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Cómo los ricos se hacen ricos robando y cómo continúan haciéndolo
1)Con las grandes inversiones. Cuando se hacen grandes inversiones, pero no en lo que haría falta, sino donde se puede hacer más negocio.
Ejemplo muy conocido y actual: Si, en vez de dedicar una gran inversión a rehabilitar las viviendas que lo necesitan, se dedicara la misma cantidad a ensanchar el aeropuerto del Prat, para atraer más visitantes y “hacer más negocio”, sería un ejemplo de los casos que se acostumbran a dar.
2)Con los presupuestos. Cada presupuesto que se aprueba, y con el cual se consiguen algunas mejoras para la gente, en el mejor de los casos, da estado oficial reconocido a las grandes diferencias existentes, producto generalmente de prácticas de robo habituales.
3)Con la financiación de los servicios públicos. Cuando estos servicios (salud, enseñanza, atención a personas que la necesitan, limpieza pública…) se financian de manera escasa, se roba a la población una cantidad que se dedica a otros objetivos, más privados, o bien cantidades que no se han pagado por evasión fiscal.
4)Cuando se pagan salarios bajos, para facilitar beneficios altos.
Ejemplo muy elocuente: cuando en las fábricas de países pobres (Bangladesh, por ejemplo, y otros muchos) se pagan salarios que hacen vivir en situación de necesidad permanente, para poder vender los artículos de vestir y calzar a precios muy baratos a los mercados occidentales. (Aquí también los compradores participan, de manera involuntaria, pero participan, en el robo de los salarios de los trabajadores/trabajadoras locales.)
5)Cuando se cobran precios excesivos aprovechando situaciones de escasez y necesidad.
El caso más agudo es el de los alquileres de viviendas, cuando faltan y la gente los busca con ahínco.
Esas maneras de robar provocan un gran número de personas necesitadas, que lo son por ser o haber sido robadas. A las cuales, si se les ayuda, nadie tiene que pensar que se “les da”, sino que se “les devuelve”, una pequeña parte de lo que es suyo, pero se les ha robado o se les roba.
Denuncia bíblica:
“Venden a los inocentes / a cambio de dinero, / y a los pobres, / por un par de sandalias. / Pisan la cabeza de los desvalidos / y destrozan la vida de los humildes.” (Profeta Amós)