Adviento, tiempo de espera y esperanza, porque en el seno de María crece el germen de una vida nueva. El Hijo de Dios se encarna en su seno y toma nuestra propia humanidad. “Dios se hace hombre para que el hombre se convierta en Dios” (San Irineo).
María vivió el Adviento más profundo y real: en espera esperanzada de una madre encinta que aguardacon júbilo el momento del parto, el momento de dar a luz al esperado de los pueblos, al anunciado por los profetas, al Emmanuel, a Dios hecho hombre. “He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo que se llamará Emmanuel” (Isaías 7,14).··· Ver noticia ···
María, la gran figura del Adviento -- Carmen Herrero Martínez, Fraternidad Monástica de Jerusalén Estrasburgo (Francia).
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