LULA SE REUNE CON BENEDICTO XVI PARA COORDINAR ESFUERZOS EN LA LUCHA CONTRA EL HAMBRE

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El País

El Papa y Lula.jpgEl Papa se dirigirá a miles de jóvenes en un estadio de Sao Paulo en su primera visita a Brasil.
El Papa Benedicto XVI ha comenzado su segundo día de visita a Brasil con un encuentro con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que le ha recibido alrededor de las 11:00 (16:00 hora peninsular española) en el Palacio dos Bandeirantes, en Sao Paulo. El Papa aterrizó anoche en esa ciudad brasileña, punto de partida de su primera visita a América Latina. En Brasil Benedicto XVI realizará una visita pastoral de cinco días.

El Pontífice ha pasado la noche en el Monasterio de Sao Bento, en el centro de la ciudad. Esta mañana, unas 1.200 personas, desafiando el mal tiempo, esperaban en las puertas del edificio para ver al Papa, que, rompiendo el protocolo, se ha asomado a un balcón y ha saludado a la multitud. Después, ha subido a bordo de un vehículo blindado que le ha llevado al Palacio de los Bandeirantes.

El presidente brasileño ha manifestado su intención de discutir con el jefe de la Iglesia Católica acerca de las políticas sociales puestas en marcha en Brasil. «Sobre todo, trataré con el Papa las políticas sociales que estamos haciendo en Brasil para que él, como la persona más importante de la Iglesia católica, pueda ayudar a diseminar estas buenas políticas públicas en el mundo, donde la Iglesia católica tiene un papel importante», ha explicado esta semana Lula.

Lucha contra la pobreza

Asimismo, el presidente ha asegurado que invitará a Benedicto XVI a comprometerse en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, como hizo con Juan Pablo II hace años en una carta, aunque no dio más detalles acerca de la invitación. En su discurso de ayer Lula ya agradeció el apoyo del Vaticano en su lucha «contra el hambre y la pobreza».

A mediados de abril, la oficina del presidente informó de que Lula pretendía abordar con el Papa la cuestión del hambre en el mundo, los esfuerzos internacionales para la solución pacífica de los conflictos y la lucha contra la pobreza. Fuentes gubernamentales informaron entonces de que en el encuentro no se tratarían cuestiones de política interna de Brasil, dado que se trata de una visita pastoral y no un viaje de Estado.

Después de entrevistarse con Lula, Benedicto XVI volverá al Monasterio de Sao Bento, donde mantendrá un encuentro con representantes de otras iglesias cristianas y de las comunidades judía y musulmana.

Referencias al aborto

El primer mensaje que el Papa ha trasmitido en Brasil ha ido dirigido al respeto a la vida, «desde el momento de la concepción hasta su declive natural», palabras que se han interpretado como una advertencia a México, país en el que se ha legalizado parcialmente el aborto, y también a Brasil, donde hay una propuesta para debatir la celebración de un referendo sobre el tema. La atención a los pobres y los abandonados y la consolidación de la familia como célula básica de la sociedad han sido otros temas proclamados por Benedicto XVI.

Pero antes de llegar, en unas declaraciones realizadas durante el vuelo, el Papa ya se refirió al aborto y a la excomunión de los legisladores de Ciudad de México que respaldaron su legalización en las primeras 12 semanas de embarazo. «No es nada nueva», dijo Ratzinger, «así está previsto en la doctrina de la Iglesia».

También habló de otro de los temas más polémicos del viaje: los católicos que abandonan su fe para unirse a iglesias evangélicas protestantes en dicha región. Aunque Benedicto XVI asegura que son su «mayor preocupación», la expansión del protestantismo muestra también que hay una «sed de Dios». «Tenemos que ser más dinámicos», ha señalado Benedicto XVI, al tiempo que ha adelantado que pretende establecer una estrategia para responder a esta situación cuando se reúna con los obispos latinoamericanos.

El Papa está convencido de que el futuro de la Iglesia católica se decide en Brasil. Ha confesado conocer bien la historia de este país y cómo ha evolucionado la fe católica en sus regiones, a pesar de «que fue perseguida a finales del siglo XIX por fuerzas neoliberales». También le interesan «las culturas indígenas» de un «continente ejemplar donde se resuelvan los grandes problemas de la humanidad».