Centros públicos. Los estudiantes matriculados suponen el 44,36% del total, frente al 86% en Educación Primaria
La asignatura de Religión se queda sin alumnos en los centros públicos en los cursos de Educación Secundaria. Según datos de la Diócesis de Salamanca, el número de estudiantes matriculados en esta materia durante este curso académico en el segundo tramo de la enseñanza obligatoria, niños de entre doce y dieciséis años, se reduce a 3.279, el 44,36% del total de estudiantes.
Los alumnos de Religión en Secundaria son casi tan numerosos en los 75 centros públicos de la provincia como en las 29 escuelas de titularidad católica. Sin embargo, mientras en los primeros la opción de estudiar esta asignatura ya no es mayoritaria, en los segundos cuenta con una amplio respaldo, 3.159 estudiantes, un 98,97%, apenas un centenar menos que en los colegios de titularidad de la Consejería de Educación.
J. Romero
“Se ha creado una moda, y la mayoría empuja mucho a esas edades”, analiza Antonio Matilla, delegado de Enseñanza de la Diócesis de Salamanca. Matilla sostiene que la reducción de alumnos de Religión en Secundaria era ya algo que se daba desde hacía años en otras comunidades como Cataluña y Euskadi, pero que se ha trasladado al resto de regiones. La tendencia negativa no se repite, en cambio, en igual porcentaje en Educación Primaria, donde el número de alumnos de Religión representan el 86% del total, y en Educación Infantil, con un 84%, en los centros públicos de Salamanca. Es el triunfo de las posturas laicistas en el mundo de la enseñanza. Desde la Diócesis de Salamanca, lamentan que sus tesis hayan triunfado pese a que “quienes las siguen apenas representan a un 30% del electorado. Esta postura la defienden sólo ERC, Izquierda Unida, un sector del Partido Socialista, que no creo que sea muy alto, y el ala ultraliberal del Partido Popular, a la que tampoco le preocuparía que la Iglesia desapareciera de la vida pública y se quedara en las sacristías y en la conciencia”.
Un impreso extra
En el descenso del número de alumnos, los profesores no creen, sin embargo, que haya influido en exceso las nuevas normas de matriculación dictadas por la Junta para el presente curso. La Consejería de Educación añadió un trámite burocrático más, aparte de la inscripción de la matrícula, para que los padres pudieran apuntar a sus hijos a Religión, un impreso extra que antes del verano hizo saltar las alarmas entre los profesores por la fuga de más alumnos. “No sé si el descenso se debe tanto a la nueva normativa como al cambio de tendencia que estamos observando en los centros escolares, y que ya está llegando a Primaria”, reconoce Matilla.
Pese al menor daño previsto en el número de alumnos, el delegado de Enseñanza de la Diócesis lamenta que se sigan “añadiendo ‘chinitas’. Pensamos que esta nueva norma de matriculación es, además, una ‘chinita’ artificial, que no tiene ningún sentido porque la asignatura de Religión es una más, aunque sea ahora optativa. Entonces, ¿por qué tiene que ser la única materia que requiera rellenar un papel más para que los niños puedan estudiarla?”. De momento, las clases de Religión concitan todavía el interés de una mayoría de padres y alumnos, un 60% en los centros públicos y un 99% en los concertados en todos los niveles, aunque la tendencia se mantiene hacia la baja.