Menos pedir perdón y más poner remedios -- Iordi

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Somos Iglesia Andalucía

Emociona ver a todo un Sumo Pontífice pedir perdón. El Papa Benito riega el mundo con sus lágrimas. Pero es ineficaz. No sirven esos llantos. Porque no ataja al mal de raíz. La vida del clero es contra natura. Para ejercer el ministerio se le exige la castración. Pero el clérigo no es un eunuco. Le cierran el camino natural de la sexualidad y se le abre el criminal de buscar la satisfacción en los niños.

No me creo los perdones. Ni acepto los castigos a los pecadores. Dudo que el Pontífice sea consciente de los daños que tolera. No hay razón alguna para imponer el odiado celibato. Ni razón teológica, ni mucho menos humana y Psicológica.

Pido COMPASI?N para las víctimas. Para todas: las violadas y los violadores. Unos son víctimas del desenfreno y otros de una imposición contra natura y criminal. Imposición que les hace profundamente desdichados, realmente desequilibrados. Para estos últimos pido, además, justicia. Que se restablezcan los Derechos Humanos y eliminen el antinatural celibato.

A los sumisos clérigos les decimos que no se sientan obligados al celibato. Que si dejan fluir su sexualidad por los cauces normales y humanos ganarán en felicidad y en equilibrio psíquico. Además evitarán conductas criminales.

Si el mundo católico ?laicos y eclesiásticos- sintiera un mínimo de la compasión de Jesús exigiría un remedio inmediato. ¡Fuera lágrimas de cocodrilo y manos a la obra!.