta casos de pederastia Maciel se presenta como un depravado.
Lo importante de Maciel es que es un depravado que funda una orden religiosa muy estricta y conservadora, mientras va cometiendo felonías, que incluyen un mausoleo en Roma valuado en 50 millones de euros. Es decir es un depravado, libertino, pedófilo, megalomaníaco, que hace uso del dinero de sus seguidores para beneficio personal. No solo es un mentiroso de gran talla sino un farsante compulsivo que aparece con varios alias: el líder católico contaba con documentos oficiales, cuentas bancarias y tarjetas que lo amparaban como Marcial Maciel Degollado, José Rivas y otro Jorge Alberto González y Rodríguez.
Sus hijos tienen distintos apellidos y las mujeres, con las que no se casó, aunque sí reconoció a los hijos, creyeron que tenía otro nombre -hasta recientemente. Es la imagen clara de un perverso. Este hombre, amigo del Papa, cuyos delitos sexuales con menores de edad fueron conocidos y condonados durante década y media por el alto clero de Roma, logró formar en México una red educativa inmensa, con colegios y universidades para formar a jóvenes de la élite en cuarenta países, dentro de los valores que él simbolizaba.
El valor de estas colegios y universidades está en los centenares de millones de euros lo que explica porqué al escándalo siguió el silencio. Siendo las escuelas de la elite en muchos países, el silencio perdura a pesar de lo visto en CNN y lo escuchado (2).
Esta orden debería de ser liquidada de la faz de la tierra y sus dirigentes que sabían de estos delitos puestos en la cárcel por complicidad con pederastia y fraude. En realidad al ser un delito cometido con el silencio cómplice de muchos en México y Roma, es crimen organizado. El que recibía las denuncias y que calló fue el entonces Monseñor Ratzinger, encargado entonces de velar por la moral de la iglesia y hoy Papa. ¿Cómo son los Sodalicios y el Opus Dei? Cuando la Iglesia dice que vela por la familia, tras este escándalo, la interrogante es ¿cuál familia? ¿La del sacerdote mentiroso con cuál de sus mujeres?, ¿la del padre de familia que abusaba de sus propios hijos pequeños? o la familia católica que lo encubrió desde Roma en el nombre de darle una buena educación a la elite mexicana y de otros países.
Los valores mostrados por los Legionarios de Cristo en este escándalo están claros, y distan mucho de ser valores cristianos. Poder y dinero a toda costa. Nada más. Ni una gota de decencia. Esperemos que en México se les retire la licencia para operar como orden religiosa y que Roma les retire como orden de la iglesia. Tras este escándalo merece la pena que la sociedad investigue a las otras órdenes afines del Opus y los Sodalicios. Juan Pablo II quería santificar a Maciel y de hecho santificó a Escrivà de Balaguer por sus simpatías políticas falangistas. Los Legionarios son falangistas y pervertidos: menuda orden religiosa.
Notas
[1] Un trabajo exhaustivo lo hace el sicoanalista mexicano Fernando M. González, “Marcial Maciel. Los legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos” (Tusquets 2006).
[2] www.cnnmexico.com/…/el-fundador-de-los-legionarios-de-cristo-abuso-tambien-de-dos-de-sus-hijos
http://www.alainet.org/active/36627