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Magis es un encuentro mundial de jóvenes que cultivan la espiritualidad ignaciana, promovido por la Compañía de Jesús en los días que anteceden a las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Propone a la juventud un programa de actividades espirituales, culturales y pastorales, promoviendo experiencias en las que jóvenes de distintas partes del mundo se convierten en compañeros en la vivencia de una aventura humana y espiritual.
En 2013, el Magis tendrá lugar en Brasil y su inicio será en Salvador (12 a 14/07), desde donde los participantes de diversos continentes saldrán hacia diferentes partes del país (15 a 20/07) para experiencias sociales, espirituales ecológicas y artísticas, volviendo a encontrarse en Río de Janeiro (21 a 28/07) para integrarse a las actividades de la Jornada Mundial de la Juventud. La expectativa es que participen en el Magis cerca de 2.000 jóvenes.
La realización del Magis es el resultado de reflexiones de la Compañía de Jesús en el mundo sobre cómo vivir la oportunidad de las Jornadas para reunir a la juventud ignaciana. La Compañía actúa con jóvenes en todas partes del mundo donde se encuentra. Son diferentes iniciativas pastorales, educativas, misioneras y culturales creadas para hacer el seguimiento y caminar con la juventud por las diferentes realidades y culturas de los continentes.
Desde su primera edición, Magis ocurre en comunión con la Jornada, sumándose a esta gran experiencia eclesial de encuentro de jóvenes de varias partes del mundo para celebrar la fe y el compromiso de la construcción de una sociedad. Las jornadas son animadas por el encuentro con el Papa que, al dar su testimonio acerca de su adhesión a Cristo, debe alentar a los jóvenes a ser discípulos de Jesús en todas partes del mundo.
Magis es un término en latín que significa «el más, el mayor, el mejor». Es algo que siempre podemos encontrar dentro de cada persona, como un impulso a desear grandes cosas, una sed de infinito. Es, entonces, esa expresión de una sed inagotable, de un impulso más vital, que nos conduce a una actitud de búsqueda.
Así, la persona que vive y se deja impeler por el magis es alguien que nunca está satisfecho con la realidad existente y que solo en el horizonte vislumbra su punto de llegada, porque tiene el impulso de descubrir, redefinir y alcanzar el magis. El que desea encontrarlo debe buscar, descubrir y arriesgarse en la superación de lo ya conocido, de lo definido y de lo esperado, con miras siempre al bien mayor.
El deseo de vivir en la dinámica del magis ignaciano, antes de reclamarnos la respuesta ante una misión determinada, nos impele a predisponernos a una sincera oferta de nosotros mismos en la transformación del mundo. Es un llamado a seguir a Jesucristo con la totalidad de nuestras aspiraciones, nuestros sueños, nuestras pasiones y nuestra esperanza, los dones más honestos que podemos poner a disposición del servicio del Reino. El magis es un impulso vital que nos revela que para servir al Reino es necesario soñar, desear grandes cosas, tener gran esperanza y aspiraciones. Es necesario tener un gran corazón para escuchar a los llamamientos del corazón de Cristo. Es necesario estar enamorado, querer arriesgarse, superarse, transcenderse, experimentar avances, desear una causa.
Nuestra vocación al magis, al exceso que habita en nosotros, nos impele a romper con el egoísmo e individualismo y nos estimula a la adhesión sincera a un estilo de vida marcado por la movilidad, la escucha, la encarnación, el encuentro y la comunión.