Enviado a la página web de Redes Cristianas
El todavía presunto caso Cifuentes, que de confirmarse en todos sus términos sería muy grave y escandaloso, solo sería uno más de tantos. La vergonzosa retahíla de casos de corrupción en el PP ya no son tumores aislados que se puedan extirpar para sanar a este partido aquejado de corrupción, sino una enfermedad metastásica.
Lo incomprensible es que, a pesar de sufrir esta gravísima dolencia, de estar en minoría en el Parlamento, de carecer de proyectos de futuro, de vetar cuantas propuestas vengan de la oposición, de la grave parálisis legislativa, de gobernar sin presupuestos serios y consensuados, de la instrumentalización y parasitación de las instituciones y de sobrevivir políticamente a base de engañifas populistas, este partido todavía esté gobernando.
Claro que, bien mirado, la supervivencia de este Gobierno no solo es mérito del grueso caparazón y triquiñuelas de Rajoy, que también, sino del apoyo servil de Ciudadanos -marca blanca del PP-, del PNV cuando le sueltan la guita, y de un PSOE y un Podemos encontrados y no pocas veces perdidos.
. Valladolid